Tierra de contradicciones, de melancolía y recato. Espacio de utopías y alucines, de proclamas y de hechizos, de respiros y suspiros. Paraíso cobijado de primavera y lluvia, que enamora sin culpa a propios y a extraños. Tierra agradecida que embelesa a quien se embarque en su frágil cayuco a compartir matices, acuarelas y mágicos misterios.
Visión de
tranquilas aguas que silentes reflejan y expresan, circundan y abrazan. De espejos teñidos de ensueño que
confunden su historia con mito y leyenda. Reflejos del cielo del que emergen soledad y
añoranza, del que brotan misterio y paciencia.
Árboles
ahogándose entre el sollozo del viento y el frío de la madrugada que ansiosa
reclama al sol, que inclemente responde entre bostezos de nubes, y calienta las
azules humedades para que sean profanadas por las hambrientas redes del
pescador.
Vientos que golpean las banderas de hojalata que se funden entre la niebla y el sueño. Pisadas en alfombras de barro y lodo que acicalan sinuosos y confusos caminos. Destellos de bronce y fuego que queman los soberbios volcanes que se funden con los místicos crepúsculos.
Relatos de
luces y sombras de la dama nocturna que nunca duerme tranquila, que esconde
riesgos y hechizos, temores y amores, pero que siempre tiene para
compartir.
Trazos
ortogonales y longevas paredes que nos muestran
los avatares del tiempo, de una anciana de adobe y de piedra que narra
historias, comparte sollozos y evoca saudades de una época remota que permanece
inerte.
Esbozos que
remontan el pensamiento hacia quimeras aún no concebidas, aún no descifradas,
pero que tienen trazos de magia y encanto.
Melancolía de
maíz y barro, de flor y suspiro, de viento y ensueño.
¿Cómo no
enamorarse de este trozo de tierra bendita, cómo no encandilarse ante esta primavera?
Buen Blog.Felicidades Decano
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