El libro inicia con un prólogo elaborado por Gillermo Fernández y una breve introducción. La obra se estructura en dos partes sustantivas, la primera parte incluye 10 capítulos. El primero se titula Un macabro hallazgo, en este se detalla la noticia del asesinato de los diputados. El segundo capítulo se titula Con el hacha de la historia, hace ver las desconfianzas entre Guatemala y El Salvador por el seguimiento dado al caso. En el tercer capítulo Se cierra el círculo, se descubre la participación de cuatro agentes de la policía en el asesinato. El Capítulo 4 incluye El crimen de las cuatro voces, es decir el asesinato de los cuatro policías que pudieron descubrir a los verdaderos hechores intelectuales, y quizás, otra serie de crímenes institucionales. El capítulo 5 se titula Tras las huellas de Zacarías, aquí toma relevancia el papel del Asesor del ministro Vielman, Victor Rivera. El Capítulo 6 fue llamado Los tres magníficos, se refiere a Victor Rivera, al comisario Victor Hugo Soto y al fiscal Álvaro Matus. El Capítulo 7 fue titulado El que primero dispara, primero mata, y revisa el caso de la fuga de 19 presidiarios que escaparon de la cárcel El Infiernito en Escuintla. En el Capítulo 8 titulado Siete muertes con un acervo de rencor, se describe la toma de la cárcel modelo de la granja de rehabilitación penal de Pavón y la muerte de siete presos. El Capítulo 9 tiene el título de Un crimen con sus propias reglas, en este se retoma el tema del asesinato y se cuestiona la salida de Guiséle Rivera de la CICIG. Por último, el Capítulo 10 con el título de Perseguir; silenciar; destruir, que fundamentalmente se refiere a la persecución y presiones a la que es sometida Guiséle Rivera. La segunda parte incluye tres Anexos: Entrevista con Rodrigo Ávila, Las confesiones de Javier Figueroa y los documentos secretos de la CICIG.
El libro se refiere a actuaciones delictivas que incidieron en la desaparición de evidencias y el asesinato de testigos, así como de presiones para acallar fiscales e investigadores. El centro de atención es el asesinato de los diputados al Parlacen pero se contextualiza con otra serie de sucesos delictivos que se relacionan con la actuación del Estado y que involucran hasta la misma Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala –CICIG-. Entre estos sucesos cobran importancia el asesinato de los policías que fueron responsabilizados de la muerte de los diputados, la posterior incursión en la prisión del Boquerón, en la que inexplicablemente fueron asesinados los cuatro agentes capturados. También se refiere a otros hechos, aparentemente independientes, como la ejecución de varios presos fugados de la cárcel de alta seguridad El Infiernito, localizada en Escuintla, así como la muerte de siete presos en una incursión que las autoridades hicieron a la prisión de Pavón para recuperar su control institucional. El libro hace énfasis en la participación que en lo casos mencionados tuvo Victor Rivera, conocido también como Zacarías y que fuera asesinado el 7 de abril del 2008. Menciona la participación del fiscal Alvaro Matus a se quien acusa de haber manoseado varios casos de la justicia, el comisiario Victor Hugo Soto jefe de la División de Investigación Criminal –DINC- a quien también acusa de actos alejados de la ley. El libro también se refiere a Carlos Vielman Ministro de Gobernación, Erwin Sperisen, Jefe de la Policía Nacional Civil y a otros funcionarios como Alejandro Giammatei, Director del Sistema Penitenciario, que posteriormente fueron acusados de participar en ejecuciones extrajudiciales, gracias a las investigaciones de Giséle Rivera.
El último capítulo tiene un deslucido contenido en el que Lafitte expone un dimes y diretes entre él y Castresana (ex comisionado de la CICIG) en el que se evidencia exageradamente su deseo de justificar su actuación y los mismos escritos que presenta. Estos textos perfectamente pudieron ser parte del anexo y narrados de una manera mas clara y atractiva en el contenido del libro.
Casi todo el libro se basa en material proporcionado por Giséle Rivera, no se evidencia una triangulación efectiva de la información, en gran medida por la renuencia a participar que tienen varios de los actores en el proceso. No obstante en algunos momentos pareciera ser una obra para restituir la imagen de esta exfiscal de la CICIG, que tienen una orden de captura internacional debido a una demanda de la Organización de Naciones Unidas por “no respetar los términos de contratación” y filtrar información que la institución consideraba confidencial.
El libro es confuso y desordenado, en algunos casos repetitivo. No obedece a una estructura bien definida. Pareciera que lo importante era sacarlo a la venta rápidamente.
La obra no desarrolla conclusiones y se corta abruptamente para dar paso a una larga información contenida en los anexos. Estos anexos no son referidos de manera específica en el contenido del libro lo cual no facilita el seguimiento del nivel investigativo, si es que este era su propósito.
En conclusión es una obra desarticulada que deja muchos cabos sueltos y opiniones que se ven cargadas de un interés de resaltar la figura de Giséle Rivera y la del propio autor. El libro se queda perdido entre una investigación que a veces se considera periodística, otras no y otras mas, pareciera ser una novela de ficción.
A pesar de la alta demanda que el libro ha tenido, adolece de serias fallas narrativas e investigativas. Un hecho curioso es que no haya habido una rápida reimpresión para aprovechar el éxito editorial.
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