viernes, 7 de mayo de 2010

Libertad Truncada


Este es un óleo de los años ochenta, que quedó en propiedad de mi querido y recordado amigo Tono Crespo. El cuadro junto a otros lienzos de esa época, sirvieron como parte de una escenografía en el Teatro Nacional, hoy Miguel Angel Asturias, cuando Tono era su Director. A Tono le gustó muchísimo, era tal su enamoramiento hacia el libertad truncada, que me dio un especial gusto obsequiárselo. Total el arte es para sentirlo, y su comercialización es sólo un valor agregado que es válido en algunas circunstancias, pero que realmente no lo enaltece. No hay nada igual a que tu arte sea valorado y disfrutado de la manera que lo hizo Tono Crespo. Sirva este comentario como un tributo a la memoria de un personaje que hizo mucho por la cultura guatemalteca.

Por la época de la realización del óleo, la interpretación la hice con un rudimentario e incipiente poema:


Cortadas orejas, los brazos atados
el sol escondido, y viento… no hay,
silente el ambiente, los ojos perdidos,
¿Será que aun hay vida, será que la hay?

Y atrás no muy lejos colchones abiertos,
paredes podridas, de angustia sin fin,
letreros, dibujos y esquemas torcidos
que dicen locuras… ¿locuras, Señor?

Su nombre no importa, sus ojos no están,
su aliento se pierde y su voz que se muerde,
se escucha si acaso, el ronquido del alma,
aquel que sólo se oye si un sueño acabo.

No importó su idea, ni importó la mía.
No importó la vuestra, la de el, la de Dios.
No importó la vida, libertad, ni esperanza.
Ni importó su raza, edad, religión.

Importó si acaso su bando y la hora;
esa hora sufrida, de "cantar" o morir.
No importó que antaño un personaje dijera
Amaos hermanos… como yo los ame.

Y así, al otro lado, la historia es la misma.
los ojos hundidos, los dientes quitados
libertad, esperanza, al vaivén se han perdido
¿Será que aun hay vida, será que la hay?

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