Serie: Epistemología, filosofía y
Diseño[1]
La creatividad requiere tener el valor de desprenderse de
las certezas.
Erich Fromm
La
creatividad es un fenómeno integral que se puede abordar desde varios ámbitos,
los principales que engloban la mayoría de las posibilidades se pueden resumir
en tres[2]: las características individuales de las personas, los
procesos que la propician y los productos creativos que se generan.
Respecto
de las características individuales hay una gran cantidad de tratados que se centran
en la psicología individual y psicosocial. También hay otros que se enfocan en
la teoría de la motivación y más recientemente, nuevas investigaciones en el
ámbito de la neurociencia. Los procesos creativos han tenido pocos abordajes
desde el plano metodológico y sistemático, en especial en lo relacionado con el
diseño. No obstante, las ciencias de la educación promueven algunos modelos que
propician el desarrollo creativo y, por consiguiente, podrían favorecer la
creatividad en el diseño.
Los
objetos de diseño son parte de un proceso que concluye en la definición de un
producto. Este proceso abarca diferentes situaciones, que pueden estar
enmarcados dentro de la linealidad del pensamiento racional o la flexibilidad
del pensamiento holista. Determinar qué tanto aporta cada una de esas visiones
al pensamiento creativo, ha sido una de las constantes en investigaciones sobre
esta temática.
Creatividad
La creatividad además de ser
un proceso es una característica de la personalidad y también un producto que existe en un contexto o campo específico.[3] Las personas que hicieron
cosas creativas (productos), lo hicieron con determinados procedimientos (procesos) y actuaron de determinada manera (características de personalidad). La creatividad existe potencialmente en cualquier
individuo, pero requiere
de un medio con condiciones propicias
para
desarrollarla. Se hace presente en distintos momentos, generalmente ante una dificultad, reto o necesidad de resolver problemas.
El concepto de creatividad puede variar según el contexto en el que se aplique, sus
límites son indefinidos pero los criterios culturales inciden directamente en lo que se puede considerar como creativo, es decir, que lo que para unos es creativo para otros puede no serlo.
El origen del término en cuestión es anglosajón, proviene
de creativity, referido a la
capacidad de creación. La
creatividad se relaciona con dar vida o sentido a algo nuevo, puede ser un proceso personal pero también social, por tanto, lleva a la satisfacción individual,
pero
incluye una valoración de la comunidad en la que se ejecuta el acto creativo.
El peruano José Gómez plantea que no se trata de un concepto psicológico, ni de una imagen para el marketing, sino de un rico potencial humano que es preciso identificar, estimular y utilizar en
la vida. La creatividad será un indicador clave de las instituciones y pueblos con mayor influencia en el siglo XXI.[4]
El
sociólogo argentino Carlos Sabino en la introducción de su libro El proceso
de investigación,[5] señala que no hay modo de crear nuevos conocimientos
sobre un tema, de resolver los pequeños o grandes enigmas de nuestro mundo, si
no se tiene intuición e imaginación, si no se exploran, con mente abierta, los
diversos caminos que pueden llevar a la respuesta.
Teorías
e interpretaciones sobre la creatividad
La
creatividad se vale de procesos y herramientas cognoscitivas y técnicas, que
pueden diferir entre una persona y otra. Al final, lo que busca es
un producto o solución. No obstante, las características de la creatividad no pueden generalizarse para
todos los individuos, tampoco pueden establecerse características ambientales y condiciones
que pueden propiciar su desarrollo. Han surgido una serie de teorías e
interpretaciones que persiguen explicar estos temas:
Teorías personológicas e interaccionales de la creatividad
Teorías
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Descripción
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Enfoques personológicos
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El asocianismo y el conductismo
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Creatividad por asociación de estímulos y refuerzos.
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La teoría de la
Gestalt |
Creatividad como organización flexible de la percepción.
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La perspectiva
de Vygotski |
Creatividad como
actividad
de construcción combinatoria, basada en
la imaginación e interdependiente del pensamiento lógico.
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El enfoque piagetiano
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Creatividad en los procesos de acomodación-asimilación.
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La interpretación psicoanalítica
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Creatividad como iluminación inconsciente.
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La explicación humanista
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Creatividad como autorrealización personal.
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La hipótesis del pensamiento divergente
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Creatividad y aptitudes cognoscitivas.
