Un granjero encontró un huevo de águila en una
montaña, y lo puso junto con los huevos que iban a ser empollados por una
gallina, cuando el tiempo llego, los pollitos salieron del cascaron y el
aguilucho también. Después de un tiempo aprendió a cacarear, a escarbar la
tierra, a buscar lombrices y a subir a las ramas más bajas de los arboles.
Un día, el águila
estaba mirando hacia arriba y tuvo una visión magnifica. Un pájaro majestuoso
volaba en el cielo abierto como si no necesitase hacer el más mínimo esfuerzo.
Impresionada, se volvió hacia la gallina más próxima y le pregunto: ¿Qué pájaro
es aquel? La gallina miro hacia arriba y respondió: ¡ah! Es el águila dorada,
reina de los cielos. Pero no pienses en ella: tú y yo somos de aquí abajo. El águila no miro hacia arriba nunca más y
murió en la conciencia de que era una gallina, pues así había sido tratada
siempre.
¡Mira hacia
arriba y descubre quien eres! Descubre que puedes volar como águila y remontar
sobre las nubes y tormentas. No importa cómo te haya tratado el mundo
No estamos hechos
para vivir como gallinas. Estamos hechos para volar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario