UN LLAMADO A LA CORDURA

He recibido algunas notas firmadas a las que se les debe dar importancia y por eso hago este llamado, pero también recibí algunos correos que hacen diversas denuncias que se han presentado anónimamente, a las cuales no hay que darles ningún crédito.  Creo que es necesario que en este momento en que la situación política se pone  candente, tomemos un respiro y hagamos todo lo posible para que se evite la confrontación.  Ya basta de tanta persecución, de tanto estira y encoge, de tantas aclaraciones tendenciosas, de tantos comentarios maliciosos.
 
No es necesario hacer uso de insultos y acusaciones denigrantes, y mucho menos de mentiras.  Eso es dañino, yo lo se, yo lo vi de cerca en las últimas elecciones para el CSU, cuando se inventaron tantas cosas, me asociaron con personas, presionaron a simpatizantes y utilizaron mentiras.  Pero eso ya pasó,  hay que seguir adelante.  Sin embargo lo menciono porque se de lo que son capaces las personas para obtener un puesto.  Si queremos lograr algo positivo, es momento de acabar con ese comportamiento.
 
Todos deberíamos tener claro que el puesto no hace a la persona. Una persona es lo que es, en donde sea y no importa el cargo que ostente.   No olvidemos que lo único permanente es el cambio y que el poder es efímero para cualquiera, lo que verdaderamente vale es la esencia del individuo
 
Pero ahora es necesario hacer un pacto para una campaña de altura.  Dejar de desacreditar a los candidatos, haciendo señalamientos falsos sobre sus equipos y planes de trabajo,   evitar inmiscuirse en su vida personal y mucho menos acusar sobre situaciones denigrantes inexistentes.
 
Creo que para colaborar con ello, debemos evitar abrir cualquier documento apócrifo y mucho menos redistribuirlo.  Si alguien tiene algo que decir que lo diga de frente, y si es con pruebas mucho mejor.  Porque si no se convierte en un chisme o en campaña negra a la que no debemos dar crédito.
 
Como es mi costumbre, y aunque me traiga animadversiones y me acusen de demasiado frontal, si algo me ha caracterizado es que lo que tengo que decir, lo digo de frente y poniendo mi nombre.  Y eso a todos les consta.  Siempre he estado en desacuerdo con los cobardes anónimos.
 
Si bien este debe ser un pacto entre dos grupos,  unilateralmente hemos girado instrucciones a nuestro grupo, para no prestarse a estos juego indignos y tratar de evitar comentarios destructivos infundados.  Esperamos obtener lo mismo.
 
Eso no quiere decir que no cumplamos con nuestra responsabilidad legal y moral.  Cualquier denuncia que nos conste la haremos de manera clara, con los respaldos de nuestra organización y por medio de las instancias administrativas y jurídicas que correspondan, si es necesario.
 
Pero es necesario portarse a la altura, nuestra facultad nos necesita y debemos buscar por todos los medios evitar el engaño, el desprestigio infundado y la mentira.  Evitar todo aquel comentario desleal que promueva la polarización y que nos pueda seguir afectando e incluso pueda destruir un futuro de esperanza.
 
Espero que estemos de acuerdo y que todos actuemos en correspondencia con lo que hemos planteado.  Las palabras se las lleva el viento, son las acciones las que valen.
 
En lo personal considero que tener una familia estable, caminar con la frente en alto sin una cola machucada, saber que se ha aportado con cariño a lo que vale la pena, tener conciencia de que se ha dado lo mejor para el mundo en que vivimos, es la verdadera ganancia en la vida.  Al final pueden decir lo que quieran, cada quien sabe lo que es y lo que vale.
 
“Cuando mi pequeña nieta Sofía, me mira y sale corriendo con sus pasitos torpes para colgarse de mi cuello, no sólo me abraza, también me infla el corazón que como un gran globo de helio hace que mi alma se eleve y se vuelva una con el universo.”  Eso es estar en la cima, al final, lo demás es superfluo.
 
Cordialmente,
 
Byron Rabe