viernes, 20 de septiembre de 2019

Creatividad, diseño e inteligencia


Serie: Epistemología, filosofía y Diseño[1]


La creatividad requiere tener el valor de desprenderse de las certezas.

Erich Fromm



La creatividad es un fenómeno integral que se puede abordar desde varios ámbitos, los principales que engloban la mayoría de las posibilidades se pueden resumir en tres[2]: las características individuales de las personas, los procesos que la propician y los productos creativos que se generan.

Respecto de las características individuales hay una gran cantidad de tratados que se centran en la psicología individual y psicosocial. También hay otros que se enfocan en la teoría de la motivación y más recientemente, nuevas investigaciones en el ámbito de la neurociencia. Los procesos creativos han tenido pocos abordajes desde el plano metodológico y sistemático, en especial en lo relacionado con el diseño. No obstante, las ciencias de la educación promueven algunos modelos que propician el desarrollo creativo y, por consiguiente, podrían favorecer la creatividad en el diseño.

Los objetos de diseño son parte de un proceso que concluye en la definición de un producto. Este proceso abarca diferentes situaciones, que pueden estar enmarcados dentro de la linealidad del pensamiento racional o la flexibilidad del pensamiento holista. Determinar qué tanto aporta cada una de esas visiones al pensamiento creativo, ha sido una de las constantes en investigaciones sobre esta temática.

Creatividad

La creatividad además de ser un proceso es una característica de la personalidad y también un producto que existe en un contexto o campo específico.[3] Las personas que hicieron cosas creativas (productos), lo hicieron con determinados procedimientos (procesos) y actuaron de determinada manera (características de personalidad). La creatividad existe potencialmente en cualquier individuo, pero requiere de un medio con condiciones propicias para desarrollarla. Se hace presente en distintos momentos, generalmente ante una dificultad, reto o necesidad de resolver problemas.

El concepto de creatividad puede variar según el contexto en el que se aplique, sus mites son indefinidos pero los criterios culturales inciden directamente en lo que se puede considerar como creativo, es decir, que lo que para unos es creativo para otros puede no serlo. El origen del término en cuestión es anglosajón, proviene de creativity, referido a la capacidad de creación. La creatividad se relaciona con dar vida o sentido a algo nuevo, puede ser un proceso personal pero también social, por tanto, lleva a la satisfacción individual, pero incluye una valoración de la comunidad en la que se ejecuta el acto creativo.

El peruano José Gómez plantea que no se trata de un concepto psicológico, ni de una imagen para el marketing, sino de un rico potencial humano que es preciso identificar, estimular y utilizar en la vida. La creatividad será un indicador clave de las instituciones y pueblos con mayor influencia en el siglo XXI.[4]

El sociólogo argentino Carlos Sabino en la introducción de su libro El proceso de investigación,[5] señala que no hay modo de crear nuevos conocimientos sobre un tema, de resolver los pequeños o grandes enigmas de nuestro mundo, si no se tiene intuición e imaginación, si no se exploran, con mente abierta, los diversos caminos que pueden llevar a la respuesta.

Teorías e interpretaciones sobre la creatividad

La creatividad se vale de procesos y herramientas cognoscitivas y técnicas, que pueden diferir entre una persona y otra. Al final, lo que busca es un producto o solución. No obstante, las características de la creatividad no pueden generalizarse para todos los individuos, tampoco pueden establecerse características ambientales y condiciones que pueden propiciar su desarrollo. Han surgido una serie de teorías e interpretaciones que persiguen explicar estos temas:

