Pocos saben que la
carrera de diseño Gráfico pudo haber sido suspendida en sus primeros años
debido a un serio conflicto que amenazó su existencia entre 1990 y 1993. La carrera se inició en 1987 y si bien los
primeros tres años tuvo un creciente impulso, fue a partir del cambio de
autoridades en 1990, cuando comenzaron a surgir serias confrontaciones entre
los estudiantes de arquitectura y diseño gráfico y entre estos y las nuevas
autoridades. Sólo el coraje de los estudiantes y docentes de ese entonces evitó
que la ahora creciente profesión del diseñador visual desapareciera de nuestra
universidad.
La primera vez
que se planteó en la Facultad de Arquitectura de la Universidad de San Carlos -FARUSAC- la creación de carreras tecnológicas fue
en el Proyecto de
Reestructuración en 1972. En 1975 en el
Plan de Desarrollo Universitario
se fortaleció este criterio como una posibilidad de ofrecer salidas laterales a
estudiantes que por diversas razones no podían terminar una licenciatura. En 1984 durante el II Congreso de Evaluación de la Facultad de Arquitectura, se retomó
la idea y, un año después, por iniciativa del Decano Eduardo Aguirre, se nombró
una comisión para realizar un estudio que estableciera las bases para la
creación y desarrollo de una carrera técnica en Diseño Gráfico. Esta comisión estuvo integrada inicialmente
por Gladys Mendizábal, Roberto Leal, Felipe Hidalgo y Salvador Gálvez. Posteriormente se integraron Byron Rabe y Zuly
Molina. La comisión presentó la
propuesta de creación del Programa de
Técnico Universitario de Diseño Gráfico la cual fue aprobada en noviembre
de 1986 por el Consejo Superior Universitario –CSU-. Ese mismo mes la Junta Directiva seleccionó
al encargado de dirigir la nueva carrera y de definir las directrices y criterios
que la orientarían.
A inicios de 1987 se iniciaron las labores
académicas y administrativas. La carrera
tenía una duración de seis semestres académicos, treinticuatro materias y una
práctica supervisada de 280 horas. La población
estudiantil se triplicó en los primeros tres años. Durante este corto lapso la
carrera comenzó a tomar un liderazgo académico, esto incluyó la actuaización del
Perfil del Diseñador Gráfico, una nueva propuesta de planeamiento didáctico y
un sistema de control académico que por su efectividad fueron posteriormente
adoptados por la carrera de Arquitectura.
Es de mencionar también la definición de los criterios para seleccionar
y evaluar a los docentes de manera permanente. Esto permitió tener profesores con un alto
nivel de excelencia e identificación con la carrera, entre ellos Marcia de Rendón, Eugenio Barneond, Otto
Valle, María Eugenia Palomo, Salvador Gálvez, Susana Asensio, Valentina
Morales, Roberto Leal, y Carlos Franco, entre los mejor evaluados. Como resultado de la evaluación se realizaban
Jornadas de actualización e integración para alumnos y docentes y se formó un
modelo paritario con representación estudiantil, para mejorar sistemáticamente
los distintos temas de la carrera.
El enfoque adoptado permitió desarrollar un novedoso
modelo educativo que partía de un criterio de integralidad basado en el Lenguaje Total de la Educación. Se daba
especial atención a temas como el planeamiento didáctico, que no sólo contenía
un modelo formal estructurado, también perseguía la planificación integral del
currículo. Esto obedecía a un plan técnico pedagógico que buscaba una mayor
claridad y comprensión de lo que se esperaba lograr en cada curso y en la
carrera de forma integral. Como parte de
este modelo se creo la agenda pedagógica
para evitar la sobrecarga académica, de tal manera que hubiera una dosificación
para alcanzar los objetivos de aprendizaje de manera efectiva. Los trabajos de integración, fueron la base
de la política de integración académica y requerían de una ardua coordinación
en su planificación, ejecución y
evaluación de manera que se hiciera mas efectivo el proceso de aprendizaje al
realizar un solo trabajo que era calificado en
diferentes cursos. El modelo
incluía un sistema para la evaluación del programa en su conjunto, el cual
consideraba la evaluación del docente, de los cursos, de los recursos y de los
procesos. Debe considerarse que en ese
entonces todavía no existían este tipo de instrumentos sistematizada por la
USAC o por la Facultad. Como parte del
modelo, también se desarrollaban jornadas de actualización e integración
docente, de manera que pudieran irse superando algunas deficiencias o
perfeccionando aquellas habilidades necesarias para hacer de la práctica
docente una actividad efectiva para el aprendizaje del estudiante. En este período se impulsaron cursos para la
integración y trabajo en equipo, para la planeación didáctica, para la
enseñanza de la creatividad. También talleres sobre técnicas específicas para
la enseñanza del diseño y se realizaron una serie de seminarios para la
integración curricular que perseguían una coordinación integral y efectiva del
currículo en su conjunto.
