Recordar se vuelve como una nebulosa confusa. El efecto
del tiempo nos afecta, nos aprisiona, nos emociona. Todavía repercuten imágenes
difusas del momento en que asumí la Dirección General de Extensión
Universitaria, fue hace más de 20 años, era julio de 1998. No lo sabía, pero me
esperaban nuevos amigos, fascinantes proyectos y experiencias. Poco después de
asumir el cargo en la vorágine de las nuevas actividades y expectativas localizamos
una serie de documentos. Uno de ellos me
llamó la atención. Se refería a una
frecuencia de televisión a nombre de la Universidad de San Carlos de Guatemala.
Encontramos que existía una concesión para utilizar una frecuencia de TV que
databa de 1990 y también otro documento con el título de usufructo de 1996.
Pregunté y se me indicó que era para formar el canal de televisión
universitario pero que hasta el momento no se le había dado seguimiento y que se
corría el riesgo de perder la concesión.
La frecuencia en el canal 33 UHF se obtuvo gracias a la
gestión del Rector Juan Alfonso Fuentes Soria. Obtener la licencia para una frecuencia en radio
o televisión, no era fácil y Fuentes Soria, había conseguido ambas. La radio Universidad ya estaba funcionando
desde hacía varios años, pero el canal de TV no se había concretado. El tema se
quedó rondando en nuestra cabeza y decidimos incluirla como una de las metas relevantes
de la extensión universitaria.
Recuerdo que comenzamos a hacer averiguaciones, consultas
y perfiles. Era difícil plantear algo sobre un tema que desconocíamos
totalmente. Pero, como he dicho en varias oportunidades, literalmente: no sabía
a lo qué me metía. Sin embargo, esto ha
pasado varias veces y me he dado cuenta de que la ignorancia sumada al
entusiasmo puede promover la creatividad y el emprendimiento, pero siempre se
requerirá de los fundamentos para darle sustento.
En un inicio, con el apoyo del Lic. Carlos Flores
investigamos, estudiamos y algo aprendimos, hasta llegar a plantear varias ideas.
A eso sumamos distintas gestiones ante organismos de cooperación y embajadas para
obtener fuentes de financiamiento que nos permitieran salir al aire.
En fin, creamos varios perfiles. No obstante, las
propuestas carecían del sustento técnico necesario. Recuerdo que no sabía si utilizar el sistema
Beta o el VHS, todavía no lo se, pero afortunadamente hoy todo es digital; no
tenía idea del tipo de equipo a utilizar para producir, editar y grabar; sobre
transmisores y otros temas, técnicamente estaba en la luna.
Evidentemente necesitábamos el criterio de especialistas.
Alguien me habló de un señor llamado Julio Roberto Dávila que había trabajado
en televisión desde el inicio del primer canal en Guatemala. No fue difícil
contactarlo y pronto nos hicimos cómplices de un sueño y grandes amigos.
Sin embargo, lo primero que evidenciamos fue que pocos
creían en un proyecto que había sido abandonado por casi una década. Constantemente
nos sugerían no meternos en un proyecto sin futuro del que nada conocíamos. Sabíamos que carecíamos de conocimiento
técnicos, y si bien teníamos voluntad y optimismo, algo nos decía que esto no
era suficiente para impulsar una empresa de esta naturaleza.
Era un proyecto que estaba en el aire, literalmente volando
como barrilete de un lado a otro. Según algunos estaba fuera de la realidad,
por lo menos de la nuestra. Pero la realidad hay que transformarla. Teníamos un
sueño y sabíamos que hay muchos sueños acompañando jardines y lápidas, cuyos
soñadores nunca se atrevieron a iniciar. No se si fue necedad, perseverancia o
insomnio, pero nosotros vivimos en realidades alternas, crédulos de que los
sueños son posibles.
La estrategia inicial fue preparar recurso humano y
obtener asesoría. Para ello impulsamos varios diplomados, primero fue sobre
Diseño escenográfico para teatro, cine y televisión, luego para elaboración de
Guiones, Producción en cine y TV y el de Actuación ante cámaras. Los primeros diplomados de Producción en
Televisión se realizaron durante el 2000 y el 2001. Obligadamente me inscribí
para aprender sobre el tema. Fue una decisión oportuna que me daría mejores
criterios para el trabajo que venía.
En estos diplomados fue relevante la participación de los
maestros cubanos Reynaldo León, Julio Machado y Lázaro Valdespino, al igual que
de los guatemaltecos, Julio Dávila, Carlos Flores, Elpidio Guillén, Karla
Alvares, Mario Recinos y Ángel González.
Recuerdo especialmente el apoyo de Roberto De León quien nos proporcionó
equipo de su propiedad para que los alumnos pudieran hacer sus prácticas
televisivas. Él salvó la parte operativa del diplomado. Y es que cuando hay
buena fe, entusiasmo e interés legítimo todo se resuelve.
En fin, la estrategia resultó. Pudimos trasferir conocimiento, pero también
entusiasmo y confianza. No recuerdo
cómo, pero convencí a varios para que nos apoyaran sin cobrar, como voluntarios. Y es que no podía ofrecer lo que no estaba en
mis manos. No sabía si iba a concretarse el proyecto, no tenía posibilidades de
otorgar ningún honorario y no podía comprometerme a hacerlo en el futuro. El
premio era participar en un proyecto de trascendencia para la universidad.
Fueron precisamente docentes y alumnos egresados de los
diplomados los que nos acompañaron durante mas de seis meses, sin honorarios,
pero con una gran esperanza de implementar un canal de televisión universitario. Como un reconocimiento a esa entrega y
solidaridad deseo mencionar sus nombres: Julio Dávila Castillo, Romeo
Mazariegos, Belisario Reynoso, Kelvin Chicas, Lourdes Gallardo, Violeta Blanco
y José Luis Cruz. Y que decir del imprescindible
apoyo de Julio Dávila Herrera (Don Julito) y del fuerte apoyo técnico de
Alfredo Fuentes. Otro apoyo invaluable fue el proporcionado por Ma. Del Rosario
Fernández, Margarita Romero y Ada Chiché. Gracias a todos, no olvido sus
invaluables aportes.
El proceso fue abriéndose paso en un camino accidentado
hasta que por fin las estrellas se alinearon… bueno, un poco. Una de las
gestiones realizadas dio frutos, gracias a un convenio con el Fondo de
Desarrollo Indígena, pudimos obtener el capital inicial para comprar el equipo
mínimo para funcionamiento. Como contraparte se obtuvo una asignación de la
administración central para completar el equipo necesario para salir al aire.
Se instaló un pequeño equipo de transmisión, se compraron
tres islas de edición, se hicieron las pruebas necesarias y por fin, el 4 de abril de 2002, hicimos la
inauguración oficial con una transmisión en directo desde la Plaza de rectoría
por medio de una débil pero testaruda frecuencia en UHF.
Sólo los que vivimos este escabroso proceso, los que ignoramos los comentarios adversos, los que nos hicimos la idea de que las carencias están en la mente y los que realizamos las incontables actividades y trámites, podemos dimensionar el júbilo que nos dio poder transmitir esa pequeña señal. Una señal que para nosotros fue grandiosa. A partir de ese momento, gracias a la intervención del Rector de la USAC, Ing. Efraín Medina y de la aprobación del Consejo Superior Universitario, contamos con un presupuesto para funcionamiento.
Sólo los que vivimos este escabroso proceso, los que ignoramos los comentarios adversos, los que nos hicimos la idea de que las carencias están en la mente y los que realizamos las incontables actividades y trámites, podemos dimensionar el júbilo que nos dio poder transmitir esa pequeña señal. Una señal que para nosotros fue grandiosa. A partir de ese momento, gracias a la intervención del Rector de la USAC, Ing. Efraín Medina y de la aprobación del Consejo Superior Universitario, contamos con un presupuesto para funcionamiento.