Teorías personológicas e interaccionales de la creatividad



Teorías
Descripción
Enfoques personológicos
El asocianismo y el conductismo
Creatividad por asociación de estímulos y refuerzos.
La teoa de la
Gestalt
Creatividad como organización flexible de la percepción.
La perspectiva
de Vygotski
Creatividad como actividad de construcción combinatoria, basada en la imaginación e interdependiente del pensamiento lógico.
El enfoque piagetiano
Creatividad en los procesos de acomodación-asimilación.
La interpretación psicoanalítica
Creatividad como iluminación inconsciente.
La explicación humanista
Creatividad como autorrealización personal.
La hitesis del pensamiento divergente
Creatividad y aptitudes cognoscitivas.
La teoa incremental de Weisberg
Creatividad como solución de problemas.
Perspectivas contemporáneas interaccionales
El modelo componencial de Amabile
Influencia del ambiente en los tres componentes de la creatividad: las destrezas para el campo, las destrezas para la creatividad y la motivación en la tarea
La teoa de la inversión de Sternberg y Lubart
La creatividad como inversión de distintas fuentes como inteligencia, conocimiento, estilo cognitivo, personalidad, motivación y ambiente.
El modelo sistémico
de Csikszentmihalyi
Creatividad como resultado de la interacción de un sistema compuesto por tres elementos: el campo de conocimiento, la persona y el ámbito de realización

Fuente: Adaptación de Maite Garaigordobil, en “Explicaciones teóricas contemporáneas del origen y desarrollo de la creatividad humana”. Recrearte 5 (2006)

Con base en lo anterior y en relación con la creatividad, se puede establecer que el diseño es una actividad intelectual, que estimula la capacidad de realizar sinapsis, de establecer relaciones de conocimientos y experiencias para llegar a un flujo creativo que circunda la razón, la lógica y el entusiasmo, y la subjetividad. Esto genera una serie de acciones, para fabricar uno o varios objetos que satisfagan necesidades, que también pueden identificarse como diseño.

Creatividad e inteligencia

Al igual que la ciencia y el diseño, la creatividad se ha visto afectada por los enfoques dicotómicos entre lo objetivo y lo subjetivo. Aristóteles planteó que el ser humano está constituido por dos áreas fundamentales, la mente y el alma. La mente con su orientación hacia el pensamiento racional, porque discierne y explica; el alma, como la parte integradora que abarca los sentimientos y las emociones, la parte subjetiva que complementa lo racional y permite la fusión que posibilita la creación.

Lo objetivo y lo subjetivo se encuentra en diversos estudios sobre el pensamiento humano. Por ejemplo, Christopher Jones[6] lo contiene en su propuesta de caja de cristal y caja negra. Paul Guilford[7] en el pensamiento convergente y divergente. También se observa en la teoa de los dos cerebros desarrollada por Roger Sperry.[8] Y en la tesis del pensamiento lateral de De Bono[9] en la que se distancia del pensamiento lineal.

Cada planteamiento tiene sus propias variantes y todos parten de interpretaciones encontradas (objetivo versus subjetivo), coinciden en que no se trata de sustituir o elegir una por otra, más bien se persigue una integración entre visiones complementarias. No se desliga a la creatividad de la inteligencia o la razón, puesto que es parte de ella. Los avances en las investigaciones llevan a convenir en que, si bien la creatividad necesita de fundamentos racionales, debe evitarse que estos lleguen a convertirse en obstáculos para estimular la creatividad.

¿Existe entonces, alguna relación entre inteligencia y creatividad? Paul Torrence[10] en 1962, demostró que el 70% de los sujetos considerados como creativos en una muestra, serían excluidos del grupo si se considerara el coeficiente intelectual (CI). También lo plant Mackinnon[11] ese mismo año. Ellos encontraron que los estudiantes con coeficiente intelectual alto no necesariamente tienen un alto nivel de creatividad; y los estudiantes muy creativos puede que no tengan un alto coeficiente intelectual. Es decir que no hay necesariamente una relación entre inteligencia creativa e inteligencia intelectual.

Es interesante observar el planteamiento sobre inteligencias múltiples que propone Howard Gardner[12] quien postula que los seres humanos son capaces de conocer y de aprender de siete maneras diferentes: A través del lenguaje, del análisis lógico-matemático, de la representación espacial, del pensamiento musical, del uso del cuerpo, de una comprensión de los demás y de nosotros mismos. Más adelante, Gardner incursionó también en la inteligencia ecológica y la inteligencia espiritual. Daniel Goleman[13] ha estudiado la inteligencia emocional, social y también la ecológica y ha encontrado puntos de convergencia con Gardner.

