Disponible en: Rabe, Byron. “La Escuela de Estudios Generales y su
relación con los cambios curriculares en la Facultad de Arquitectura de la
USAC”. Avance, Vol. 17, No. 2 (2020): 58-81
Resumen
La necesidad de preparar efectivamente a los estudiantes que desean seguir estudios
superiores ha sido una preocupación de la universidad pública guatemalteca. Uno
de los más trascendentales experimentos se realizó durante la década de los 60 cuando
se perseguía la realización de estudios básicos en un área común para preparar
a los estudiantes antes de ingresar a sus respectivas carreras. Pero, a más de medio siglo de haber cerrado la
Escuela de Estudios Generales, la necesidad de mejorar la preparación para
ingresar a la universidad sigue latente.
La situación generada por el COVID19 resaltó la oportunidad de utilizar
otras herramientas educativas por medio de la educación a distancia. Estos
recursos del siglo XXI permitieron continuar con el desarrollo de las carreras
universitarias, pero también demostraron que existen otras opciones para
fortalecer la preparación de los futuros estudiantes universitarios.
Como se observa en el artículo, para impulsar proyectos de este tipo,
hay distintas variables por considerar. Es por eso por lo que en este trabajo se
comparte la revisión de algunas particularidades de ese histórico proyecto que
abarca una breve revisión desde su aprobación, su implementación y su posterior
desaparición. El análisis se hace desde
la perspectiva de la Facultad de Arquitectura y analiza algunas repercusiones
en las modificaciones del Plan de Estudios de la carrera.
El documento invita a reflexionar para considerar una problemática que, sin
duda, debe resolver la Universidad de San Carlos de Guatemala en el contexto
del siglo XXI.
Palabras clave: Educación superior, Historia
de la Facultad de Arquitectura, Desarrollo académico, Pruebas de ingreso, Plan
de Estudios de Arquitectura, Modelos educativos, Estudios generales, décadas de
1960 y 1970.
Abstract
The need to effectively prepare students who want to
pursue higher studies has been a concern of the Guatemalan public university.
One of the most far-reaching experiments was carried out during the 1960s when
basic studies were pursued in a common area to prepare students before entering
their respective careers. But, more than half a century after the School of
General Studies closed, the need to improve the preparation to enter the
university remains latent.
The situation generated by COVID19 highlighted the
opportunity to use other educational tools through distance education. These
21st century resources allowed the development of university careers to
continue, but also demonstrated that there are other options to strengthen the
preparation of future university students.
But, as it is observed in the article, to promote
projects of this type, there are different variables to consider. That is why,
in this work, the review of some particularities of this historic project is
shared, which includes a brief review since its approval, its implementation
and its subsequent disappearance. The analysis is made from the perspective of
the Faculty of Architecture and analyzes some repercussions in the
modifications of the Study Plan of the degree.
The document invites reflection to consider a
problem that, without a doubt, the University of San Carlos de Guatemala must
solve in the context of the 21st century.
Key
words: Higher education,
History of the Faculty of Architecture, Academic development, Entrance exams,
Plan of Studies of Architecture, Educational models, General studies, 1960s and
1970s.
Byron Rabe es
arquitecto, maestro en Administración Pública y maestro en Docencia
Universitaria, posee un posgrado en Migración y Urbanismo y otro en
Arquitectura turística para el desarrollo sostenible, es Doctor en Arquitectura
y está pendiente de concluir su Tesis Doctoral en Investigación Social. Desde
1984 es Profesor de la Facultad de Arquitectura de la USAC de la cual fue
decano. Actualmente es miembro de la Dirección de Investigación (DIFA) de dicha
facultad.
Para
poder comprender el porqué de la destacada participación de los estudiantes en
los movimientos revolucionarios de América Latina, consideramos importante
reflexionar acerca de los siguientes factores: el ambiente familiar del cual
provienen, o su origen social, la etapa de desarrollo psicológico por la
que están pasando que tiene que ver con su edad, las características de
su ambiente de estudio o situación social, hacía dónde va a proyectarse
su futuro después de que egresen del sistema escolar o destino social y,
por último, las tradiciones de lucha estudiantil en cada país. Estos
factores, sin embargo, no operan de forma mecánica. La actitud política que
adopte el estudiantado, o lo que llamaremos posición de clase, depende
en gran medida de la forma en que las vanguardias sepan aprovechar estos
elementos objetivos que hacen del estudiantado latinoamericano un sector social
que representa un potencial revolucionario muy importante.
Marta Harnecker
Introducción
Con el
triunfo de la revolución cubana se dieron una serie de cambios en los
movimientos sociales en Latinoamérica. Los movimientos estudiantiles y
laborales se incrementaron. Se fueron consolidando posiciones de izquierda
democrática y consolidando movimientos armados que buscaban un cambio en las
estructuras de poder, pero también hubo violentas reacciones de los gobiernos
para aplacar las posibles insurrecciones. En la universidad de igual forma se mantenía
una lucha ideológica que, durante los años 60 y 70, iría permeando los
pensamientos hacia la izquierda y que se fortalecerían como sustento de los
mismos fines universitarios.
La
dinámica de transformación política a lo interno de la universidad comenzó a
fortalecerse en los años 60. Poco a poco
la participación estudiantil en los movimientos sociales se ampliaba y la
actitud crítica y contestataria hacia el statu quo se hacía más
fuerte.
En ese
marco surgiría el Programa de Alianza para el Progreso que buscaba una solución
democrática para evitar los movimientos guerrilleros en la región por medio de
programas de cooperación en distintos temas. Uno de ellos era la educación.
Para 1963
el General Peralta Azurdia había derrocado al Presidente Ydígoras y establecido
un gobierno de facto que limitaría la acción de los movimientos sociales y
condicionaría incluso la acción universitaria.
Fue durante ese año que se propuso la creación de un área común que llevó
a que el Consejo Superior Universitario -CSU- aprobara la creación de los Estudios
Básicos a partir de enero de 1964.
Cuatro
años después en 1968, durante el gobierno democrático del Presidente Julio
César Méndez Montenegro, cuando estudiantes y jóvenes eran protagonistas de
protestas y actos de rebeldía en distintas partes del mundo, el CSU sería
obligado por los estudiantes a cancelar la Escuela de Estudios Generales.
Tanto en el
inicio como al final del modelo, los estudios generales afectarían la
estructura curricular de la carrera de arquitectura y generaría repercusiones
incluso años después.
La
investigación que se presenta tiene como objetivos identificar cuales fueron los
cambios generados en la estructura curricular de la carrera de Arquitectura con
la creación de los estudios generales; de que forma se modificó el plan de
estudios con la desaparición de la Escuela de Estudios Generales y definir las repercusiones
que estas decisiones tuvieron posteriormente para dicha Facultad.