A finales de mayo de 1987 se inició el programa de
exposiciones con la primera muestra titulada Blanco y negro, en la sede de la Alianza Francesa en Antigua
Guatemala, esta exposición contenía trabajos realizados en tinta china con una
alta calidad y definición técnica. En junio se inauguró la exposición Horizontes en la Casa de la Cultura de
esa Ciudad colonial. En abril de 1988 la
primera Expodiseño Gráfico. En septiembre de 1988 en el Instituto Guatemalteco
Americano se presentó Año y medio de
Diseño Gráfico. En mayo de 1989 la
segunda Expodiseño Gráfico. El 30 de agosto de este año se inauguró la
exposición Exdográfica, en la Galería
El Attico. Posteriormente en noviembre
se abrió otra muestra en el Convento de Capuchinas en Antigua Guatemala, para
terminar el ciclo de exposiciones con Diseño
Gráfico en Malacatán en diciembre del 89.
En el segundo semestre de 1989 la primera promoción
realizó su práctica supervisada con resultados muy satisfactorios y muy buenos
comentarios de las organizaciones colaboradoras. Veintisiete alumnos cerraron pensum y estaban
prestos a graduarse, ninguno de ellos imaginó que su proceso de graduación se pondría
cuesta arriba. El fresco amanecer de esta carrera pronto se vería cubierto de
sombras que amenazaban tempranamente su desarrollo.
1990 llegó con nuevas autoridades, ni los
estudiantes, ni los docentes, imaginaron que con este cambio se acorralaría
sistemáticamente a un programa que había comenzado exitosamente. Las nuevas autoridades facultativas cortaron
el apoyo al Programa y generaron nuevos procedimientos burocráticos. En 1990 se
suspendió temporalmente la Guía del
Proceso de Graduación que había sido aprobada por las anteriores autoridades.
A ello se agregó el requerimiento de créditos
extracurriculares para autorizar el Cierre
del Pensum, que eran otorgados por la Asociación de Estudiantes de
Arquitectura (AEDA), que manifestaban una creciente animadversión hacia los
alumnos de la nueva carrera.
La población de diseño gráfico se había convertido
en un potencial significativo de votos para los procesos eleccionarios de la
Facultad. Lo que causó inquietud en
algunos grupos políticos de arquitectura que inicialmente, trataron de aprovecharse
para hacer alianzas y acuerdos que luego no respetaron. Esto dio como resultado un rompimiento entre
estudiantes de arquitectura y diseño gráfico
y generó la decisión de estos últimos de participar independientemente
en las elecciones, convirtiéndose en una fuerza estudiantil independiente y de
mucho peso.
Las diferencias surgidas y la falta de una
organización que representara los intereses estudiantiles, hicieron que el 29
de octubre de 1990 surgiera el Comité Estudiantil de Diseño Gráfico para formar
la Asociación de Estudiantes de Diseño Gráfico.
El 9 de julio de 1991, el Consejo Consultivo de AEU, con el aval de
todas las Asociaciones de AEU, (excepto AEDA) aprobó la creación de la
Asociación de Estudiantes de Diseño Gráfico –AEDG- y sería reconocida por el
Consejo Superior Universitario –CSU- el 27 de noviembre.
La AEDA convocó a una asamblea general el 4 y 5 de
marzo de 1992, para que la general aprobara o rechazara la consolidación de la
AEDG. El voto fue favorable para la
AEDG. Como reacción el 10 de marzo, antiguos dirigentes de AEDA celebraron una
asamblea extraordinaria en la que solo se permitió participara a estudiantes de
Arquitectura. En esta oportunidad desconocieron
a los directivos de AEDA, también desconocieron el Acuerdo de la anterior
Asamblea y tomaron las instalaciones del Edificio T-2.
