martes, 17 de mayo de 2011

AMBIGRAMAS

Estuve leyendo Ángeles y demonios de  Dan Brown y comenzó a interesarme el tema de los ambigramas.  Dan Brown le hace un homenaje a  John Langdon, quien es el que diseñó los ambigramas para su novela y nombra a su personaje principal como Robert Langdon.  Con este reconocimiento está más que pagado este diseñador gráfico que es ya reconocido a nivel mundial, aunque seguramente fue muy bien recompensado por los diseños elaborados. Sin embargo más allá de las recompensas materiales, me pareció un tema apropiado para compartir con mis estudiantes, sobre todo porque es propicio para estimular la creatividad, y comencé a investigar un poco más al respecto. 
Aunque Ambigrama es una palabra que todavía no es aceptada por la Real Academia de la Lengua Española, se puede entender que es un texto que admite dos o más lecturas de sus caracteres, pero vale aclarar que esta lectura es por su aspecto formal y no por la interpretación del contenido.  Para hacer esto posible generalmente se manipula el texto original, ya sea rotándolo, poniéndolo frente a un espejo, o cambiando su punto de vista.  Los ambigramas no son sólo textos, generalmente incluyen el diseño o modificación del diseño tipográfico y en algunos casos se integran a diseños más elaborados que dan un contexto o ayudan a interpretar la lectura, esto implica adornos o líneas complementarias que en una posición podrían no tener sentido o sólo constituirse en un agregado gráfico, pero para la lectura en la otra posición son determinantes.  Los ambigramas pueden volverse fascinantes, son mágicos y tienen un misticismo que seduce a los amantes de lo lúdico y del diseño visual.

Se han hecho algunas clasificaciones de ambigramas, por ejemplo el de espejos, el rotacional, el encadenado, el todo y parte, el fondo y figura, el de interpretación móvil, el tridimensional y otros más.

Quizás los más conocidos, aunque no necesariamente identificados como ambigramas, son los naturales, es decir, aquellos que no necesitan un tratamiento o creación de tipografías, por ejemplo las palabras AMA, SOMOS y OTTO que se convierten en un ambigramas de espejo de simetría vertical ya que puede leerse de izquierda a derecha y viceversa, estas palabras también son llamadas palíndromos (una palabra o frase que se lee igual hacia delante que hacia atrás). Pero también se incluyen otras con pequeñas modificaciones de interpretación al aplicar el espejo, por ejemplo ANA, SALAS, ARENERA, y RADAR o frases completas como ANA LAVA LANA, ADAN NO CALLA CON NADA o LA RUTA NO NATURAL, en las que los espacios entre caracteres hacen la diferencia.  Cuando utilizamos números, usualmente los conocemos como capicúa.   Observemos la palabra OSO, que no es un ambigrama de espejo vertical, porque se altera la “S”, es mas bien un ambigrama rotacional que puede girarse ciento ochenta grados y se lee igual.  También existen los semi-palíndromos o bifrontes que leídos al revés tiene distinto significado, quizás la más conocida es ROMA-AMOR, pero hay muchas más como OIR-RIO, RATA-ATAR, ZORRA-ARROZ, que bien podrían convertirse en ambigramas asimétricos, es decir que representan palabras o textos diferentes.

Para el caso de los ambigramas de espejo, ya mencionados, se incluyen los de simetría vertical que presenta simetría si se coloca un espejo perpendicularmente al eje del ambigrama y la imagen no se altera, puesto que es idéntica a la parte que el espejo oculta.  Lo mismo pasa con respecto al ambigrama horizontal, solo que en este caso el espejo se coloca en el otro sentido.

Los ambigramas rotacionales tienen este nombre porque debe realizarse un giro para poder leer la misma palabra, en el caso de los simétricos o bien, un texto diferente, en el caso de los asimétricos.  Estos son los que se han utilizado para Ángeles y demonios.
  
Para el caso de los ambigramas encadenados o infinitos,  las letras del ambigrama se enlazan de tal manera que la lectura puede segur permanentemente.  Es decir que podemos girar el texto y seguir leyendo su contenido hasta que nos aburramos.


En el ambigramas integral o todo y parte, el cual generalmente es asimétrico, tiene la particularidad de que se pueden encontrar lecturas que permiten identificar un texto completo pero también uno complementario o derivado.  La lectura puede lograrse por colores o intensidades diferenciadoras. 
Dentro de este mismo concepto se encuentran también los ambigramas de figura-fondo, cuya particularidad radica en que generalmente la lectura complementaria se realiza gracias a los espacios que deja un texto, en los cuales se puede leer otro diferente.
Durante la lectura de Ángeles y demonios, sin percatarme comencé a hacer algunos garabatos y a envolverme en un proceso que me llevaría a crear mi propio ambigrama, hice varios ensayos pero, como experimentarán quienes se animen a hacer algunos intentos, no es fácil.  Al final obtuve un resultado que me pareció interesante, aunque todavía no me convence plenamente y que muestro más abajo, incluye mi nombre y apellido.  Posteriormente trabajé otro ambigrama aparentemente más sencillo, solo con mi apellido, en varias versiones.

Ahora continúo haciendo algunos a pedido y sigo incursionando en el tema, seguro que me va a quemar las pestañas, pero estos procesos seducen y se roban el tiempo que se vuelve corto como en cualquier manifestación en la que logramos llegar al trance creativo.  

NOTA: Los ambigramas en letra blanca son de John Langdon, a excepción de los que llevan mi nombre son de  autoría propia. No se conoce el autor de los que tienen color (true y good).  

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