Serie:
Epistemología, filosofía y Diseño 1 [1]
Epistemología
y diseño
El
vínculo que se da entre el mundo físico y el mundo de las ideas se genera
gracias a los sentidos que llevan información al cerebro y facilitan el
desarrollo del conocimiento. Es debido a esa vinculación y a la posibilidad que
el cerebro tiene de hacer conexiones, que se facilita la capacidad de imaginar
y de desarrollar la habilidad creadora. La forma como abordemos esa relación
está referida a la epistemología, cuyo problema central está en identificar la
correspondencia entre quién conoce y lo que es cognoscible, esto es la relación
sujeto-objeto. La epistemología se relaciona con las formas de conocimiento que
estamos dispuestos a admitir como punto de partida para enfrentar un problema
de investigación.
En
los documentos de esta serie, se establecen formas de explicación para la
comprensión, tanto de los fenómenos de la creatividad como del diseño, y se
aporta al objetivo de establecer criterios teóricos y epistemológicos para el
análisis de los métodos de enseñanza y diseño en relación con la creatividad.
También se contribuye a fundamentar el postulado hipotético que refiere que la
creatividad durante el aprendizaje del diseño se ve afectada por lo técnico
metodológico que, a la vez, está en función de la incidencia de la tecnología y
de las estrategias de diseño utilizadas. El contenido de este texto ha sido
tratado en una investigación para la revista Avance de la Facultad de Arquitectura
de la USAC.[2]
La importancia de la epistemología
Nuestros
antepasados prehistóricos daban respuestas automáticas para satisfacer las
necesidades humanas, no hacían conjeturas ni buscaban explicación alguna. Pero
la mente comenzó a evolucionar y las deducciones llegaron. El ser humano
necesitaba explicar los fenómenos que percibía, necesitaba crear y responder a
los requerimientos de sobrevivencia para darle sentido a su existencia. Y
surgió la cultura de lo mágico, las primeras formas de introspección
explicativa se encaminaron a encontrar razones mágicas que, en ese momento,
darían sentido a la vida y al quehacer del hombre. Pero, de alguna manera, este
primer tipo de argumentaciones prevalecerían hasta nuestros días. Porque para
muchos el pensamiento mágico aún persiste o está resurgiendo.
Conforme
el pensamiento humano se fue desarrollando y las ansias del saber se fueron
fortaleciendo, los filósofos se interesarían en explicar el mundo y su relación
con el hombre. Por medio de diversos caminos, se comenzaría a generar
conocimiento sistemático que evolucionaría y, con él, la forma de explicarlo.
Para Aristóteles, por ejemplo, la epistemología es la ciencia que tiene por
objeto reconocer las cosas en su esencia y en sus causas.[3] Piaget
pensaba que era “el estudio del pasaje de los estados de menor conocimiento a
los estados de un conocimiento más avanzado.”[4]
Thuillier decía que era la ciencia o filosofía de la ciencia que no impone
normas a los científicos, sino que estudia la génesis y las estructuras de los
conocimientos científicos.[5] En solo
tres definiciones se marcan diferencias contundentes pero con denominadores
comunes. En el primer caso, la
epistemología se enfoca desde un plano causal; en el segundo, se visualiza como
un proceso evolutivo; y, en el tercero, se descarta la visión normativa pero
estudia las estructuras de los conocimientos científicos. Pueden existir muchas
otras ideas, pero, en lo que posiblemente coincidan es en el interés por la
búsqueda de explicaciones que fundamenten la construcción del conocimiento.
Pero
el marco de la ciencia no se aborda nada más desde lo epistemológico, también
involucra los niveles metodológico y tecnológico. Joan Calventus se refiere a
ellos como parte de un proceso integrado: El nivel epistemológico lo interpreta
como la mirada más distante del proceso de producción de conocimiento, en tanto
que el nivel metodológico está en un orden lógico inferior al anterior y hace
referencia a la metodología o más concretamente al método de investigación y,
por último, el nivel tecnológico lo asocia con las acciones más concretas del
quehacer científico.[6] El nivel
epistemológico, involucra los otros dos porque además de favorecer la
construcción del objeto teórico, ofrece fundamentos para la selección de una
metodología apropiada y consecuentemente facilita la definición del conjunto de
técnicas de investigación que se relacionan con la forma de conocer al objeto
de estudio.
La
importancia de la epistemología radica, entonces, en que permite reflexionar
sobre la forma como se construye y evoluciona el conocimiento, busca descubrir
los procesos apropiados para adquirir y validar saberes, y busca también una
coherencia entre el método, la teoría y los resultados. Es decir, que
proporciona las bases para los fundamentos y métodos del conocimiento
científico. Y, para nuestro caso particular, la epistemología permite definir
criterios para estudiar e interpretar los procesos de diseño y su relación con
el proceso creativo.
[1] El
contenido de los textos de esta serie ha sido adaptado de: Byron Rabe.
“Análisis de las bases epistemológicas e institucionales en la enseñanza del
diseño y la creatividad”. (Tesis doctoral. Universidad de San Carlos de
Guatemala, 2017)
[2] Byron Rabe.
“Reflexiones para la epistemología del diseño”. Avance, 4, no.1 (2014):31-38.
[3] Mario Tamayo, El
proceso de investigación científica. (México: Limusa, 1995), 23.
[4] Jean Piaget, Tratado de
lógica y conocimiento científico (1). Naturaleza y métodos de la epistemología.
(Buenos Aires: Paidós, 1979), 16.
[5] Pierre
Thuillier, “El papel del contexto ideológico y social de la ciencia,” en
Filosofía de las ciencias humanas y sociales, J.M. Mardones y N. Ursua.
(México: Fontarama, 1993), 129-139.
[6] Joan Calventus, “Acerca
de la relación entre el fundamento epistemológico y el enfoque metodológico de
la investigación social: la controversia cualitativo vs. cuantitativo”. Revista
de Ciencias Sociales 1, no. 2 (2000): 7-16.
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