La inteligencia creativa ha sido tratada por autores como Harry Alder[14] y Jesús Yanes[15] y está tomando preponderancia, en especial, porque poco a poco nos hemos dado cuenta de que se constituye en un recurso de gran relevancia para enfrentar el presente y el futuro. Es evidente que es necesario estimular la creatividad en la juventud para que vaya encontrando nuevas formas de ver y hacer las cosas en un escenario totalmente impredecible y que demanda originalidad e inventiva. Pero no hay un solo tipo de personalidad creativa.

El psicólogo y filósofo croata Mihaly Csikszentmihalyi[16] señala que no importa el tipo de personalidad para ser creativo, las personas creativas son seres complejos, enérgicos y tranquilos, inteligentes e ingenuos, disciplinados e irresponsables, imaginativos y realistas, orgullosos y humildes, rebeldes y conservadores, extrovertidos o introvertidos, rompen lo establecido, pero también pueden ser muy tradicionales.

Por eso vemos personajes que han cambiado la historia del mundo, que curiosamente poseen características distintas y que demuestran que es imposible establecer un patrón o un estereotipo. Beethoven fue tan diferente de Mozart y este de Chopin; Aristóteles de Platón; Copérnico de Galileo; Leonardo de Rafael; Brunellesqui de Fuller; Einstein de Newton; Gates de Jobs; Spielberg de Del Toro. Todos tan diferentes. Algunos conflictivos, algunos malhumorados, algunos prepotentes, otros simticos, algunos silentes, otros extrovertidos.

Los creativos pueden tener caractesticas muy diferentes en su personalidad y actuación. La creatividad no tiene ni color, ni sexo, ni origen, ni estrato social, ni siquiera es definitoria la preparación acamica. Puede partir de planteamientos objetivos o de interpretaciones subjetivas. Pero hay algo que los seres creativos tienen en común y esto es, la pasión y la dedicación que ponen a lo que están haciendo. Es común observar en la persona creativa no trabaja por el resultado de lo que hace, no es por la fama, el dinero o los incentivos externos; trabaja por una motivación interna, que le permite actuar de manera divergente, es decir con varias ideas a la vez y con múltiples posibilidades simultáneas, sin perseguir nada más que su autorrealización y comunicación con el medio.


[1] El contenido de los textos de esta serie ha sido adaptado de: Byron Rabe. “Análisis de las bases epistemológicas e institucionales en la enseñanza del diseño y la creatividad”. (Tesis doctoral. Universidad de San Carlos de Guatemala, 2017)
[2] Ver Julio Cesar Penagos. “Creatividad, una aproximación”. Revista de Psicología Edición especial (2000).
[3] Para ampliar ver las obras completas de Julio Cesar Penagos. “Creatividad, una aproximación” y de Mihaly Csikszentmihalyi.  Creatividad. El fluir y la psicología del descubrimiento y la invención.
[4] José Gómez. Desarrollo de la creatividad. Compilación de textos. Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo. (Lambayeque, Perú: Fondo Editorial Universitaria, 2005), 6.
[5] Carlos Sabino. El Proceso de investigación. (Caracas: Panapo, 2000), 3.

[6] Christopher Jones, Métodos del diseño, (Barcelona: Gustavo Gili, 1978) e.o. 1970
[7] Guilford, P. y Strom, R. D, Creatividad y Educación, (Buenos Aires: Paidós,1978)
[8] Eduardo Cosacov. Introducción a la psicología, (Córdoba: Editorial Brujas, 2005) 153-156.
[9] Edward De Bono, EL Pensamiento lateral. Manual de Creatividad (Barcelona: Paidós, 1991)
[10] Paul Torrence. Guiding creative talent, (Englewood Clif, Nj: Prentice Hall, 1962)
[11] Donald Mackinnon. What makes a person creative? Saturday Review, 1962, 46-69
[12] Howard Gardner. Inteligencias múltiples. (Barcelona: Paidós, 1999)
[13] Daniel Goleman, Inteligencia emocional, (Kairós, 2001)
[14] Harry Alder. Inteligencia creativa, (México: Santillana Ediciones, 2003)
[15] Jesús Yanes. Inteligencia creativa y desarrollo personal, (Argentina: Librería Argentina, 2006)
[16] Mihaly Csikszentmihalyi.  Creatividad. El fluir y la psicología del descubrimiento y la invención. (Barcelona: Paidós, 1998)

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