viernes, 29 de septiembre de 2017

Discurso de apertura de la CLEFA intermedia 2017




La Facultad de Arquitectura de la Universidad de San Carlos de Guatemala, en junio de 2016, solicitó ser anfitriona de la CLEFA  intermedia, y pidió que se realizara en los primeros días de septiembre, en que se celebra la fundación de la primera Facultad de Arquitectura en Guatemala.  La solicitud se orientó a que, además de la reunión del Consejo Directivo, se tuviera la oportunidad de organizar un evento académico para aprovechar las experiencias de los distinguidos representantes ante UDEFAL. 
Precisamente hoy 5 de septiembre nuestra Facultad cumple 59 años y además estamos celebrando el día del Arquitecto en Guatemala. Hoy también inauguramos este importante evento cuyo tema central es: La innovación en la enseñanza de la Arquitectura y el Diseño
Y sobre el cambio y la innovación quiero compartir algunas reflexiones.
Los acelerados cambios generados por la vorágine social, política y tecnológica, han generado un mundo en el que las personas están más interesada en vivir el presente inmediato que en preocuparse por el futuro y menos se interesan en entender el pasado. Estamos en un mundo en el que deslumbran los espejismos tecnológicos y embelesan las modas ostentosas del nuevo milenio. En un mundo que cuenta con información globalizada en tiempo real que difícilmente se destina para hacer crecer los valores o se utiliza para entender y mejorar las condiciones de las grandes mayorías.
Estamos ante una sociedad contradictoria pendiente de la inmediatez del día a día, que asume  que la verdad  está en las redes sociales. En una colectividad contaminante en la que todo puede ser desechable. Una sociedad en la que nada es suficiente, en la que se venera la tecnología por su valor utilitario, más que por sus potenciales aportes al desarrollo de la humanidad. Nos guste o no, estamos ante un cambio permanente e impredecible, que pocas veces deja paso a la reflexión.
Dentro de este marco, se ignora o cuestiona la relevancia de los fundamentos teóricos, contextuales y epistemológicos. Y es que en una sociedad pragmática, agobiada por el caos posmoderno en el que prevalecen la ambigüedad, la subjetividad, la inestabilidad y el desapego lo reflexivo se hace trivial.
Pero la arquitectura no puede ser trivial, parte de un flujo de ideas que se transforman en volúmenes para moldear espacios intencionales que serán disfrutados o consumidos por seres vivos. Y como tal no puede estar aislada de los contextos sociales y naturales y tampoco separada de lo teórico, de lo metodológico y de lo tecnológico que afectan un mundo en constante evolución. Se ve influenciada persistentemente por los cambios en la ciencia, en la tecnología, en la economía y en el ambiente, y se constituye en un filtro que, de una u otra manera, responde a los cambios de la realidad y del medio en que se desarrolla.  La arquitectura ha sido producto de las condiciones socioeconómicas, culturales y técnicas y se le atribuye ser el principal testimonio de una historia en permanente cambio. 
Como diseñadores y arquitectos, pero en especial como docentes, sabemos que más que seguir modas o importar estéticas complejas y descontextualizadas, lo que se necesita es reflexionar sobre la complejidad social, cultural y natural que debe considerar la actividad proyectual.
Esto implica percatarse de los procesos de desculturización y de la fuerte carga psicológica y mediática que orienta hacia el consumismo. Ser conscientes de la influencia de los medios y de las redes sociales y cómo estas inciden en los valores académicos y culturales locales que tienden a disiparse ante las tendencias globales.
El mundo se modifica en cada momento, los conocimientos son desplazados o mejorados continuamente y la realidad se transforma minuto a minuto. Esto advierte que el aprendizaje requiere de una actualización continua y, por consiguiente, de una gran disposición para adaptarse a estos incesantes cambios y, esta adaptación, demanda capacidad creativa. Es la creatividad la que determina la utilización eficiente de conocimientos y herramientas, es la que propicia la estrategia para hacer frente de manera efectiva a que los nuevos problemas de diseño encuentren respuestas innovadoras.
Las condiciones actuales facilitan infinidad de recursos para enfrentar los complejos proceso de enseñanza, pero estos todavía no logran articularse efectivamente con los procesos sociales, académicos, ambientales y teóricos. Es claro que esta situación ya no se da por limitaciones técnicas, sino mas bien, por anacronismos o descuidos referenciales y conceptuales; muchas veces debido a la resistencia al cambio o a la falta de un esfuerzo intelectual para asumir las nuevas e incontenibles avalanchas cognitivas y técnicas.
