viernes, 20 de septiembre de 2019

La paradoja creatividad y método


Serie: Epistemología, filosofía y Diseño[1]

La menor pieza de Bach recurre a normas y a sorpresas. En eso la situación es comparable a la de los sistemas lejos del equilibrio. Ahí se encuentra una sucesión de puntos, de bifurcaciones. Entre los puntos de bifurcación, podemos recurrir a una descripción determinista (son las “normas de Bach”). En el punto de bifurcación propio, tenemos una descripción probabilista. De ahí el elemento de imprevisión o sorpresa. Esta aparición de novedad se vinculó con el concepto de creatividad.
Prigogine[2]
Existe una tendencia a romper paradigmas que encasillaron durante el siglo XX los principios de las ciencias y muchas de las actividades humanas que derivaban de esta. Hay varios autores que han roto esquemas y en pleno siglo XXI; sus planteamientos están siendo revisados. Uno de ellos es Feyerabend quien ha sido seriamente criticado por el mundo científico, en especial por su obra Tratado contra el método.[3] En la actualidad sus planteamientos pueden ser revisados y hasta aceptados de manera más natural en el campo del diseño. Feyerabend rechaza de manera contundente las metodologías que buscan universalizar las ciencias, considerándolas insuficientes e inadecuadas para resolver las investigaciones a las cuales se las debe aplicar. También insiste en que cualquier método que contenga reglas imperativas, tropieza con dificultades cuando son aplicadas a cada caso en particular. Incluso indica que es necesaria, la violación o alteración de alguna de las reglas del método para así llegar al resultado deseado. En su planteamiento, establece que la sumisión o adhesión incondicional a una de las reglas acarrea, indudablemente, el estancamiento de la ciencia, en nuestro caso sería del diseño, ya que el investigador (diseñador) se coloca en una posición cómoda y adopta métodos ya impuestos, sin esforzarse en cuestionarlos, confrontarlos, renovarlos o alterarlos, según sea su necesidad. O sea que se circunscribiría a una zona de comodidad terriblemente dañina para la productividad creativa.
Csikszentmihalyi[4] explica que la creatividad es una función de tres elementos: el campo es decir el lugar o disciplina donde ocurre el acto creativo, la persona que es quien realiza el acto creativo y el dominio que se refiere al grupo social de expertos que valida el acto creativo. No hay forma de corroborar la bondad y originalidad de un resultado si antes no se lo somete a la evaluación social y la comunidad lo acepta como tal. La creatividad no se produce dentro de la cabeza de alguien, sino en la interacción entre los pensamientos de una persona y un contexto sociocultural.
Tanto la perspectiva de Feyerabend como la de Csikszentmihalyi, contribuyen a generar una visión diferente sobre la percepción tradicional que se tiene sobre la creatividad y sus procesos. Esto contribuye a fortalecer el criterio de la paradoja, en especial por los componentes subjetivos que no son metodológicamente controlables, como aspira el método. Esta, la paradoja, se manifiesta en la tendencia a relacionar lo creativo directamente con lo irracional, con lo emotivo, con el sentimiento; en tanto que el método se relaciona más con lo racional y con lo lógico.
Si el método es un camino definido, sistemático y normativo, resulta incongruente la relación expresa con la creatividad que es indefinida, libre e irracional y más aún, hablar de método creativo. ¿Cómo puede tener método la creatividad? Si la creatividad se relaciona con albedrío, originalidad e incertidumbre que no obedecen a normas o directrices que definan con anticipación un resultado o un proceso. Prigogine señala que en los escritos de René Magritte se encuentra una curiosa concepción de la creatividad, que al igual que Einstein, hace énfasis en el hecho de que la creatividad viene del asombro. Para Magritte, toda tentativa de explicar el misterio deteriora el misterio, sin embargo, para Einstein, el misterio debe analizarse.[5]
La intencionalidad del método se vislumbra en su etimología: meta que significa a lo largo de, y odos, camino. A lo largo del camino. Se puede argumentar que el método se orienta a la búsqueda, a seguir un sendero o crear un recorrido, y no necesariamente se refiere a un recorrido previamente identificado. Pero el método busca definir certidumbre y la certeza no es parte de la vida, de la naturaleza creativa.
Puede considerarse que los métodos nacen de la experiencia como referente del pasado, la cual permite anticipar el futuro y dar sustento a procesos y resultados obtenidos, pero eso es parte de la visión lineal y determinista de la modernidad. Que los métodos facilitan los procesos de aprendizaje y ayudan a sistematizar el pensamiento, pero, hasta dónde pueden llegar sin reducir las aptitudes creativas.
En consecuencia, al referirnos a un método y su relación con la creatividad, se debe anteponer la flexibilidad sobre la norma, propiciar el desarrollo de experiencias, generar reflexiones sobre procesos y propiciar el respaldo sistematizado en función de los logros alcanzados. Más que concebir un método tradicional estamos en función de la sistematización del diseño e incluso de la generación de opciones abiertas para crear estrategias de diseño que consideren las contradicciones entre la racionalidad del método y la libertad de la creatividad. Esta forma de estructura estratégico-creativa se orienta a la construcción progresiva de procesos y resultados, dentro un marco flexible que permita eliminar los bloqueos a la creatividad; que facilite la acción del diseño en función de distintos escenarios para lograr soluciones originales congruentes con las necesidades y problemas planteados dentro de una serie de condicionantes que el diseñador deberá enfrentar.