El nuevo grupo elevó un documento a Junta Directiva
de Arquitectura, planteando que se solicitara al CSU formar una comisión para
evaluar el Programa de Diseño Gráfico y se apoyara su unificación con sus
similares en Ciencias de la Comunicación y Humanidades.[1] La Junta Directiva se dirigió al Consejo Superior
Universitario, solicitando la
integración de una comisión Técnico-pedagógica para la unificación de Diseño
Gráfico con sus similares existentes, así como el congelamiento de la
inscripción de estudiantes de primer ingreso al Programa de Diseño, en tanto
este fuera evaluado.[2]
El 24 de abril de 1992, el Consejo Superior
Universitario nombró la Primera Comisión Técnico Pedagógica[3], la
cual elaboró un dictamen, con fecha 8 de septiembre, en el cual señala que los
programas de las tres carreras de diseño (Arquitectura, Humanidades y Ciencias
de la Comunicación) abordan contenidos que no tienen similitud y equivalencia. Esto se debe a que la finalidad o propósito
de la carrera que sirven, es totalmente distinto. Plantean también que la
unificación de los programas es pertinente y hasta necesaria, siempre y cuando
se defina la carrera para la cual procederá su integración y, que las tres
carreras, a un corto plazo, podrán unificarse pero definiendo previamente qué
respuesta van a dar dentro del contexto social.
La comisión recomendó proponer un modelo de red curricular para establecer
un área común, definir un esquema para operativizar la evaluación de la carrera
y definir con más precisión los objetivos y perfiles de cada carrera.
Pero los estudiantes de DG trataban de hacer lo
propio. En octubre de 1992, con el
objeto de tener mayor capacidad para velar por sus propios intereses, el
estudiantado de Diseño Gráfico decidió participar en el proceso de elección
para las vocalías IV y V a Junta Directiva de arquitectura. El 3 de octubre, a 3 días de llevarse a cabo
la elección, uno de los candidatos fue apuñalado cuando se dirigía a su
domicilio. Este hecho lo obligó a
permanecer hospitalizado. El 5 de se
mismo mes, el otro candidato, fue amedrentado para impedir su
participación. No obstante, el 6 de
octubre, se llevaron a cabo las votaciones en la que fue notoria la afluencia
de estudiantes de diseño. Sin embargo,
antes de cerrar el proceso la urna fue robada y las elecciones anuladas. Las autoridades de la facultad no hicieron
averiguaciones al respecto y la participación estudiantil se vio afectada.
El 14 de octubre de 1992, el CSU nombró la Segunda
Comisión[4]
para la formulación de una propuesta definitiva de solución a la problemática
de Diseño Gráfico. La comisión entregó
el dictamen el 16 de noviembre de 1992.
Esta vez recomendaría constituir el programa de Diseño Gráfico de la
facultad de Arquitectura en Escuela no Facultativa del área social humanística,
tal conformación se haría dentro de las posibilidades financieras y de
infraestructura disponibles. La
estructura de Gobierno Administrativo sería similar al de las escuelas con
gobierno paritario y duraría hasta que se dieran las condiciones de unificación
con las carreras similares que sirven en la Facultad de Humanidades y la
Escuela de Ciencias de la Comunicación.
El 11 de noviembre, la AEDG envió un documento al
CSU solicitando que no se congelaran las inscripciones de primer ingreso de
Diseño Gráfico en 1993 y que no se permitiera la aplicación de pruebas admisión
a los aspirantes del programa como requisito de inscripción (lo cual no se
hacía en otras carreras). También
solicitó que no se unieran las tres carreras de Diseño Gráfico de las distintas
unidades señaladas, ya que su objeto y enfoque eran distintos. Pero, en contra
de los deseos estudiantiles, el 25 de noviembre de 1992, el CSU emitió el punto
resolutivo en el cual acordó[5] aprobar
el receso temporal en la inscripción
de estudiante de primer ingreso en la carrera de Diseño Gráfico y designar una Tercera
Comisión para efectuar un estudio y evaluación del nivel académico, currícula,
perfil de la carrera, mercado de trabajo, área física, equipamiento y
presupuesto y otros aspectos necesarios.
No conforme con esta respuesta, el 1 de diciembre la
AEDG emitió un documento de denuncia por el
receso temporal, pues consideraba que en el dictamen, se hacía evidente el
total desconocimiento sobre lo que es el diseño gráfico y el aporte que
proporciona a nuestro país. Señalaba que
era una resolución no fundamentada y sin apego a la realidad. Por tal razón solicitó a la comunidad
universitaria solidarizarse con su causa.