La problemática de la actividad proyectual es compleja, indefinida y llena de retos diferentes para cada nuevo tema a resolver. El diseño está indiscutiblemente relacionado con los avances científicos y técnicos que siguen abriendo posibilidades antes impensables, para tratar de entender un mundo diferente, complejo, impredecible y con nuevas condicionantes sociales y ambientales.
En esta época los estudiantes cuentan con ilimitados recursos para responder a los nuevos requerimientos de la educación.  Esto es muy favorable para el aprendizaje pero demanda que los docentes asuman nuevas responsabilidades y retos, que sean capaces de adaptar nuevas formas de pensar, y que se actualicen permanentemente para dar respuestas oportunas a los nuevos paradigmas en los que inevitablemente están involucrados.
La nueva enseñanza debe aprovechar las bondades que la actualidad presenta para atender con eficiencia el mejor uso de los recursos renovables y no renovables, así como la búsqueda de la eficacia en función de las necesidades y oportunidades de nuestra propia realidad.
En fin, los acelerados cambios que se han dado en la sociedad, en la ciencia y en la tecnología, requieren de una minuciosa y permanente revisión para la generación de estrategias que contribuyan con la enseñanza, que aporten tanto a las aplicaciones prácticas como a las interpretaciones científicas, que faciliten la actividad proyectual dentro de la realidad compleja y definan la apertura de nuevas vías de creatividad que la actualidad y el futuro demandan.
Es precisamente sobre estos criterios que hemos estado trabajando para una reestructura curricular que se ha iniciado con el proceso de rediseño del pensum.  Para hacerlo posible nuestra facultad necesita de la apertura de mentes, de capacidad creativa, de visión innovadora, pero sobre todo de la buena disposición y de la amplia participación de todos los sectores. 
Los cambios y la nueva época requieren de una nueva visión y la capacidad de reenfocar sobre las formas de ver de cada uno de nosotros. Estamos conscientes de que somos docentes del siglo XX, enseñando a futuros arquitectos del siglo XXI, en muchos casos todavía con criterios y herramientas que no pertenecen a las nuevas generaciones.
Es por eso que en este evento pretendemos analizar distintas posturas sobre los avances tecnológicos y educativos en Latinoamérica, compartir sobre temas de innovación, experiencias creativas y proyectuales, procesos generativos, realidad virtual y realidad aumentada, plataformas educativas innovadoras, enfoques de enseñanza de la arquitectura en la región y visiones sobre la arquitectura y su enseñanza en el nuevo siglo.  
Para hacer esto posible, contribuyen muchas personas y organizaciones, por lo que quiero agradecer a todos los que de alguna manera fueron partícipes  en el impulso a este evento, en especial al Consejo Directivo de UDEFAL; al señor Rector Dr. Carlos Alvarado, a los funcionarios y unidades académicas y administrativas universitarias que han apoyado en diversas gestiones, a los conferencistas y talleristas, a los patrocinadores; a la Asociación de Estudiantes de Arquitectura y, particularmente, quiero resaltar la labor de estudiantes, docentes y personal administrativo y técnico que han integrado la Comisión Organizadora de esta CLEFA intermedia, de esta CLEFA extraordinaria que nos ha permitido hermanarnos y confirmar la importancia del trabajo en equipo y de que los objetivos comunes pueden alcanzarse con buena voluntad y trabajo efectivo.
Por eso concluyo parafraseando las palabras de Mario Benedetti:
Me gusta la gente que vibra, la que no hay que empujar, a la que no hay que decirle que haga las cosas porque ya sabe que hacer. La gente que conoce la importancia de la alegría; la gente de criterio, la que no se avergüenza de reconocer lo que ignora, o que se equivocó.  La gente sincera y franca, capaz de oponerse con argumentos serenos y razonables.  Me gusta la gente capaz de criticar constructivamente y de frente; la gente fiel y persistente, la que no fallece cuando de alcanzar objetivos e ideas se trata.
Con gente como esa me comprometo de lleno y, con haber tenido esa gente a mi lado, me doy por bien retribuido.
A toda la gente que forma parte del futuro y del cambio, a todos los aquí presentes.
Muchas gracias

Byron Rabe
Septiembre 5, 2017

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