Con este recurso, pudimos contratar a seis de los
voluntarios que nos habían apoyado durante el proceso de creación. Con el presupuesto asignado pudimos obtener
el equipo complementario básico.
Iniciamos la transmisión en horario de 10 a 14 horas. Tal vez hoy no lo crean,
pero todos los días un delegado se iba con dos videocasetes al cerro Alux a
conectarse al transmisor durante cuatro horas.
Así pasamos varios meses hasta que logramos obtener la frecuencia de
enlace y un microondas para transmitir hasta el cerro Alux.
Durante agosto de 2002 salimos del aire debido a que, con
el cambio de administración, toda la Dirección de Extensión Universitaria,
incluido el canal, debía trasladarse al Centro Cultural Universitario, lo que
implicaba una reubicación y reconexión de todos los sistemas. Este período nos permitió hacer un replanteamiento
y ampliar la transmisión a ocho horas a partir de septiembre.
Ese mes se inauguró la caseta de transmisión para la
radio y televisión en cerro Alux. Para
entonces teníamos una incipiente producción propia que necesitaba de mucho
trabajo para obtener las calidades que esperábamos. Para finales de año estábamos en señal de
cable en Intercentro y en Cable red, y posteriormente en Comtech.
Con apoyos externos gracias a la gestión de don Julio
Dávila, Canal 31 nos proporcionó el transmisor de microonda para cubrir varias
actividades en directo, entre ellas la Huelga de Dolores, el Festival de Centro
Histórico y la amplia cobertura que hicimos de las elecciones presidenciales.
Logramos consolidar varios convenios de cooperación y conectarnos
vía satélite con la Asociación de Televisión Educativa Iberoamericana y el
Instituto Latinoamericano de Comunicación Educativa, gracias a lo cual pudimos
ampliar significativamente nuestra programación y nuestro horario de
transmisión a 16 horas.
Establecimos una serie de mecanismos de cooperación para
ampliar nuestra capacidad técnica y de programación, con diversas
representaciones de países como Cuba, Japón, China, Estados Unidos, Argentina,
Francia, Uruguay, México, Alemania, Perú y Brasil.
A finales de 2003 recibimos el vehículo que se
convertiría en la Unidad Móvil, la cual equipamos durante 2004. En ese momento ya contábamos con el equipo
para hacer grabaciones en cualquier lugar en donde la unidad tuviera acceso,
posteriormente se obtuvo la antena de microondas para hacer las transmisiones
en vivo.
En octubre de 2003 realizamos el Primer encuentro
iberoamericano de cine y televisión con el tema El cine y la televisión al servicio de la cultura y en noviembre de
2005 se realizó en Segundo encuentro, con el tema Los nuevos paradigmas en la Educación. Ambos eventos los realizamos en Antigua
Guatemala y asistieron representantes del mundo audiovisual de toda
Latinoamérica y España, lo que nos permitió conocer más sobre la temática y
establecer relaciones con representantes de diversos países, así como obtener más
películas y programas para enriquecer nuestra programación.
En octubre de 2004, hicimos el lanzamiento del Sistema de
Radio y Televisión Universitaria, de tal manera que ambas entidades trabajaban
varios proyectos en conjunto y brindaban a la comunidad universitaria y
nacional una mejor proyección de nuestra casa de estudios. A partir de esa
fecha no sólo iniciamos un proceso de reestructura y equipamiento técnico en
ambos medios, sino que iniciamos transmisión de televisión las 24 horas,
gracias a la Conexión Antillana, producto de la colaboración entre Cuba y TVUSAC. También comenzó a funcionar el Sistema de
Comunicación universitaria, como preámbulo a nuestra propuesta de crear la
Dirección General de Comunicación Universitaria.
El canal contaba con poco personal, la mayoría realizaban
diversidad de actividades, desde los guiones, la cámara, el sonido, la edición,
la escenografía, hasta la producción, dirección y transmisión. Periódicamente
evaluábamos y realimentábamos los programas y producciones. También hacíamos contratos para producciones específicas
que eran pagados contra evaluación y entrega.
