Después de la incredulidad, la indignación, la impotencia, la vergüenza. De ese silencio descorazonado y pesimista… de esa nueva pesadilla inexplicable. Después de oír improperios, gritos de rabia, odio y desconsuelo…
¿Es esto lo que Facundo quisiera?
Facundo facilitó un momento para aclarar el aura de nuestro pueblo. Nos ha devuelto del letargo y del acomodo de aceptar la injusticia como el pan de cada día, de esa manía absurda de disminuir nuestro espíritu. ¿Podría ser esa su última obra?
Que la muerte de este gran hombre se evidencie en toda su magnitud por medio de la unión, la conciencia y la acción pacífica y reflexiva. Formemos parte se de esos caminantes de alma sensitiva y corazón dadivoso. De esa gente noble que compone la mayoría de nuestro pueblo y que quiere cambiar la desesperanza.
Porque renacer es la mejor manera de hacer justicia y honrar al embajador de la paz. Si, renacer sin odios, pensando que este es un nuevo día para empezar de nuevo, que Facundo se nos adelantó para abrir la puerta del reencuentro con un mundo de gente noble en una tierra que implora la armonía y desea vivir en paz, pero que debe luchar por ella.
Guatemala, 9 de julio de 2011
"Reconcíliate contigo, ponte frente al espejo y piensa que esa criatura que estás viendo es obra de Dios; y decide ahora mismo ser feliz porque la felicidad es una adquisición. " FC.
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