Para realizar el análisis se hizo un breve recorrido
longitudinal que comienza en enero de 1964 con la aprobación del Programa de
Estudios Básicos, sigue con el desarrollo de la Escuela de Estudios Generales
hasta su cierre a partir de 1969, todo ello referido a la situación dentro de
la Facultad de Arquitectura. Sin
embargo, el tema no concluye allí, se continúa en la línea de tiempo hasta 1972
con el análisis de las secuelas que este proceso generó y que, de alguna manera,
incidió en un proceso de reestructuración de Arquitectura.
El tipo
de investigación plantea un método enfocado en lo cualitativo, se prioriza la
reflexión y la interpretación de un período de la historia universitaria que
significó un quiebre importante en el desarrollo universitario y que puede
contribuir a reflexionar sobre los nuevos fenómenos que afectan la realidad universitaria
actual. El proceso ha requerido ubicar
el objeto de estudio en un contexto externo e interno que influyó en los
distintos eventos que se desencadenaron.
Para la investigación se utilizó el análisis documental a partir de las
Actas de la Junta Directiva de la Facultad de Arquitectura y del Consejo
Superior Universitario, así como de reportes históricos y periódicos.
La propuesta de
estudios básicos
Durante la gestión del Rector Ing. Roberto
Arias de Blois se presentó la propuesta del Programa de Estudios Básicos de
integración universitaria. Esta iniciativa establecía un año de área común para
todos los estudiantes que quisieran entrar a la Universidad y otro año de
materias básicas relacionadas con las correspondientes carreras. Las
autoridades pretendían fortalecer la formación de los estudiantes que querían
ingresar a cualquier carrera universitaria. Desde entonces se argumentaba que
era necesario elevar el nivel de los estudios de la escuela secundaria para
obtener mejores resultados en la universidad.
La propuesta no fue bien recibida por la Asociación
de Estudiantes Universitarios -AEU- que solicitó que se revisara el acuerdo,
pero el CSU no aceptó entrar a discutir el planteamiento de esa entidad
estudiantil.
El sector opositor a los estudios básicos argumentaba que estos eran producto
de propuestas de los tecnócratas de la Alianza para el Progreso. El proyecto
era criticado
«…por su raíz contrainsurgente, como parte de las medidas
reformistas que impulsaba en ese entonces la administración Kennedy -junto a la
llamada doctrina de la seguridad nacional- frente a las perspectivas revolucionarias
abiertas por el triunfo de la Revolución Cubana en 1959.»
Después de largas discusiones y luego de
que se informó que se contaría con un aporte extraordinario del Estado,
exclusivo para este programa, el CSU acordó que el Departamento de Estudios
Básicos entrara a funcionar en el ciclo universitario de 1964.
El Decano Arq. Roberto Aycinena informó a
la Junta Directiva que la Facultad de Arquitectura debía
integrarse a esta nueva estructura académica. Sin embargo, en ese momento no se
veía con buenos ojos que se alterara plan de estudios que estaba en pleno
proceso de desarrollo. Para responder al requerimiento del CSU la Junta
Directiva nombró una Comisión que revisaría el Plan de Estudios y su adaptación
al Plan General de Integración que pondría en vigor la USAC. El dictamen de la comisión fue categórico: «era
inadecuado e inadmisible para la facultad.»
Debe considerarse que la Facultad desde
diciembre de 1958 había establecido requisitos de ingreso, pruebas psico-biológicas
y exámenes de admisión a la carrera, que incluían: matemáticas,
dibujo del natural con modelo, dibujo sin modelo sobre un tema dado, prueba de
capacidad de observación y un cuestionario de cultura general. Además, estaba implementando un nuevo Plan de
Estudios (Tabla 1) que había pasado del régimen anual a semestral y que incluía
60 cursos obligatorios.
Tabla 1 Plan de Estudios
1962
|
PRIMER CICLO
|
SEGUNDO CICLO
|
Matemática
1 (Algebra)
|
Física
|
Geometría
|
Matemáticas
2
|
Elementos
de lógica
|
Problemas
de filosofía
|
Dibujo
del Natural 1
|
Dibujo
del Natural 2
|
Dibujo
constructivo
|
Composición
arquitectónica
|
TERCER CICLO
|
CUARTO CICLO
|
Mecánica
estática
|
Análisis
estructural 1
|
Matemáticas
3
|
Geometría
descriptiva
|
Psicología
del arte
|
Iniciación
al estudio de la arquitectura
|
Dibujo
del natural 3
|
Dibujo
del natural 4
|
Composición
arquitectónica 1
|
Composición
arquitectónica 2
|
QUINTO CICLO
|
SEXTO CICLO
|
Análisis
estructural 2
|
Análisis
estructural 3
|
Materiales
de construcción y Laboratorio.
|
Topografía
|
Análisis
de programas 1
|
Análisis
de programas 2
|
Dibujo
del natural 5
|
Educación
plástica
|
Composición
arquitectónica 3
|
Composición
arquitectónica 4
|
SÉPTIMO CICLO
|
OCTAVO CICLO
|
Diseño
estructural 1
|
Diseño
estructural 2
|
Instalaciones
hidráulicas
|
Instalaciones
mecánicas y eléctricas
|
Historia
de la arquitectura 1
|
Historia
de la arquitectura 2
|
Taller
de edificación 1
|
Taller
de edificación 2
|
Composición
arquitectónica 5
|
Composición
arquitectónica 6
|
NOVENO CICLO
|
DÉCIMO CICLO
|
Diseño
estructural 3
|
Especificaciones
y presupuestos
|
Sociología
y urbanística
|
Historia
de la arquitectura 4
|
Historia
de la arquitectura 3
|
Iniciación
al urbanismo
|
Taller
de edificación 3
|
Taller
de edificación 4
|
Composición
arquitectónica 7
|
Composición
arquitectónica 8
|
ÚNDÉCIMO CICLO
|
DUODÉCIMO CICLO
|
Organización
y avalúos
|
Arquitectura
maya
|
Análisis
urbanístico
|
Urbanismo
aplicado
|
Historia
de la arquitectura 5
|
Curso
superior de teoría de la Arq.
|
Taller
de edificación 5
|
Taller
de edificación 6
|
Composición
arquitectónica 9
|
Composición
arquitectónica 10
|
CURSOS ELECTIVOS
|
|
Restauración
y conservación de monumentos
|
Estructuras
especiales
|
Arquitectura
de paisaje
|
Urbanismo
superior
|
Fotografía
arquitectónica
|
Pintura
y grabado
|
Maquetas
|
Escultura
y cerámica
|
Apreciación
musical
|
|
Fuente: Catálogo
de estudios 1963. Universidad de San Carlos de Guatemala.
Pero la decisión del CSU era firme, la
incorporación al Departamento de Estudios Básicos sería de
aplicación general. Todos los estudiantes que ingresaran a la universidad
debían hacer dos años de estudios comunes. Sería hasta el tercer año que se
incorporarían a la carrera correspondiente y esto obligaba a hacer cambios en
la red de cursos.