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La teoría incremental de Weisberg
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Creatividad como solución de problemas.
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Perspectivas contemporáneas
interaccionales
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El modelo componencial de Amabile
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Influencia del ambiente en los tres componentes de
la creatividad: las
destrezas
para
el campo, las destrezas para la creatividad y la motivación en la tarea
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La teoría de la inversión de Sternberg y Lubart
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La creatividad como inversión de distintas fuentes como inteligencia, conocimiento, estilo cognitivo, personalidad, motivación y ambiente.
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El modelo sistémico
de Csikszentmihalyi |
Creatividad como
resultado de
la interacción de un sistema compuesto por tres elementos: el campo de conocimiento,
la
persona y el ámbito de realización
|
Fuente:
Adaptación de Maite Garaigordobil, en “Explicaciones teóricas contemporáneas
del origen y desarrollo de la creatividad humana”. Recrearte 5 (2006)
Con
base en lo anterior y en relación con la creatividad, se puede establecer que
el diseño es una actividad intelectual, que estimula la capacidad
de realizar sinapsis, de establecer relaciones de conocimientos y experiencias
para llegar a un flujo creativo que circunda la
razón, la lógica y el entusiasmo, y la subjetividad. Esto genera una serie de acciones, para fabricar uno o varios objetos que satisfagan necesidades, que
también pueden identificarse como diseño.
Creatividad e inteligencia
Al igual que la ciencia y el diseño, la creatividad se ha visto
afectada por los enfoques dicotómicos entre lo objetivo y lo subjetivo.
Aristóteles planteó que el ser humano está constituido por dos áreas
fundamentales, la mente y el alma. La mente con su orientación hacia el
pensamiento racional, porque discierne y explica; el alma, como la parte
integradora que abarca los sentimientos y las emociones, la parte subjetiva que complementa lo racional y permite la fusión que posibilita la creación.
Lo objetivo y lo subjetivo se encuentra en diversos estudios sobre el
pensamiento humano. Por ejemplo, Christopher Jones[6] lo contiene en su propuesta de caja de cristal y caja negra. Paul Guilford[7] en el pensamiento convergente y divergente. También se observa en la teoría de los dos cerebros desarrollada por
Roger Sperry.[8] Y en la tesis del pensamiento lateral
de De Bono[9] en la
que se distancia del pensamiento lineal.
Cada planteamiento tiene sus propias variantes y todos parten de
interpretaciones encontradas (objetivo versus subjetivo), coinciden en que no
se trata de sustituir o elegir una por otra,
más bien se persigue una integración entre visiones complementarias. No se
desliga a la creatividad de la inteligencia o la razón, puesto que es parte de
ella. Los avances en las investigaciones llevan a convenir en que, si bien la
creatividad necesita de fundamentos racionales, debe evitarse que estos lleguen
a convertirse en obstáculos para
estimular la creatividad.
¿Existe entonces, alguna relación entre inteligencia y creatividad?
Paul Torrence[10] en 1962, demostró que
el 70% de los sujetos considerados como creativos en una muestra, serían
excluidos del grupo si se considerara el coeficiente intelectual (CI).
También lo planteó Mackinnon[11] ese mismo año.
Ellos encontraron que los estudiantes con coeficiente intelectual alto no
necesariamente tienen un alto nivel de creatividad; y los estudiantes muy creativos
puede que no tengan un alto coeficiente intelectual. Es decir que no hay
necesariamente una relación entre inteligencia creativa e inteligencia intelectual.
Es interesante observar el planteamiento sobre inteligencias múltiples
que propone Howard Gardner[12] quien postula que los seres humanos son capaces de conocer y de aprender de siete maneras diferentes: A
través del lenguaje, del
análisis lógico-matemático, de la representación espacial, del pensamiento musical, del uso del cuerpo, de una comprensión de los demás y de nosotros mismos. Más adelante, Gardner incursionó también en la inteligencia ecológica y la inteligencia espiritual. Daniel Goleman[13] ha estudiado la
inteligencia
emocional, social
y también la
ecológica y ha encontrado puntos de convergencia con Gardner.
