Las acciones para una necesaria Reforma
Universitaria provienen de un largo proceso que abarca varias décadas. Pero la nueva conciencia de esta necesidad renació
el 21 de octubre de 2010, en el momento en que se instaló la mesa
intersectorial para elaborar la metodología del congreso de reforma universitaria. La mecha que encendió este nuevo proceso fue
la acción estudiantil que, con base en una coyuntura político legal,
desencadenó en una serie de circunstancias que llevaron a retomar el camino de
la reforma universitaria sobre la base de cuatro planos: el filosófico, el académico,
el administrativo y el político.
Entre
discordancias y presiones, entre ideas y reflexiones, entre posiciones
divergentes y objetivos comunes, se inició un ejercicio bastante accidentado
para generar un proceso de construcción colectiva y progresiva, que en
esencia contenía dos líneas centrales de convergencia, la búsqueda del
conocimiento de la situación universitaria actual y la formulación sistemática
para la transformación institucional.
Es
indudable que los universitarios estamos tomando consciencia de la
incertidumbre que tenemos que enfrentar. Cada vez más personas coincidimos en
que esa consciencia no debe fundamentarse en dogmas, intransigencias y
posiciones confrontativas, anacrónicas y estériles. Cada vez nos convencemos más de la necesidad
de trabajar en conjunto para construir una mejor universidad; de entender la
necesidad que tenemos de una universidad humana, pero también contemporánea,
con capacidad para adaptarse ágilmente a los cambios y para desarrollar criterios
de actualidad, efectividad, transparencia y solidaridad social.
La reforma universitaria se ha convertido en la oportunidad más cercana y factible para que
todos participemos y llevemos a nuestra universidad a los niveles que demandan
los nuevos escenarios y lo nuevos tiempos.
La universidad es un recipiente académico en
el que caben todas las ideas y sustentos teóricos debidamente fundamentados.
Por eso sabemos que seguirán existiendo
diferencias, que habrán muchos puntos en que estemos en desacuerdo, pero
sabemos también que dentro de esas diferencias, la mayoría de universitarios tenemos
el objetivo común de construir permanentemente una mejor universidad y que
muchos estamos dispuestos a esforzarnos por alcanzarlo.
El diseño del proceso permite ser enriquecido
permanentemente y adaptado según los escenarios vigentes. Pero también ha
previsto una estructura organizativa que dé la oportunidad de participar a
todos los sectores. Se espera que la evolución progresiva de este
proceso lleve a sólidos acuerdos y que las propuestas aprobadas pasen del nivel
de enunciados a prácticas cotidianas en la vida universitaria.
Por eso nos
anticipamos a generar una serie de comisiones dentro de la estructura
organizativa, no sólo para lograr la participación de las distintas instancias,
sino para dar un seguimiento permanente y velar porque los acuerdos alcanzados
por la comunidad universitaria, se cumplan dentro de los plazos
correspondientes conforme a lo que se
vaya concertando.
La Comisión Consultiva de Seguimiento y Transparencia –CCOST-, ha sido constituida
con la representación de todos los sectores universitarios, y en medio de
muchas diferencias filosófica y conceptuales, persigue mantener una unidad
granítica cuyo interés principal es velar y garantizar que el proceso de
reforma universitario se vaya dando de manera efectiva y participativa, con
base en sus principios y fundamentos.
Esta reforma persigue construir un modelo
universitario propio que facilite introducir los cambios institucionales que
vinculen responsablemente a la comunidad universitaria con la sociedad
guatemalteca. Apoyamos una reforma universitaria que persiga alcanzar un alto
nivel académico, que fortalezca la omnipresencia de la ética y que enfoque la
acción política en la búsqueda del conocimiento y el bienestar social, a partir
de una clara visión universitaria.
Necesitamos
de una revolución, pero una revolución constructiva que no acepta guerras o confrontaciones
destructivas. La nueva revolución está
en el cambio de pensamiento, en la apertura de mentes y criterios, en la
adquisición de conocimientos y habilidades para adaptarnos creativamente a un
mundo en permanente transformación. La verdadera revolución es hacia adentro. Sólo
haciéndonos mejores a nosotros mismos podremos cumplir con nuestro función de
hacer una mejor sociedad.
Pero sabemos que nada
será posible sin el trabajo conjunto y la buena voluntad de formar equipos que
mejoren las condiciones de nuestra academia. Que sólo con el
apoyo de la comunidad estudiantil, docente y administrativa, trabajando
coordinadamente, contribuiremos a fortalecer nuestra universidad y nuestro
país. Sabemos también que debemos tener cuidado para que el proceso prospere.
El mundo
de la educación puede ser hermoso e inspirador. Pero se puede perder esa
belleza cuando la preponderancia de la política envenena la academia; cuando
prevalece la codicia y el abuso; cuando por la búsqueda de beneficios
individuales se generan mentiras, envidias y desconfianza. Debemos tener cuidado porque cuando se pierde
la credibilidad sólo quedan grandes desencantos y muy difícilmente se
recuperará la confianza.
Por eso hacemos énfasis en que muchas personas
han participado en este proceso durante los últimos cinco años. No es un producto individual, es un producto
colectivo en el que numerosos actores han jugado roles determinantes; algunos de
ellos ya se jubilaron, otros se graduaron, algunos más dejaron sus cargos y
representaciones, pero muchos hicieron importantes aportes. Por lo tanto la
reforma universitaria no puede atribuirse a personas o sectores específicos, es
una construcción colectiva, dinámica e incluyente, que parte del trabajo conjunto
de todos las representaciones universitarias para fortalecer nuestra alma mater.
Debe entenderse que
la Reforma Universitaria es una oportunidad a ser asumida e interiorizada por
la comunidad universitaria, como un compromiso institucional irrenunciable cuyo
cumplimiento es ineludible, tanto por los estudiantes, el
personal administrativo, los profesores y las autoridades universitarias, en quienes recae una gran responsabilidad
para crear esta nueva universidad.
Confiamos
en alcanzar con éxito esta gran tarea. Y
es que alguien dijo que El éxito ocurre
cuando tus sueños son más grandes que tus excusas. Dejemos las excusas, y no
permitamos que las diferencias congelen este proceso único. Es hora de hacer
realidad nuestros expectativas, pongámonos a trabajar y a multiplicar el
entusiasmo. Sabemos que es difícil, pero
para llegar a la meta hay que dar un primer paso con la creencia firme de que
podemos llegar. Algunos comentan que es una utopía, y respetamos eso, pero como
decía Galeano, para qué sirve la utopía, sirve para eso, para caminar.
Tenemos un gran reto, pero también una gran
oportunidad para avanzar en la consolidación de un nuevo modelo universitario
adaptado a los nuevos tiempos, una oportunidad de contribuir a nuestro compromiso con nuestro país y con
nuestra sociedad.
Por favor transmitamos este mensaje con
entusiasmo, contagiemos de este espíritu de reforma a toda la comunidad
universitaria. Aprovechemos juntos esta oportunidad histórica para fortalecer
una nueva universidad capaz de adaptarse ágilmente a los cambios y
desarrollar criterios de actualidad, efectividad, transparencia y solidaridad
social.
La universidad de San Carlos cuenta con
ustedes,
Byron Rabe
5 de febrero de 2016
(Discurso en el lanzamiento oficial del Proceso de Reforma Universitaria, publicado de manera parcial en El Periódico de la USAC, No. 255 de marzo de 2016)
Excelente!!! es por lo que debemos luchar, todos los que estamos en este camino de la educación universitaria, no es nada más de decir así es, sino de estar convencidos de que los criterios de renovación son sumamente necesarios.
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