Inician los estudios básicos
El Departamento de Estudios Básicos comenzó a
funcionar para todas las carreras a partir de 1964. En arquitectura ese año se registró que 70
estudiantes aspiraban a seguir la carrera, en tanto que se habían inscritos un
total de 208 alumnos de reingreso.
La facultad no vería afectada su estructura académico-administrativa los
siguientes dos años ya que la primera promoción de estudiantes de estudios
generales ingresaría a la carrera hasta 1966.
A principio de 1965 tomaría posesión el
segundo decano electo, el Arq. Jorge Montes quien sería el responsable de dar
seguimiento a los estudios generales en la facultad.[10]
Entre tanto las agrupaciones estudiantiles
de arquitectura estaban comenzando a mostrar diferencias con las autoridades de
la Facultad. El empoderamiento de la organización estudiantil y la inserción de
nuevas visiones ideológicas y políticas fortalecidas a partir de las jornadas
de 1962 estaban generando comportamientos de mayor agresividad y crítica hacia
la autoridad.
El sector estudiantil estaba haciendo
planteamientos para que se revisara el Plan de Estudios de la
Facultad y el Plan de materias básicas en vigor. También pidió eliminar
prerrequisitos a ciertos cursos e integrar asignaturas como Composición
Arquitectónica y Taller de Edificación. Con
base en un dictamen favorable de la Asesoría Jurídica de
la Universidad lograron que se cambiara el curso de Composición arquitectónica
10 por la Tesis de graduación.
Dentro de ese escenario se debía responder
a la solicitud del Departamento de Estudios Generales de enviar el listado de
los cursos necesarios para impartir en el segundo año del ciclo de estudios
básicos para la carrera de arquitectura en 1965. Una comisión elaboraría el
Plan de Estudios y definiría las materias que se requerirían para el segundo
año del ciclo de estudios Básicos.
Un nuevo
Plan de estudios
El 5 de mayo de 1965 la Junta Directiva
escuchó a la comisión nombrada para la elaboración del nuevo Plan de Estudios. El Arq. Roberto Ogarrio expuso la filosofía
del proyecto, puntualizó en aspectos como las horas de clase por la tarde, la
reducción del tiempo de estudio a ocho semestres (esto debido a los dos años de
estudios básicos) y la disponibilidad de tiempo de los catedráticos. Luego procedió a analizar los cursos que se
consideraban innecesarios y que fueron eliminados. En seguida analizó las
líneas de materias que incluían Composición arquitectónica, Planeamiento,
Talleres de composición, Estructuras, Historia del arte y la arquitectura,
Tesis y las ramas complementarias como topografía, iluminación y acústica y
ética profesional. Todavía quedarían temas pendientes como el número de
composiciones afectadas por el plan de Estudios Básicos.
En los cuatro semestres que el estudiante debía
permanecer en la Escuela de Estudios Generales recibiría los siguientes cursos:
Biología 1 y 2; Cultura 1 y 2; Filosofía 1 y 2; Lenguaje 1 y 2; Matemática 1,
2, 3 y 4, Físico matemáticas 1 y 2; Química 1; Dibujo de imitación, Dibujo, Geometría
descriptiva, Geometría general, Composición plástica. En términos generales sólo los cursos de
biología y química no habían estado considerados en el pensum anterior, los
demás estaban incluidos en los contenidos, aunque, en algunos casos, con menor
énfasis.
Los siguientes ocho ciclos semestrales en
arquitectura contendrían los cursos que se describen en la Tabla 2.
Tabla 2. Cursos de los últimos
cuatro años de arquitectura en el Plan 1966
|
QUINTO CICLO
|
SEXTO CICLO
|
Composición
arquitectónica 1
|
Composición
arquitectónica 2
|
Edificación
1
|
Edificación
2
|
Dibujo
y educación visual 1
|
Dibujo
y educación visual 2
|
Mecánica
estática
|
Resistencia
de materiales 1
|
Historia
del arte 1
|
Historia
del arte 2
|
Teoría
y análisis arquitectónico 1
|
Teoría
y análisis arquitectónico 2
|
Teoría
espacial 1
|
Teoría
espacial 2
|
SÉPTIMO CICLO
|
OCTAVO CICLO
|
Composición
arquitectónica 3
|
Composición
arquitectónica 4
|
Edificación
3
|
Edificación
4
|
Dibujo
y educación visual 3
|
Dibujo
y educación visual 4
|
Resistencia
de materiales 2
|
Estructuras
1
|
Historia
del arte 3
|
Historia
del arte 4
|
Teoría
espacial 3
|
Teoría
espacial 4
|
Teoría
y análisis arquitectónico 3
|
Planeamiento
1
|
NOVENO CICLO
|
DÉCIMO CICLO
|
Composición
arquitectónica 5
|
Composición
arquitectónica 6
|
Edificación
5
|
Edificación
6
|
Dibujo
y educación visual 5
|
-
|
Estructuras
2
|
Estructuras
3
|
Historia
del arte 5
|
Historia
del arte 6
|
Planeamiento
2
|
Planeamiento
3
|
Instalaciones
1
|
Instalaciones
2
|
DECIMO PRIMER CICLO
|
DÉCIMO SEGUNDO CICLO
|
Composición
arquitectónica 7
|
Composición
arquitectónica 8
|
Edificación
7
|
Edificación
8
|
Planeamiento
4
|
Planeamiento
5
|
Instalaciones
3
|
Teoría
y análisis arquitectónico 4
|
Servicio
social 1
|
Servicio
social 2
|
Fuente:
Catálogo de estudios 1967- 68. Universidad de San Carlos de Guatemala.
El nuevo Plan de Estudios que regiría a
partir de 1966 se completaría con 51 cursos en cuatro años además de los 20
cursos servidos en los dos años en estudios generales. Es decir que el
estudiante llevaría un total de 71 cursos en seis años. Se había buscado integrar los contenidos de
todos los cursos del anterior plan de estudios por lo que la orientación del
pensum permaneció. No obstante, se observa un incremento en el
porcentaje de los cursos teóricos, una reducción cuantitativa en los cursos
centrales de composición arquitectónica y la creación de dos cursos de servicio
social.
El interés de los estudiantes en
involucrarse en los aspectos curriculares fue creciendo. En 1966 la AEDA
convocó al 1er. Seminario “El estudiante de Arquitectura” en el que se planteó
que, como resultado de la falta de una orientación clara de la enseñanza, se
requería de los conceptos filosóficos de Arquitectura. También apareció la necesidad del
conocimiento de la realidad social, así como la preocupación por la actividad
creativa y técnica de la obra arquitectónica que respondiera al medio social. Las
discusiones iniciadas en este seminario fueron tejiéndose con conceptos y
experiencias que la propia dinámica y confrontación social fueron introduciendo
en la universidad. En la Facultad se iba madurando un cambio en congruencia con
las tendencias y demandas sociales.