La inteligencia creativa ha sido tratada por autores como Harry Alder[14] y Jesús Yanes[15] y está tomando preponderancia, en especial, porque
poco a poco nos hemos dado cuenta de que se constituye en un recurso de gran
relevancia para enfrentar el presente y el futuro. Es evidente que es necesario
estimular la creatividad en la juventud para que vaya encontrando nuevas formas
de ver y hacer las cosas en un escenario totalmente impredecible y que demanda
originalidad e inventiva. Pero no hay un solo tipo de personalidad creativa.
El psicólogo y filósofo croata Mihaly Csikszentmihalyi[16] señala que no importa el tipo de personalidad para
ser creativo, las personas creativas son seres complejos, enérgicos y
tranquilos, inteligentes e ingenuos, disciplinados e irresponsables,
imaginativos y realistas, orgullosos y humildes, rebeldes y conservadores, extrovertidos
o introvertidos, rompen lo establecido, pero
también pueden
ser muy tradicionales.
Por eso vemos personajes que han cambiado la historia del mundo, que
curiosamente poseen características distintas y que demuestran que es
imposible
establecer un patrón o un estereotipo. Beethoven fue tan diferente de Mozart y este de Chopin;
Aristóteles de Platón;
Copérnico de Galileo; Leonardo de Rafael; Brunellesqui de Fuller; Einstein de Newton; Gates de Jobs; Spielberg de Del
Toro. Todos tan diferentes. Algunos conflictivos, algunos malhumorados, algunos prepotentes, otros simpáticos, algunos silentes, otros extrovertidos.
Los creativos pueden
tener características muy diferentes en su personalidad y actuación.
La creatividad no tiene ni color, ni sexo, ni origen, ni estrato social, ni siquiera es definitoria la preparación académica. Puede partir de planteamientos objetivos o de interpretaciones subjetivas. Pero hay algo que los seres creativos
tienen en común y esto es, la pasión y la dedicación que
ponen a lo que están haciendo. Es
común observar en la persona creativa no trabaja por
el resultado de lo que hace, no
es por la fama, el dinero o los
incentivos externos; trabaja por una motivación interna, que le
permite actuar de
manera
divergente, es decir con varias ideas a la vez y con múltiples posibilidades
simultáneas, sin perseguir nada más que su autorrealización y comunicación con el medio.
[1] El
contenido de los textos de esta serie ha sido adaptado de: Byron Rabe.
“Análisis de las bases epistemológicas e institucionales en la enseñanza del
diseño y la creatividad”. (Tesis doctoral. Universidad de San Carlos de
Guatemala, 2017)
[2] Ver Julio Cesar
Penagos. “Creatividad, una aproximación”. Revista de Psicología Edición
especial (2000).
[3] Para ampliar ver
las obras completas de Julio Cesar Penagos. “Creatividad, una aproximación” y
de Mihaly Csikszentmihalyi. Creatividad.
El fluir y la psicología del descubrimiento y la invención.
[4] José Gómez. Desarrollo de la creatividad. Compilación de textos.
Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo. (Lambayeque, Perú: Fondo Editorial
Universitaria, 2005), 6.
[5] Carlos
Sabino. El Proceso de investigación. (Caracas: Panapo, 2000), 3.
[6] Christopher
Jones, Métodos del diseño, (Barcelona: Gustavo Gili, 1978) e.o. 1970
[7] Guilford, P. y
Strom, R. D, Creatividad y Educación, (Buenos Aires: Paidós,1978)
[8] Eduardo
Cosacov. Introducción a la psicología, (Córdoba: Editorial Brujas, 2005)
153-156.
[9] Edward De Bono,
EL Pensamiento lateral. Manual de Creatividad (Barcelona: Paidós, 1991)
[10] Paul Torrence. Guiding creative talent, (Englewood
Clif, Nj: Prentice Hall, 1962)
[11] Donald Mackinnon. What makes a person
creative? Saturday Review, 1962, 46-69
[12] Howard Gardner. Inteligencias múltiples. (Barcelona:
Paidós, 1999)
[13] Daniel Goleman, Inteligencia emocional, (Kairós, 2001)
[14] Harry Alder.
Inteligencia creativa, (México: Santillana Ediciones, 2003)
[15] Jesús Yanes.
Inteligencia creativa y desarrollo personal, (Argentina: Librería Argentina,
2006)
[16] Mihaly
Csikszentmihalyi. Creatividad. El fluir
y la psicología del descubrimiento y la invención. (Barcelona: Paidós, 1998)
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