En enero de 1993 la AEDG, inició acciones para
obtener la solidaridad y apoyo de la comunidad universitaria por medio de las
asociaciones estudiantiles y de la AEU, del sindicato de trabajadores de la
USAC y de varias organizaciones populares.
El 6 de ese mes se presentó la denuncia y el expediente completo al
Ministerio Público y a la Procuraduría de los Derechos Humanos.[6]
El 8 de enero, el Consejo Consultivo de AEU se
pronunció ante el Consejo Superior Universitario exigiendo que se revocara la decisión
de suspender las inscripciones en Diseño Gráfico. Pero no obtuvo respuesta. La situación parecía
irremediable y el 15 de enero quedaron sin inscribirse aproximadamente 350
estudiantes. Pero los estudiantes
siguieron con su lucha y, con la presencia de un delegado de la Procuraduría de
los Derechos Humanos, se levantó un Acta Notarial. Para no perder el vínculo e información de
los estudiantes que llegaron a inscribirse, la AEDG realizó una preinscripción.
Diez días después la Procuraduría de los Derechos Humanos emitió un memorándum
en que hacía constar “la actitud negativa de las autoridades universitarias al
no permitir la inscripción legal de los estudiantes, limitando con ello el
libre acceso a la educación superior, circunstancia que se contrapone a los
fines y objetivos de la USAC”. Adicionalmente la AEDG y la AEU, de manera
conjunta, interpusieron un Recurso de Amparo[7]
contra el Consejo superior Universitario.
Este fue declarado con lugar el 28 de enero. La sala primera de la corte de Apelaciones del
Organismo Judicial ordenó la pronta inscripción de los estudiantes de la
Carrera de Diseño Gráfico y la
inscripción se realizó en la primera semana de febrero del año 1993.[8]
El 8 de febrero la Comisión, rindió un informe al
CSU, en el que presentó tres opciones para encontrar una solución al problema
físico en la FARUSAC, la primera de ellas proponía que se abriera una jornada
matutina, además de las jornadas vespertinas y nocturna, esta funcionaría sólo
para primer año en el edificio T-2. La
segunda mantenía las jornadas
vespertinas y nocturna, con la variable de que las clases teóricas
serían impartidas en el edificio M-6 de Medicina y las clases prácticas en el
T-2 de Arquitectura. Y la tercera planteaba la apertura de una jornada
matutina, además de las jornadas vespertina y matutina con la variable de que
se impartirían las clases teóricas en el edificio de Bienestar Estudiantil y
las técnicas en el edificio T-2 de Arquitectura. El CSU optó por la primera opción, pero
considerando solo la jornada matutina para primer año, sin embargo la medida
adoptada afectaba a los estudiantes que trabajaban y no podrían asistir en esta
jornada. Ante esta acción y agotadas las
instancias legales, los estudiantes decidieron realizar medidas de hecho, para
lo cual el 14 de abril de 1993, con el
apoyo de las distintas asociaciones estudiantiles (a excepción de la AEDA), tomaron el Edificio de Rectoría con el CSU adentro.
El CSU revocó la decisión de implementar la jornada matutina única para los
estudiantes de primer ingreso[9].
El 23 de febrero de 1993, la Junta directiva de
FARUSAC[10]
prohibió a los docentes de Diseño Gráfico impartir clases en tanto el CSU no
solucionara el problema de espacio físico.
La mayoría de docentes incumplió esta prohibición. Por su parte la AEDA procedió a ocupar los
salones asignados a diseño gráfico por lo que, para evitar mayor confrontación,
los docentes optaron por impartir clases en los graderíos, en los jardines y en
las afueras del edificio T-2.
El 31 de marzo de 1993, la última comisión nombrada,
presentó un informe al CSU[11]en
el cual concluyó que la carrera de Diseño Gráfico no tenía relación curricular
con la Licenciatura de Arquitectura; que podría tener relación con la carrera
de Diseño Gráfico para la Educación de la facultad de Humanidades, si se
impartieran cursos pedagógicos y que, los objetivos generales de la Escuela de
Ciencias de la Comunicación, podrían abarcar los objetivos específicos de la
carrera de Diseño Gráfico, pero no funcionaría con las carreras existentes en
Ciencias de la Comunicación. Adicionalmente
expresaba que no se tenía la implementación técnica ni profesional en ciencias
de la Comunicación para cubrir el programa de Diseño Gráfico. Derivado de la anterior la comisión recomendó
la continuación, fortalecimiento y actualización del Programa de Diseño
Gráfico; hacer un estudio financiero más específico para implementar la carrera
en una Escuela no Facultativa, el cual incluyera la construcción del Edificio y
requerimientos necesarios para el buen funcionamiento, y agregó, que para crear
cualquier futura carrera debían tomarse en cuenta los recursos necesarios
(humanos, físicos, ambientales y económicos)
para su buen funcionamiento.