Entre tanto, la estructura vigente que
relacionaba los estudios generales con la estructura curricular propia de arquitectura
estaba padeciendo de una serie de inconvenientes para que algunos aspirantes
lograran integrarse a la carrera. Algunos estudiantes veían muy difícil acceder
a la carrera en el tercer año. En algunos casos por no haber aprobado uno o dos
cursos del plan básico, lo que les hacía perder un año más. Para solventar en parte esta situación la Junta
Directiva acordó autorizar a los alumnos que tenían pendiente una sola materia
del segundo semestre del segundo año, que continuaran con sus estudios de
arquitectura siempre que aprobaran, antes de finalizar el ciclo académico, el
curso correspondiente en el Plan de Estudios Generales. La Junta
Directiva también autorizó a la Comisión de Docencia para estudiar y resolver
casos individualmente.
Pero el problema iba más allá de las aulas
de arquitectura. Algunos estudiantes de la Escuela de Estudios Generales habían
comenzado un movimiento en contra de los estudios básicos.
La
crisis de la Escuela de Estudios Generales -EEG-
En ese período se estaban dando distintos
movimientos estudiantiles y sociales alrededor del mundo. Se puede mencionar el
mayo francés, la primavera de Praga, las protestas de Berlín,
Varsovia y Yugoslavia. El movimiento estudiantil italiano que convergió en la
lucha contra la Reforma Universitaria y llevó a la ocupación de las facultades
de Arquitectura, Filosofía y Letras, y Estadística en La Sapienza. En
México las protestas estudiantiles llegaron a su punto máximo con la matanza en
la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco en octubre.
Los movimientos que se manifestaban en 1968 afectaban la concepción de la
educación, la cultura y la política y también repercutían en la Universidad de
San Carlos de Guatemala.
El 2 de agosto de 1968 estudiantes de la
Escuela de Estudios Generales obligaron en forma violenta a los profesores y
los demás estudiantes que recibían clases a suspender actividades y abandonar
el local.
Al día siguiente el CSU realizó una sesión
para tratar la problemática de la Escuela de Estudios Generales. Durante la
sesión un grupo de aproximadamente doscientos cincuenta estudiantes
manifestaron en la Plaza Mayor, lo cual hizo que el Consejo suspendiera la
sesión. Luego se dirigieron al edificio
de Rectoría ocupando los dos primeros niveles y pidieron que fuera escuchado el
presidente de la AEU quien haría un planteamiento al CSU para suprimir la EEG.[22]
A los decanos se les había solicitado
presentar un informe acerca del rendimiento académico de los estudiantes
provenientes de la EEG. Estos informes se resumen de la siguiente forma: Para
la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, el rendimiento de los estudiantes
era superior, se advertía una mejor formación y mejores hábitos de estudio. En
la Facultad de Ciencias Médicas la primera promoción tuvo muy buen rendimiento,
pero no así la segunda. En la Facultad de Ingeniería tuvieron problemas con las
primeras promociones, pero partir de 1967 se observó una mayor eficiencia, sin
embargo, se señaló que persistían problemas qué había que subsanar. En la
Facultad de Ciencias Químicas y Farmacias el rendimiento académico era
notoriamente superior. En la Facultad de Odontología los resultados fueron más
halagadores que cuando entraban directamente a la carrera. La Facultad de
Ciencias Económicas no había podido terminar el estudio. La Facultad de
Humanidades indicó que no era posible llegar a una conclusión definitiva pero
el rendimiento académico había aumentado en un 10%. La Facultad de Agronomía expuso
que el rendimiento no era mejor que antes. La Facultad de Medicina Veterinaria
y Zootecnia señaló que el rendimiento era óptimo ya que, “ en el último ciclo
lectivo hubo una promoción equivalente al 100%.” En el caso de la Facultad
Arquitectura se notaba un nivel académico más uniforme, mayor dedicación y
mejor rendimiento en los estudios y mejor integración en el trabajo de grupo.
Luego de oír la información y opiniones de
los miembros del Consejo, el Rector Lic. Edmundo Vásquez Martínez sometió a
deliberación la propuesta de la supresión de la Escuela de Estudios Generales
presentada por la Asociación de Estudiantes Universitarios. Como resultado se
obtuvo 10 votos a favor y 23 en contra.[24]
Pero el Consejo Superior Universitario consideró
que se hacía necesaria la revisión y reforma de la organización docente y
administrativa de la escuela de estudios generales y adoptar modificaciones que
le permitiera realizar mejor su función educativa. Por lo que acordó reducir a
un año los estudios generales para las carreras universitarias. El segundo año
se impartiría por las facultades, que implementarían sus propios planes de
estudio. Las regulaciones deberían estar aprobadas por el consejo antes del 1
de enero de 1969. Al respecto de esta decisión votaron 25 a favor y 8 en
contra.[25]
Se dieron una serie de razonamientos, entre
ellos el realizado de manera conjunta por Rafael Cuevas Del Cid, Edmundo
Vázquez Martínez y Arturo Soto Avendaño, que literalmente dice:
Consideramos que
la Escuela de Estudios Generales deberá suprimirse en un futuro; y que ello
depende, fundamentalmente, de un sustancial mejoramiento de la enseñanza media.
Por ahora, consideramos que debes subsistir, con las sustanciales reformas que
propone el proyecto presentado por la rectoría, por la cual votaremos como una
solución provisional. Reafirmamos este criterio especialmente con la
imposibilidad material en que, se encontrarían las facultades para absorber, en
el próximo ciclo la actual población estudiantil de estudios generales.[26]
Por su parte la Junta Directiva de la
Facultad de Arquitectura se solidarizó con la resolución adoptada por el CSU y declaró
su repudio a la violencia, una forma de conducta condenable, contraria a toda
idea democrática y a los principios que deben regir en los niveles
universitarios. Además, condenó la actitud de los estudiantes de Estudios
Generales por usar procedimientos poco éticos en la búsqueda de la solución de
sus planteamientos.
Pero poco duraría la resolución tomada por
el CSU. Era 1968, los movimientos estudiantiles hacían presencia en muchas
partes del mundo y los estudiantes, que habían asumido un mayor empoderamiento,
no estuvieron satisfechos con la resolución.
Durante la siguiente sesión los integrantes
del movimiento tomaron el edificio de la Rectoría con los miembros del Consejo
adentro para obligar a revisar el punto en conflicto. Era 9 de agosto cuando el Rector declaró
abierta la sesión extraordinaria, que fue convocada para conocer los documentos
presentados por catedráticos y estudiantes de la Escuela de Estudios Generales,
acerca del punto resolutivo de la sesión del 3 de ese mismo mes. El Rector
informó sobre una nueva propuesta presentada por el presidente de la AEU, el
vicepresidente de la Asociación de Estudiantes de Estudios Generales y dos
profesionales.
Ante la presión ejercida por los
estudiantes, la decisión tomada el 3 de agosto sería revisada y llevaría a que,
en medio de una serie de protestas a lo interno del CSU, se cambiaría su
resolución.