Para la solución y generación de respuestas y objetos de utilidad, es necesaria la prefiguración mental de las ideas lo cual está relacionado directamente con el diseño. Pero se requiere de la reflexión sobre los procesos que se generan, para construir teoría y sistematizar experiencias. Es por eso por lo que la relación entre diseño y ciencia ha sido un tema en permanente discusión que se ha hecho más notoria a través del uso de la técnica y el desarrollo del método.
La creatividad no es un proceso independiente o antagónico a la inteligencia o la razón, más bien es parte de ella. La creatividad necesita de fundamentos racionales, pero lo que debe evitarse es que estos lleguen a convertirse en obstáculos para la creación.
Resulta poco efectivo concebir el método tradicional y los procesos metodológicos instrumentales normativos como propiciadores para el desarrollo de la creatividad, más bien, se precisa provocar sistematizaciones sobre experiencias y procesos para estimular la imaginación y promover el rompimiento de bloqueos en la actividad creativa del diseño.
En general, ya sea de manera consciente o no, con base en fundamentos teóricos o empíricos, el diseño se ha valido de metodologías y técnicas para la búsqueda de mayor efectividad en los resultados. Hay quienes consideran que el diseño debe obedecer a criterios metodológicos, otros consideran que lo que se debe propiciar es la sistematización de experiencias y otros más, piensan que lo importante, es propiciar la fluidez efectiva del diseño sin reparar en estos temas que afectan la creatividad. Dentro de cualquier modelo y en cualquier enfoque, la práctica del diseño tiene sus bases en la investigación, no puede llegarse a un buen resultado si no se ha logrado obtener el conocimiento necesario para establecer una respuesta adecuada al medio, la cultura y a los usuarios.
Formular soluciones a las necesidades humanas, no hubiera sido posible sin la investigación, sin la prefiguración mental y sin la posterior figuración de esas ideas; tampoco hubiera sido posible mejorar esas experiencias sin hacer reflexiones y sin sistematizar lo realizado para construir teoas, procesos y métodos. La ciencia ha permitido el desarrollo del conocimiento; el método ha establecido la forma de proceder e incluso, de entender a la ciencia. La tecnología favorece la aplicación de la ciencia, pero también permite la materialización del diseño, en tanto que, el diseño, se ha constituido en la definición creativa para dar respuesta a las necesidades humanas.
El diseño puede ser parte de una actividad científica y generador en el avance de la tecnología, y si bien no se plantea que el diseño sea una ciencia, se entiende que el método es su principal elemento de anclaje con ella. Fue este principio el que generó la intención de cientifizar el diseño, y lo que hizo que, en un momento de vocación racionalista, surgieran los métodos de diseño.
Hay quienes atribuyen otras razones a la permanencia itinerante de los métodos de diseño, algunas indican que provienen del contexto social, otras de las necesidades productivas o de problemas específicos. Pueden ser de orden económico, tecnológico, pedagógico, psicológico, etc. Pero la mayoría de los métodos de diseño han tenido como causal la necesidad de sistematizar procesos para favorecer el aprendizaje del diseño. Pocos diseñadores continúan durante su práctica profesional con la rigidez del método; quizás desarrollen sus propias estrategias y las adapten según el tipo de proyectos, de clientes y entornos, pero a menos que tengan una vinculación académica o inclinaciones teóricas, difícilmente registrarán sus procesos para contribuir a la evolución teórica del diseño.
Pero la demarcación temporal y causal del diseño  no estará completa si la realidad  no se referencia a los cambios sociales, económicos y culturales y a las influencias que, directa o indirectamente ha tenido de la ciencia y la tecnología, en un proceso vivo en diferentes condiciones y que amerita una revisión crítica permanente.
Es preciso reflexionar que un método rígido y cerrado será contrario a la creatividad porque la sumisión incondicional a las reglas produce estancamiento e inflexibilidad y por consiguiente, genera bloqueos creativos.   Para el caso del diseño, una concepción de este tipo puede ser grave, no solo porque limita lo creativo, sino porque como estudiante, el diseñador podría colocarse en una posición cómoda al adoptar métodos impuestos, sin esforzarse en cuestionarlos, modificarlos o renovarlos, según sea su necesidad o realidad.  Es decir, que debido a las estrategias de enseñanza y al mismo contexto de aprendizaje, el estudiante puede acomodarse en una zona segura de aprendizaje, lo cual es terriblemente dañino para la productividad creativa.   
Es más que enriquecedor propiciar la reflexión para sistematizar las experiencias de diseño y favorecer la generación de estrategias creativas que faciliten la construcción progresiva de procesos y resultados en función de los escenarios y de los grupos objetivos, para de esta manera, lograr soluciones integrales y originales.
Pero finalmente, la única verdad duradera es que estamos en permanente cambio y la forma de hacer las cosas hoy, no es la misma de ayer o de mañana.  Por eso lo más importante es desarrollar nuetra capacidad para pensar y estimular la creatividad.


[1] El contenido de los textos de esta serie ha sido adaptado de: Byron Rabe. “Análisis de las bases epistemológicas e institucionales en la enseñanza del diseño y la creatividad”. (Tesis doctoral. Universidad de San Carlos de Guatemala, 2017)
[2] Entrevista a Ilya Prigogine en Taciturno, realizada por Andrew Gerzso el 5 de agosto de 2008.  Disponible en http://www.taciturno.be/spip.php?rubrique12
[3] Feyerabend, Tratado contra el método.
[4] Mihaly Csikszenmihalyi,. Creatividad. El fluir y la psicología del descubrimiento y la invención. (Barcelona: Paidós, 1998)
[5] Entrevista a Ilya Prigogine en Taciturno.

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