sábado, 9 de abril de 2016

Reflexiones y retos de la reforma universitaria

Las acciones para una necesaria Reforma Universitaria provienen de un largo proceso que abarca varias décadas.  Pero la nueva conciencia de esta necesidad renació el 21 de octubre de 2010, en el momento en que se instaló la mesa intersectorial para elaborar la metodología del congreso de reforma universitaria.  La mecha que encendió este nuevo proceso fue la acción estudiantil que, con base en una coyuntura político legal, desencadenó en una serie de circunstancias que llevaron a retomar el camino de la reforma universitaria sobre la base de cuatro planos: el filosófico, el académico, el administrativo y el político.
Entre discordancias y presiones, entre ideas y reflexiones, entre posiciones divergentes y objetivos comunes, se inició un ejercicio bastante accidentado para generar un proceso de construcción colectiva y progresiva, que en esencia contenía dos líneas centrales de convergencia, la búsqueda del conocimiento de la situación universitaria actual y la formulación sistemática para la transformación institucional.
Es indudable que los universitarios estamos tomando consciencia de la incertidumbre que tenemos que enfrentar. Cada vez más personas coincidimos en que esa consciencia no debe fundamentarse en dogmas, intransigencias y posiciones confrontativas, anacrónicas y estériles.  Cada vez nos convencemos más de la necesidad de trabajar en conjunto para construir una mejor universidad; de entender la necesidad que tenemos de una universidad humana, pero también contemporánea, con capacidad para adaptarse ágilmente a los cambios y para desarrollar criterios de actualidad, efectividad, transparencia y solidaridad social.  
La reforma universitaria se ha convertido en  la oportunidad más cercana y factible para que todos participemos y llevemos a nuestra universidad a los niveles que demandan los nuevos escenarios y lo nuevos tiempos.
La universidad es un recipiente académico en el que caben todas las ideas y sustentos teóricos debidamente fundamentados. Por eso sabemos que seguirán existiendo diferencias, que habrán muchos puntos en que estemos en desacuerdo, pero sabemos también que dentro de esas diferencias, la mayoría de universitarios tenemos el objetivo común de construir permanentemente una mejor universidad y que muchos estamos dispuestos a esforzarnos por alcanzarlo.
El diseño del proceso permite ser enriquecido permanentemente y adaptado según los escenarios vigentes. Pero también ha previsto una estructura organizativa que dé la oportunidad de participar a todos los sectores.  Se espera que la evolución progresiva de este proceso lleve a sólidos acuerdos y que las propuestas aprobadas pasen del nivel de enunciados a prácticas cotidianas en la vida universitaria.
Por eso nos anticipamos a generar una serie de comisiones dentro de la estructura organizativa, no sólo para lograr la participación de las distintas instancias, sino para dar un seguimiento permanente y velar porque los acuerdos alcanzados por la comunidad universitaria, se cumplan dentro de los plazos correspondientes conforme a lo que  se vaya concertando.
La Comisión Consultiva de Seguimiento y Transparencia –CCOST-, ha sido constituida con la representación de todos los sectores universitarios, y en medio de muchas diferencias filosófica y conceptuales, persigue mantener una unidad granítica cuyo interés principal es velar y garantizar que el proceso de reforma universitario se vaya dando de manera efectiva y participativa, con base en sus principios y fundamentos.
Esta reforma persigue construir un modelo universitario propio que facilite introducir los cambios institucionales que vinculen responsablemente a la comunidad universitaria con la sociedad guatemalteca.  Apoyamos una reforma universitaria que persiga alcanzar un alto nivel académico, que fortalezca la omnipresencia de la ética y que enfoque la acción política en la búsqueda del conocimiento y el bienestar social, a partir de una clara visión universitaria.
Necesitamos de una revolución, pero una revolución constructiva que no acepta guerras o confrontaciones destructivas.  La nueva revolución está en el cambio de pensamiento, en la apertura de mentes y criterios, en la adquisición de conocimientos y habilidades para adaptarnos creativamente a un mundo en permanente transformación. La verdadera revolución es hacia adentro. Sólo haciéndonos mejores a nosotros mismos podremos cumplir con nuestro función de hacer una mejor sociedad.
Pero sabemos que nada será posible sin el trabajo conjunto y la buena voluntad de formar equipos que mejoren las condiciones de nuestra academia. Que sólo con el apoyo de la comunidad estudiantil, docente y administrativa, trabajando coordinadamente, contribuiremos a fortalecer nuestra universidad y nuestro país. Sabemos también que debemos tener cuidado para que el proceso prospere.
El mundo de la educación puede ser hermoso e inspirador. Pero se puede perder esa belleza cuando la preponderancia de la política envenena la academia; cuando prevalece la codicia y el abuso; cuando por la búsqueda de beneficios individuales se generan mentiras, envidias y desconfianza.  Debemos tener cuidado porque cuando se pierde la credibilidad sólo quedan grandes desencantos y muy difícilmente se recuperará la confianza.
Por eso hacemos énfasis en que muchas personas han participado en este proceso durante los últimos cinco años.  No es un producto individual, es un producto colectivo en el que numerosos actores han jugado roles determinantes; algunos de ellos ya se jubilaron, otros se graduaron, algunos más dejaron sus cargos y representaciones, pero muchos hicieron importantes aportes. Por lo tanto la reforma universitaria no puede atribuirse a personas o sectores específicos, es una construcción colectiva, dinámica e incluyente, que parte del trabajo conjunto de todos las representaciones universitarias para fortalecer nuestra alma mater. 
Debe entenderse que la Reforma Universitaria es una oportunidad a ser asumida e interiorizada por la comunidad universitaria, como un compromiso institucional irrenunciable cuyo cumplimiento es ineludible, tanto por los estudiantes, el personal administrativo, los profesores y las autoridades universitarias, en quienes recae una gran responsabilidad para crear esta nueva universidad.
Confiamos en alcanzar con éxito esta gran tarea.  Y es que alguien dijo que El éxito ocurre cuando tus sueños son más grandes que tus excusas. Dejemos las excusas, y no permitamos que las diferencias congelen este proceso único. Es hora de hacer realidad nuestros expectativas, pongámonos a trabajar y a multiplicar el entusiasmo.  Sabemos que es difícil, pero para llegar a la meta hay que dar un primer paso con la creencia firme de que podemos llegar. Algunos comentan que es una utopía, y respetamos eso, pero como decía Galeano, para qué sirve la utopía, sirve para eso, para caminar.  
Tenemos un gran reto, pero también una gran oportunidad para avanzar en la consolidación de un nuevo modelo universitario adaptado a los nuevos tiempos, una oportunidad de contribuir  a nuestro compromiso con nuestro país y con nuestra sociedad.
Por favor transmitamos este mensaje con entusiasmo, contagiemos de este espíritu de reforma a toda la comunidad universitaria. Aprovechemos juntos esta oportunidad histórica para fortalecer una nueva universidad capaz de adaptarse ágilmente a los cambios y desarrollar criterios de actualidad, efectividad, transparencia y solidaridad social.
La universidad de San Carlos cuenta con ustedes,
Byron Rabe

5 de febrero de 2016

(Discurso en el lanzamiento oficial del Proceso de Reforma Universitaria, publicado de manera parcial en El Periódico de la USAC, No. 255 de marzo de 2016)

1 comentario:

  1. Excelente!!! es por lo que debemos luchar, todos los que estamos en este camino de la educación universitaria, no es nada más de decir así es, sino de estar convencidos de que los criterios de renovación son sumamente necesarios.

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