La Escuela de Estudios Generales dejaría
de existir a partir del 1 de enero de 1969. Como agregado a esa decisión se
estableció que ninguna Facultad realizaría exámenes de admisión. Durante la discusión hubo una serie de
votos razonados en los que se expresaban distintos puntos de vista:
«…suprimir
totalmente la Escuela de Estudios Generales como se pretende en la resolución
propuesta representaría dar un paso atrás en la superación de la universidad. (ff)
Ing. Leopoldo Sandoval, Ing. Leonel Flores, Ing. René Molina, Ing. Amando Vides»
«Dejo asentada mi firme protesta por la forma poco comedida y antidemocrática
que se presionó al Consejo Superior Universitario, a violentar decisiones que
afectan cambios fundamentales en la estructura de la universidad. (f) Arq.
Jorge Montes» «…la modificación de la escuela era el camino más conveniente
para superar todas las deficiencias señaladas, la supresión traerá a la
universidad mayores problemas qué los que se pretende haber resuelto. (f) Lic. Ricardo Antillón» «Por la concordia nacional
y universitaria, votamos en favor de la ponencia [...] haciendo constar que
dicho voto se hace bajo la coacción de fuerzas insospechadas, que intervienen
en la autonomía universitaria. (ff) Dr. Víctor Manuel Orellana, Dr. Roberto
Valdeavellano, Lic. Javier Ramos.»
Pero también opinaron
a favor: «…La universidad ha dado un paso definitivo hacia su democratización
[...] la escuela de estudios generales sirvió para tamizar a los estudiantes,
pretendiendo crear una universidad de elites privilegiadas. [...] al suprimir
la escuela se abren las puertas de la universidad al pueblo. (ff) Lic. Oscar
Barrios Castillo, Lic. César Augusto Régil.»[29]
La nueva resolución fue conocida por la
Junta Directiva de la Facultad de Arquitectura que dirigió una nota al CSU en
la que planteaba que la resolución tomada el 3 de agosto presentaba una forma
viable para resolver los problemas de Estudios Generales. Consideraba que el
cambio de decisión había sido precipitado y podía llevar a la universidad a una
situación más difícil. Indicaba también que las fallas en los Estudios
Generales fueron de orden administrativo más que académico. Sin embargo, la Junta Directiva entraría a
estudiar los ajustes correspondientes al Plan de Estudios.
Otro
obligado cambio al Plan de Estudios
Para agosto de 1968 los estudiantes de
arquitectura habían presentado un memorial en el que solicitaban la
reestructura del Plan de Equivalencias y la supresión de algunas materias del
Plan de Estudios antiguo. La Junta Directiva delegó a la Comisión de Docencia,
al decano y al secretario para que durante septiembre decidiera sobre los
cambios que se pudieran introducir al pensum de estudios debido a los problemas
de orden interno y externo que se confrontarían en las inscripciones del
siguiente año como consecuencia de la eliminación de los estudios generales.
En los inicios de octubre se conoció la
propuesta de los jefes de Departamento en relación con el nuevo Plan de
Estudios.[32] Tras
exponer a la Junta Directiva la situación y objetivos, la proyección futura del
arquitecto en el medio guatemalteco y otros aspectos de índole general, así
como, las referencias de otros planes de estudio de universidades de prestigio
mundial la comisión concluyó con la presentación del nuevo Plan de Estudios.[33]
Luego de las explicaciones vertidas por la
Comisión de Docencia y tomando en cuenta la supresión de los Estudios
Generales, la Junta Directiva aprobó el Plan, dejando constancia que podía
estar sujeto a modificaciones dado la flexibilidad del planteamiento
presentado. Asimismo, solicitó a la comisión de Docencia informar a la Comisión
de Estudiantes de la AEDA. A finales de
octubre de 1968 se revisaría nuevamente la
propuesta con las modificaciones sugeridas y la Junta Directiva aprobaría el
Plan de Estudios para los dos primeros años (ver Tabla 3), y someterlo a
consideración del CSU.
En la siguiente sesión el Decano Arq.
Jorge Montes, informaría que el CSU había aprobado el proyecto
para los dos primeros años de arquitectura. En ese momento se tenía cubierto
1969 y 1970 pero quedaban por resolver los otros 4 años.
Tabla 3. Cursos de los primeros
dos años de arquitectura del Plan 1969
|
PRIMER CICLO
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SEGUNDO CICLO
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Biología 1
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Ecología humana
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Lenguaje 1
|
Lenguaje 2
|
Matemáticas 1
|
Matemática 2
|
Dibujo y educación visual 1
|
Dibujo y educación visual 2
|
Historia de Guatemala 1
|
Historia de Guatemala 2
|
Técnicas de estudio e investigación
|
Diseño fundamental 1
|
Filosofía 1
|
Edificación 1.
|
TERCER CICLO
|
CUARTO CICLO
|
Matemática 3
|
Matemática 4
|
Dibujo y educación visual 3
|
Dibujo y educación visual 4
|
Historia del arte 1
|
Historia del arte 2
|
Sociología 1
|
Sociología 2
|
Diseño fundamental 2
|
Diseño fundamental 3
|
Edificación 1
|
Edificación 2
|
Física 1
|
Física 2
|
Fuente: Acta 194 de Junta Directiva del 29 de octubre de
1968
En 1969 los estudiantes ingresarían
directamente a la carrera sin estudios generales y sin examen de
admisión. Se había resuelto la emergencia de diseñar los cursos para los dos
primeros años, pero todavía se mantenía la necesidad de completar el nuevo Plan
de Estudios. Esta tarea correspondería
al nuevo decano el Arquitecto Carlos Asensio Wunderlich
que asumiría en abril.
En agosto de 1969 la Junta Directiva
aprobó el nuevo Pensum de Estudios (en el que había ligeras modificaciones al
propuesto para los dos primeros años) y que sería enviado a finales de
año al CSU para su aprobación.[36]
Fue entonces que comenzó el conflicto.
Según los estudiantes la propuesta mantenía la misma orientación y contenidos que
hasta entonces había tenido la Facultad, así como fallas en la enseñanza, pero
además incluía criterios de evaluación y de prerrequisitos curriculares lesivos
a los estudiantes, además de que la propuesta no había sido conocida por estos.
Los reclamos estudiantiles se acrecentaron.
La molestia fue tal que incluso solicitaron la renuncia de los vocales estudiantiles
ante Junta Directiva que habían apoyado la propuesta. La Junta
Directiva de la AEDA también solicitó revisión de la aprobación del nuevo Plan
de Estudios. Sin embargo la Junta Directiva respondió que,
consciente del proceso de elaboración del plan, que culminó en un pensum de
estudios adecuado a la formación integral se ratificaba que dicho plan fue
aprobado en su totalidad.