Creamos el Estudio de Televisión, aprovechando las
instalaciones de la sala del Paraninfo sin afectar las actividades académicas y
culturales. Acondicionamos esta sala con
cortinas, iluminación y audio para las diversas actividades. Se construyó un escenario de madera pulida para
que pudiera utilizarlo incluso el grupo de danza, pero además se adaptaron
instalaciones para iluminación, sonido y cámaras, que permitían la transmisión
de las actividades de extensión en vivo.
Después de cuatro años de funcionamiento del Canal
TVUSAC, nos correspondía dejar el espacio a nuevas autoridades. En junio de 2006 entregué el cargo de
Director de Extensión Universitaria y con el, la coordinación de TVUSAC.
Dejamos la infraestructura básica necesaria para que operara efectivamente, la
tecnología para la producción y transmisión, pero sobre todo quedó personal
capacitado para producir y mantener la señal en el aire, también dejamos
vigentes convenios para asegurar la alimentación de la programación. El canal iba en franco crecimiento y si bien
necesitaba recursos, requería para su desarrollo futuro, de una visión que
pudiera dimensionarlo en su justa magnitud para impulsarlo efectivamente.
Pero como en muchos casos, lo que vino después fue un
cambio de visión que dimensionó de manera diferente al nuevo medio de
comunicación de la Universidad de San Carlos.
Traigo a colación cuando a Helen Keller le preguntaron que sería peor
que ser ciego y ella respondió: “Sería mucho peor nacer con vista pero sin
visión”.
Bueno, hoy podemos observar que las instalaciones
especiales fueron desmontadas y que varios de los trabajadores originales ya no
están. En fin, TVUSAC comenzó otra etapa a la cual ya no pude dar seguimiento y
de la cual desconozco interioridades y resultados.
En todos estos años ha habido cambios importantes que
pueden brindarnos un contexto diferente. Pero quiero repetir lo que dije hace
17 años durante la fundación de TVUSAC: el canal de televisión universitaria es
un medio que, si se aprovecha adecuadamente y se apoya lo suficiente, puede
servir de plataforma para el cambio educativo en nuestro país, para fortalecer nuestra
universidad y para contribuir con la conservación y difusión de nuestros
valores culturales.
Hoy veo con beneplácito el resurgimiento de TVUSAC, con
nuevas ideas, con nuevo entusiasmo y con nuevas opciones tecnológicas. El canal se encuentra coordinado por el Lic.
Javier Corleto un egresado de los diplomados de Producción de cine y televisión,
vinculado con el arte y la cultura desde hace muchos años y poseedor de un entusiasmo
permanente. Confío en que impulse positivamente este medio de
comunicación universitaria que pronto cumplirá la mayoría de edad.
Luego de mas de veinte años de haber iniciado este sueño,
de haberme inmiscuido en una tarea entonces desconocida, de haber trabajado con
personas entusiastas, de haber compartido con universitarios auténticos, de
sentir que la energía brotaba en cada cabeza y corazón, pero también después de
años de desconexión, de estar fuera del aire, humildemente les comparto que me he
sentido sumamente honrado y agradecido de que me recuerden en este 17
aniversario.
Quiero concluir con unas palabras de Jorge Luis Borges: “Con el tiempo
te das cuenta de que cada experiencia vivida con cada persona es irrepetible.
Con el tiempo te das cuenta de que el que humilla o desprecia a un ser humano,
tarde o temprano sufrirá multiplicadas las mismas humillaciones o desprecios.
Con el tiempo aprendes a construir todos tus caminos en el hoy, porque el
sendero del mañana no existe. Con el tiempo te das cuenta de que en realidad lo
mejor no era el futuro, sino el momento que estabas viviendo justo en ese
instante.”
A quienes nos recordaron este especial día, en este
momento en que vivimos plenamente, mi cariño e infinito agradecimiento por este homenaje.
Muchas gracias.
Byron Rabe
Guatemala 30 de
abril de 2018
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