El
mundo ha tenido un incesante cambio a lo largo de su historia, los cambios
paradigmáticos, no se dieron solo en el tema de la ciencia. Las sociedades
cambiaron, nuevos modelos prevalecen. Pero nada se compara con la gran
evolución social y científica que el mundo ha tenido en la última parte del
siglo XX y en los primeros años del siglo XXI. En medio de estos cambios y de
la continua búsqueda de explicaciones y reflexiones críticas, la posmodernidad[2] ha
invadido la mayoría de los espacios teóricos y culturales. Una posmodernidad
que “se caracteriza por la ambigüedad, la subjetividad, la inestabilidad, la
globalización, la paradoja, los modelos caóticos, el interés por lo esotérico”.[3]
Dentro
de esta nueva interpretación de la realidad, se encuentra Richard Rorty
(1931-2007). Como filósofo posmoderno con sus postulados antiepistemológicos
rompe con el modelo modernista de clasificar los saberes y las ciencias, para
aceptar todo tipo de pensamiento.[4] Para
Rorty[5] la
epistemología no tiene futuro, es una disciplina muerta a la que considera
imposible e innecesaria porque, según él, el conocimiento no requiere de una
teoría y menos de un fundamento. Ha insistido en que la filosofía no es precisamente
el tipo de cosa que pueda tener un fin. Lo que considera que si ha tenido un
comienzo y parece haber llegado a su fin es el programa epistemológico
cartesiano-kantiano centrado en la concepción del conocimiento como
representación.[6]
En esto coincide con muchos críticos del positivismo y el racionalismo. Por su
parte, Gardner señala que Rorty está persuadido de que el particular derrotero
que siguió la filosofía de Occidente fue consecuencia de la historia y no de la
necesidad objetiva. Indica que para Rorty todo hubiera sido diferente si “los
griegos no hubieran modelado el conocimiento sobre la base de la visión, si
Descartes no hubiera inventado la mente colocando sentimientos y creencias en
un órgano único, o si Kant no hubiera establecido un tribunal del conocimiento
y situado su propia síntesis filosófica en el sillón del juez.”[7] En
síntesis, Rorty “Está persuadido de que la epistemología ya ha cumplido con sus
propósitos –más malignos que benignos– y debe ahora retirase discretamente del
círculo de las disciplinas.”[8]
El
canadiense Ian Hacking (1936) plantea un punto medio en la filosofía de la
ciencia, en la que critica la construcción social de la realidad y hace énfasis
en el sentido común. En tal sentido, esboza algunas dudas sobre el planteamiento
de Rorty:
Si se entiende por
“epistemología” la búsqueda de tales fundamentos, entonces su fin ya
pronosticado por Dewey, está próximo. Pero si la “epistemología” designa el
intento de comprender la posibilidad y la naturaleza de las diversas clases de
conocimiento y estilos de razonamiento, entonces Platón, Locke y Dewey forman
parte de una persistente tradición, vinculada a una de las características
esenciales de nuestra civilización.[9]
Existen
otros planteamientos menos extremos, como el de Susana Haack, que en su libro
Evidencia e investigación. Hacia la reconstrucción en epistemología,[10] señala
que lo que necesita la epistemología no es un derribo, sino una reconstrucción
para recuperar su dimensión crítica, que haga frente a los embates de los
reduccionismos y del escepticismo.
Es obvio que en la teoría de la ciencia no todo está
escrito y, a pesar de los distintos planteamientos en contra el método y la
epistemología, en los últimos años se ha hecho presente una visión holista, que
se apoya incluso en las nuevas tecnologías y que se orienta hacia la búsqueda
de una cosmovisión basada en conceptos comunes al género humano. Este
planteamiento de búsqueda favorece la transdisciplinariedad y admite nuevas
formas de interacción que respondan a la creciente complejidad de los fenómenos.
Con esta visión se persigue también una interrelación que favorezca la
comunicación entre diferentes disciplinas y enfoques en múltiples contextos.
En suma, en la actualidad se presentan múltiples formas
de interpretar el mundo, sin que ninguna pueda reclamar superioridad sobre las
otras. El positivismo dejó de ser único e inalterable, las condiciones,
escenarios, intereses y búsquedas están en variación permanente por lo que ya
no se puede obligar a homogenizar los resultados. La lucha entre lo objetivo y
subjetivo parece estar llegando a su fin. Las visiones dicotómicas tienden a
desaparecer y el mundo se orienta a visiones más integrales y holistas.
La
epistemología tiene una historia de planteamientos y refutaciones permanentes
que nos lleva a comprender que el conocimiento está en un permanente proceso de
construcción y debe considerar tanto al objeto como al sujeto ubicado en un
contexto y temporalidad que le condicionan en su forma de actuar e interpretar.
Lo
anterior facilita identificar algunos elementos importantes para discernir
sobre cómo las variaciones epistemológicas de la ciencia han incidido en las
interpretaciones epistemológicas del diseño. También contribuye a comprender
por qué las nuevas visiones en el ámbito del diseño se orientan a concepciones
holistas en donde el componente creativo reclama especial atención, de ahí que
la dicotomía entre la racionalidad y la intuición dejan de ser irreconciliables
y se encaminan a plantear soluciones que abarcan distintas posturas y que
favorecen la creatividad en el diseño.
La
posmodernidad ha apadrinado el surgimiento de nuevas generaciones que se
preocupan por el deterioro del ambiente natural y que aceptan las múltiples
diversidades en las sociedades, pero que están más interesada en vivir el
presente que preocuparse por el futuro. Esta actitud puede explicar la falta de
atención en los sustentos de la ciencia, el conocimiento y la tecnología, en
contraposición al marcado interés centrado en el desarrollo utilitario de las
redes sociales, que pocos podrían relacionar con la epistemología del diseño.
[1] El
contenido de los textos de esta serie ha sido adaptado de: Byron Rabe. “Análisis
de las bases epistemológicas e institucionales en la enseñanza del diseño y la
creatividad”. (Tesis doctoral. Universidad de San Carlos de Guatemala, 2017)
[2] La postmodernidad es
una época caracterizada por la pluralidad de pensamientos, la aceptación de las
diferencias, el liberalismo individualista, el relativismo moral y la
multiplicidad de visiones éticas, todo orientado a una nueva concepción de lo
humano. Esta época es parte de nuestra realidad actual y afecta las visiones
epistemológicas.
[3] Grajales, cosmovisión,
6.
[4] Álvaro
Marquez, Richard Rorty: Filosofía, modernidad y lenguaje, (Maracaibo: LUZ,
2001).
[5] Richard
Rorty, La filosofía como espejo de la naturaleza, (Madrid: Cátedra, 1989).
[6] Daniel Kalpokas,
“¿Superación de la epistemología o final de la filosofía? La crisis de la
filosofía en Richard Rorty.” Revista de Filosofía XI, no. 22 (1999): 263.
[7] Howard Gardner, La
nueva ciencia de la mente. Historia de la revolución cognitiva. (Barcelona:
Paidós, 2011): 92.
[8] Ibid.
[9]
Ian Hacking, “Is the End in Sight for Epistemology?” Journal of Philosophy 77
(1980): 586.
[10] Susana Haack, Evidencia
en investigación. Hacia la reconstrucción en epistemología. (Madrid: Tecnos,
1997) En “Significado y validez. La incidencia del giro pragmático en la
epistemología actual.” María Candioti, et al. Ciencia, Docencia y Tecnología,
no. 38, (2009): 152.
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