La Junta Directiva señaló que para
“garantizar el buen funcionamiento de este y para darle la dinámica necesaria” había
acordado crear una Comisión Específica integrada por Representantes del
Claustro, la Comisión de Docencia, de la Junta Directiva y Estudiantes de la
Facultad.[40]
Este plan se había incrementado a 76
cursos, de los cuales 5 eran electivos. En el nuevo Plan habían desaparecido
los cursos de biología y química del área básica, pero se agregaban dos cursos
de ecología. Los cursos de filosofía se
mantenían al igual que los de lenguaje; parecía que se había identificado la
importancia que estos cursos tenían en la formación integral ya que no estaban
en el Plan 62. Los demás cursos del área común se habían distribuido dentro de
los contenidos del nuevo pensum. También
se puede observar que se agregaron dos cursos sobre historia de Guatemala, dos
cursos de sociología, se mantenía una asignatura sobre servicio social y que se
mantenían cuatro materias sobre planeamiento, referidas a la planificación
urbana y regional. En este nuevo Plan se
mostraba una mayor atención hacia la problemática nacional, pero el sector
estudiantil seguiría insistiendo que, en esencia, se mantenía el mismo modelo
desde el inicio de la carrera de arquitectura. Es claro que el mayor problema
había sido la poca vinculación de los estudiantes en el diseño de la nueva
propuesta de pensum.
Tabla 4. Plan de Estudios 1969
|
PRIMER CICLO
|
SEGUNDO CICLO
|
Filosofía
1
|
Filosofía
2
|
Lenguaje
1
|
Lenguaje
2
|
Ecología
1
|
Ecología
2
|
Historia
de Guatemala 1
|
Historia
de Guatemala 2
|
Dibujo
y educación visual 1
|
Dibujo
y educación visual 2
|
Matemáticas
1
|
Matemáticas
2
|
Técnicas
de investigación 1
|
Diseño
fundamental 1
|
TERCER CICLO
|
CUARTO CICLO
|
Historia
del Arte 1
|
Sociología
1
|
Dibujo
y educación visual 3
|
Historia
del Arte 2
|
Matemáticas
3
|
Dibujo
y educación visual 4
|
Física
1
|
Matemáticas
4
|
Diseño
fundamental 2
|
Física
2
|
Dibujo
constructivo 1
|
Diseño
fundamental 3
|
|
Dibujo
constructivo 2
|
QUINTO CICLO
|
SEXTO CICLO
|
Teoría
y análisis 1
|
Sociología
2
|
Historia
de la arquitectura 1
|
Teoría
y análisis 2
|
Mecánica
|
Historia
de la arquitectura 2
|
Composición
1
|
Resistencia
de materiales1
|
Edificación
1
|
Composición
2
|
Geometría
descriptiva 1
|
Edificación
2
|
Electiva
|
Geometría
descriptiva 2
|
SÉPTIMO CICLO
|
OCTAVO CICLO
|
Historia
de la arquitectura 3
|
Planeamiento
1
|
Resistencia
de materiales 2
|
Historia
de la arquitectura 4
|
Composición
3
|
Dibujo
y educación visual 5
|
Edificación
3
|
Estructuras
1
|
Topografía
|
Composición
4
|
Electiva
|
Edificación
4
|
NOVENO CICLO
|
DÉCIMO CICLO
|
Planeamiento
2
|
Planeamiento
3
|
Historia
de la arquitectura 5
|
Teoría
y análisis 2
|
Estructuras
2
|
Especificaciones
y presupuestos
|
Composición
5
|
Estructuras
3
|
Edificación
5
|
Composición
6
|
Electiva
|
Edificación
6
|
DECIMO PRIMER CICLO
|
DÉCIMO SEGUNDO CICLO
|
Planeamiento
4
|
Servicio
social
|
Programación
|
Práctica
profesional
|
Estructuras
4
|
Composición
8
|
Composición
7
|
Edificación
8
|
Edificación
7
|
Electiva
|
Electiva
|
|
Era evidente que los cambios de escenarios
y las nuevas concepciones políticas de participación social estaban generando
una creciente resistencia en algunos grupos estudiantiles que no compartían el
que llamaban enfoque elitista. Esto
los llevaba a hacer planteamientos y requerimientos que consideraban más
acordes a una época que propugnaba por la vinculación de la universidad con la
sociedad. La dinámica social fue haciendo más notoria la necesidad de atender
el problema de la vivienda social dentro de un parámetro más amplio que también
debería considerar la cuestión urbana nacional como tema de atención del
arquitecto, y según los estudiantes, este tema tampoco se había considerado lo
suficiente.
Las repercusiones del cierre
de la Escuela
de Estudios Generales
Con la desaparición de la EEG, el incremento de
la población egresada de nivel medio, la carencia de exámenes para el ingreso y
la apertura total para acceder a la universidad, no sólo se incrementó la
cantidad de estudiantes, sino que se cambió la configuración del estudiantado
de la facultad. Al respecto Gilberto
Castañeda refiere:
La
Facultad era particularmente identificable dentro de la Universidad Nacional
por los apellidos de los estudiantes, en su enorme mayoría, expresión de su
pertenencia de clase. Eran los tiempos de los Alejos, Anguiano, Argüelles [...]
Valdivia, Villanueva, etc., había muy pocos Mux, Xicará, Yaquián, en un país
con más de 50% de población indígena. A partir de 1969 sin embargo -año en que
desaparecen los Estudios Generales- esta situación tiende a modificarse
paulatina pero crecientemente. Pese a ello, en relación con la generalidad de
la universidad, la Facultad conservará cierto carácter elitista debido -pienso-
a la selección que se opera socialmente como resultado, por una parte, de las
dificultades económicas que tiene la mayoría de la población para acceder a los
estudios universitarios y, ya dentro de esta selección, por la visión que en el
país tiene en cuanto a la profesión y la práctica de los arquitectos que, sin
duda, es vista como elitista.
La masificación afectaría la base
académico-administrativa e incluso política de la Facultad. Con la cancelación de la Escuela de
Estudios Generales, ingresaron a la Facultad de Arquitectura 453 estudiantes
nuevos, casi el doble de los estudiantes que ya cursaban la carrera.
En ese nuevo contexto, en 1970 no se
presentaría ninguna propuesta electoral para la convocatoria a elección de la
directiva de la Asociación de Estudiantes de Arquitectura AEDA. Para enfrentar esta crisis de participación se
realizó el Seminario “El estudiante de arquitectura”, del 7 al 11 de
septiembre. Este se enfocó en la problemática de la asociación y la apatía
estudiantil, así como, en las dificultades de relación entre la Junta Directiva
y la base estudiantil. Como resultado de este evento la AEDA realizaría una
restructuración y el 25 de septiembre de ese año se instalaría una nueva Junta
Directiva. Uno de los principales
objetivos sería resolver el problema del plan de estudios 1969, cuya evaluación
había entrado en un impase.
Dos años después del cierre de la EEG la
facultad contaba con una nueva articulación estudiantil fortalecida con los
nuevos egresados que rápidamente se convirtieron en mayoría y que rejuvenecerían
la base para apoyar un movimiento creciente de cambio.
A inicios de 1972, tres años después de
haber formado la comisión paritaria para evaluar el Plan de Estudios 1969 la
parte estudiantil consideró que habían sido años de esfuerzos infructuosos y renunció.
Pero también denunció la inoperancia y el desinterés mostrado por los docentes
representados por los jefes de los cinco departamentos de la estructura académico-administrativa
de la Facultad.[44]
A pesar de las circunstancias y de la nueva
articulación estudiantil las autoridades consideraron que era necesario tomar
medidas de ajuste para enfrentar la avalancha de estudiantes que, en muchos
casos, no tenían la preparación necesaria para enfrentar exitosamente la
educación universitaria. El bajo nivel académico que comenzó a
presentarse llevó a que la Junta Directiva nombrara una comisión que estudiara
el tema e hiciera propuestas para mejorar el rendimiento. La comisión académica
fue integrada por los jefes de Departamento.
El 7 de abril de 1972 la Junta Directiva
recibiría la propuesta de la Comisión de docencia de la Facultad, en la que se
solicitaba que fueran tomadas en consideración sus sugerencias al
elaborar la nueva reglamentación de exámenes de la Facultad. La propuesta
contenía los siguientes aspectos:
a) la
calificación final se integraría con el 80% de zona y el 20% de examen final.
b) los estudiantes debían cumplir con el 80% de asistencia en los cursos. c) Un
máximo de dos exámenes de retrasadas. d) Todos los cursos se aprobarían con una
nota mínima de 60 puntos. e) Los estudiantes podrían cursar un máximo de 2
veces los cursos teóricos y 3 veces los cursos prácticos, se propuso que estos últimos
pudieran impartirse en escuela de vacaciones y se recuperara el 33%. f) A
partir de 1972 no se aceptaría en un nuevo ciclo a estudiantes con materias
retrasadas del ciclo anterior.
Desde la óptica estudiantil estos
criterios resultaban lesivos a los estudiantes y más aún, si se seguían dando
en el marco de las fallas en la enseñanza que ellos había señalado en los
últimos años. Desde la óptica de las autoridades había que mantener la calidad
académica, que luego del cierre de la Escuela de Estudios Generales había
disminuido. Consideraron que una forma de hacerlo era por medio de criterios de
evaluación que permitieran controlar de mejor manera el desempeño. Si bien la
propuesta no fue aprobada, fue el elemento que destapo el dique para que las
protestas estudiantiles se acrecentaran y ya no dieran marcha atrás.
El 14 de abril se realizó una Asamblea
General de Estudiantes que, como resultado, publicó una Carta a la Comunidad
Universitaria en la que integraban elementos discutidos en varios eventos
incluso a nivel centroamericano. Todo se resumía en la siguiente frase:
“Entendemos por nuevo arquitecto aquel que orienta su acción no a la obra
aislada y personal sino a la obra orgánica y social”.
Los estudiantes pidieron la renuncia de
los cinco Jefes de Departamento y desencadenaron una serie de acciones que
llevarían al cierre de la carrera y darían origen un proceso de reestructuración
total.
El 19 de abril, la AEDA hizo pública su
propuesta de Plan de Reestructuración de la Facultad de Arquitectura. En el
primer párrafo se expresaba: «Los estudiantes de arquitectura, conscientes de
la responsabilidad que nos compete y del paso definitivo que hemos dado en
busca de la realización de nuestras aspiraciones, tomamos hoy a nuestro cargo y
dirección la ineludible tarea de reestructurar nuestra ya caduca escuela.»[48]
El 21 de abril los estudiantes tomarían el
edificio de la Facultad de Arquitectura, la Junta Directiva aceptaría la
renuncia de los Jefes de Departamento y aprobaría la solicitud de realizar un
Congreso de Reestructuración de la Facultad de Arquitectura que sería
trasladada al CSU. El día siguiente, el Consejo,
presidido por el Rector Rafael Cuevas del Cid, resolvería apoyar el proceso de
reestructuración de la Facultad de Arquitectura, el cual se consideraba
congruente con la política de la Reforma que impulsaba el Consejo Superior
Universitario.[49]
Conclusiones
Las condiciones que prevalecían
en 1963 en medio de un gobierno de facto facilitaron que el CSU aprobara la
creación del Programa de Estudios Básicos. La oposición inicial que hizo la
Asociación de Estudiantes Universitarios no fue atendida por el Consejo y el
proyecto se echó a andar en enero de 1964. Las mismas autoridades de la
Facultad de Arquitectura se resistieron a participar, pero era una política
institucional que debieron acatar. Luego
defenderían su continuidad. Habían
identificado los beneficios para fortalecer las capacidades de los nuevos
estudiantes que ingresaban. Aunque también identificaron aspectos que se
necesitaba mejorar y que, finalmente, llevarían al surgimiento de diversas
protestas.
Las decisiones de crear el
Departamento de Estudios Generales como de suspender totalmente la Escuela de
Estudios Generales incidieron directamente en la estructura curricular de
arquitectura. Pero fue el cierre de la EEG lo que tuvo mayores repercusiones.
Ambas medidas tuvieron sus
motivaciones político-académicas, pero el cierre obligado demostraría la
efectividad de los medios de presión para afectar las decisiones en el CSU y el
efecto que la organización estudiantil podría tener en la forma de orientar y
entender la academia universitaria. Esta estrategia, que había demostrado su
efectividad, seguiría siendo utilizada en el futuro.
Sobre los cambios generados en la
estructura curricular de la carrera de Arquitectura con la creación de los
estudios generales se pudo observar ligeras variaciones. Lo que más resaltó fue la inclusión de cursos
que no habían formado parte de la carrera de arquitectura. Para el nuevo Plan derivado
se había necesitado crear más cursos con el objeto de cubrir los contenidos del
plan anterior. Pero los cambios en la red curricular fueron mínimos, aunque
debe observarse que en el nuevo Plan se incluyeron dos asignaturas de servicio
social con lo que se buscaba comenzar a responder a la demanda de vinculación
social que el sector estudiantil y las políticas universitarias estaban
reclamando.
Algunos estudiantes de la EEG
veían muy difícil acceder a la carrera en el tercer año, en algunos casos por
no haber aprobado uno o dos cursos del plan básico. Las autoridades tomaron
algunas decisiones para enfrentar la situación.
No obstante, el problema era generalizado y llevó a movimientos y violentas
protestas dentro de la USAC. Finalmente, el CSU se vería obligado a
cambiar su decisión y eliminar la Escuela de Estudios Generales.
No podría asegurarse que los ajustes que
se pretendía dar a la EEG, antes del cambio de decisión, se hubieran convertido
en una oportunidad para que muchos estudiantes que hoy se ven imposibilitados
de ingresar a las aulas universitarias, por falta de preparación, pudieran
hacerlo. Lo que si se puede afirmar es
que esta experiencia debe servir como antecedente para cualquier propuesta que
vaya encaminado a fortalecer las capacidades de quienes en este momento no
pueden ingresar a la universidad.
En cuanto a las modificaciones del plan de estudios de
arquitectura debido a la desaparición de la Escuela de Estudios Generales,
estas fueron más notorias. Se debía reestructurar rápidamente el Plan de
Estudios para atender la problemática inmediata que se daría a inicio del
siguiente año y proponer una serie de cursos para enfrentar los dos primeros
ciclos. Con la aprobación del Plan de Estudios 1969 se incrementó el número de
cursos. Habían desaparecido biología y química, pero a cambio se agregaron dos
cursos de ecología. Se sumaron los
cursos de lenguaje y filosofía que no estaban en el Plan 62. Los demás cursos
del área común fueron distribuidos dentro de los contenidos del Plan 69. Sin embargo, se hizo significativo que se
incluyeran dos cursos sobre historia de Guatemala, dos cursos de sociología,
una asignatura sobre servicio social y que se mantuvieran cuatro materias sobre
planeamiento, referidas a la planificación urbana y regional. En este nuevo Plan se daba mayor atención que
en los planes anteriores, al conocimiento de lo nacional y la cuestión urbana y
social.
Pero los cambios generados en el
nuevo Plan de Estudios 1969 no fueron del agrado de los estudiantes
especialmente porque habían sido marginados en su planteamiento. insistirían en
que se mantenía el mismo modelo desde el inicio de la carrera de arquitectura.
El mayor problema había sido la falta de vinculación en el diseño de la nueva
propuesta de pensum y luego, la falta de seguimiento a la evaluación que una
comisión paritaria debía haber hecho al Plan.
El cierre de la Escuela de Estudios Generales trajo
repercusiones para la Facultad de Arquitectura, no sólo complicaría la acción
administrativa, también favorecería el quiebre total del modelo educativo.
El cierre generó un considerable
incremento de estudiantes provenientes del nivel medio y con ello cambió la
configuración socio económica de los estudiantes de arquitectura. La mayoría de los miembros de esta nueva
generación de estudiantes provenían de las capas medias y de limitados recursos
de la sociedad guatemalteca y sus aspiraciones y necesidades eran distintas a
la de los primeros estudiantes. Podría afirmarse que vivían la problemática de
la realidad social y fácilmente podrían sumarse a las luchas por las
reivindicaciones sociales. Además, ante este cambio el estudiante universitario
había redescubierto su papel protagónico en las luchas sociales lo que fue
aprovechado por la organización estudiantil que generaría estrategias para
fortalecer su base y empoderarse paulatinamente de un proceso de cambio que ya
no tuvo retorno.
Pero debe considerarse que si
bien la nueva configuración estudiantil ocasionada por el cierre de la EEG
favoreció los cambios que vendrían dentro de la Facultad de Arquitectura, esta
no había sido la única causa. El
argumento académico fue la aprobación del nuevo pensum que a criterio de sus
detractores mantenía la mayoría de los principios académicos tradicionales
desde la fundación de la Facultad, a ello se agregaba la creciente consciencia
sobre la importancia de la arquitectura dentro del fenómeno social y que la
carrera debía atender problemas como la vivienda social dentro de un marco más
amplio que considerara la cuestión urbana.
A lo anterior se agrega que no se
respetó el proceso de evaluación paritaria que debía dársele a dicho Plan; que
el resentimiento estudiantil se había ido acumulando por la falta de atención a
sus demandas y propuestas y que prevalecía la percepción de estar en una
carrera elitista en la que existía discriminación.
Sin embargo, lo que finalmente
reventó el conflicto fue la inoportuna e impopular propuesta de normas de
evaluación. Lo paradójico de este punto
es que casi todas esas propuestas, rechazadas vehementemente hace medio siglo,
están hoy vigentes.
Citas
Gilberto Castañeda. “La formación de Arquitectos en Guatemala.
Consideraciones académico-pedagógicas” (México: Tesis de Maestría en Docencia e
Investigación. Universidad Nacional Autónoma de México. 1990) 8
Adalberto Santana, “1968 en la
memoria de América Latina y el mundo,” Revista Mexicana de Ciencias Políticas y
Sociales, Año LXIII, No. 234 (México, 2018): 178-185
En
ese momento los jefes de Departamento eran los Arquitectos Guido Ricci de
Edificación, René Minera de Planificación, Arturo Molina de Materias Técnicas,
Roberto Aycinena de Teoría e Historia y Roberto Ogarrio de Composición.
Bibliografía
Álvarez, Virgilio. Conventos,
aulas y trincheras. Universidad y movimiento estudiantil en Guatemala. Volumen 2. Guatemala: Editorial
Universitaria, 2014.
Biagini, Hugo. La Reforma
Universitaria y nuestra América. A cien
años de la revuelta estudiantil que sacudió al continente. Universidad de
San Carlos de Guatemala. 2018.
Castañeda, Gilberto. “La formación de arquitectos en Guatemala.
Consideraciones académico-pedagógicas.” Tesis de Maestría en Docencia e
Investigación. Universidad Nacional Autónoma de México. 1990.
Cazali, Augusto. Historia
de la Universidad de San Carlos de Guatemala. Época Republicana: 1821-1994.
Guatemala: Editorial Universitaria. 2001.
Harnecker,
Marta. Estudiantes, cristianos e indígenas en la revolución. México: Siglo XXI. 1987.
Kuhn, Thomas (1962) La estructura de las revoluciones científicas. México, D. F.: Fondo de Cultura Económica. Edición 2002.
Ginzburg, C. Indicios: Raíces de un paradigma de inferencias indiciales,
en Mitos, emblemas e indicios, Barcelona: Gedisia. 1989
Habermas, Jürgen. Ciencia y técnica como “ideología”. 1986
Morales Juárez, Roberto. El
Arquitecto y la práctica profesional en Guatemala, abril de 1970.
Mimeografiado.
Rabe,
Byron. “Análisis de las bases epistemológicas e institucionales
en la enseñanza del diseño y la creatividad.” Tesis doctoral, Universidad de
San Carlos de Guatemala, 2017.
Rabe, Byron. “Un acercamiento a los cambios paradigmáticos en las
visiones curriculares de la Facultad de Arquitectura de USAC”. Avance, Vol. 9, No. 2 (2016): 22-37
Santana, Adalberto. “1968 en la memoria de América Latina y el mundo”. Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales, Año LXIII, No. 234
(2018): 177-200. DOI:http://dx.doi.org/10.22201/fcpys.2448492xe.2018.234.65557
Universidad de San Carlos
de Guatemala. Actas del Consejo Superior Universitario. (856 y 858 de
1964; 937 de 1966; 982 y 983 de 1968 y 1149 de 1972).
Universidad de San Carlos
de Guatemala. Actas de la Junta Directiva de la Facultad de
Arquitectura. (13 de 1959; 120, 122, y
124 de 1964; 145 y 148 de 1965; 183, 185, 187, 188, 189 y 192 de 1968; 207 y
217 de 1969 y 261 de 1972).