El 5 de mayo de 1993 un grupo de estudiantes de arquitectura
tomó el edificio T-2, solicitando la salida del programa de Diseño Gráfico de
la FARUSAC. Sin embargo el Consejo
Consultivo de AEU, emitió un comunicado llamándolos al orden.
En sesión del 19 de mayo de 1993, el Consejo
Superior Universitario acordó[12]
encargar la elaboración del Proyecto de creación de la Escuela no facultativa
de Diseño Gráfico a una comisión integrada por dos docentes y dos estudiantes
electos por sus respectivos sectores, así como por el Director de la
Coordinadora General de Planificación de la USAC en representación del CSU. Así
mismo designó a la División de servicios Generales para buscar espacio físico
donde ubicar a la Escuela de Diseño Gráfico.
En Asamblea general de docentes de Diseño Gráfico, eligieron como
representes al Arquitecto Byron Rabé y al Licenciado Otto Valle. En su respectiva Asamblea los estudiantes
eligieron a Saida de la Roca y a Víctor Ayala.
Dichos representantes organizaron subcomisiones, las cuales
proporcionaron insumos para desarrollar este trabajo. El Proyecto fue concluido
y entregado el 30 de agosto de 1993. En
esta propuesta se presentó el diseño del edificio para la escuela, la propuesta
de creación de la Licenciatura de Diseño Gráfico y de otras carreras dentro del
ámbito del diseño, tales como Diseño industrial y artesanal, Diseño del
paisaje, Diseño textil y Diseño de interiores. Una vez cumplida la tarea de elaborar el
Proyecto de Creación de la Escuela no Facultativa de Diseño Gráfico, sólo
quedaba que el CSU tuviera conocimiento del mismo y aprobara la creación de
dicha Escuela. Sin embargo esto nunca sucedió.
El escenario cambiaría. En 1994 tomó posesión como
decano el arquitecto Julio Corea. Las nuevas autoridades con una mayor voluntad
política y acciones creativas, lograron resolver los problemas determinantes y encaminar
nuevamente la carrera de Diseño Gráfico hacia el nuevo siglo. Parecía que por arte de magia los problemas
sustantivos habían desaparecido.
Es interesante reflexionar que la carrera surgió con
un sólido apoyo que le permitió organizarse y crecer efectivamente, tanto a nivel
de estudiantes y docentes, como en calidad académica. Que en la crisis que se suscitó a raíz del
cambio de autoridades en 1990, hubo amenazas,
irrespeto a los procesos y acuerdos, dificultades para el acceso a las
aulas, se prohibió a los docentes impartir clases, hubo suspensión de inscripciones
y una serie de medidas intimidantes. Sin
embargo como en toda crisis se obtuvieron resultados positivos como la creación
de la Asociación de Estudiantes, se logró una sólida integración docente, se
amplió la comunicación entre estudiantes y docentes, se crearon diversas
comisiones para resolver el conflicto y se llegó a generar de forma
participativa una novedosa Propuesta de creación para una Escuela de Diseño.
El nuevo cambio de autoridades en 1994, fue
suficiente para que el conflicto terminara y demostró que la crisis era un problema de voluntad política. Con la creación del Pensum 95 de
Arquitectura, se acordó crear un semestre de área común entre arquitectura y
diseño gráfico. Esta decisión tenía dos
objetivos, el primero era hacer más eficiente el uso de los recursos y el segundo evitar que se formaran
posiciones antagónicas entre los dos sectores estudiantiles, dando la
oportunidad de que los estudiantes se conocieran desde un principio y convivieran pacíficamente
en el desarrollo de las dos carreras.
Las diferencias fueron superadas.
Algunos años después otra administración eliminaría el área común.
Hoy vemos hacia atrás y nos damos cuenta de las
vicisitudes que hemos debido superar, pero no cabe duda de que estos hechos,
nos hicieron más fuertes, más solidarios y más tolerantes. Lo que también celebramos en estos
veinticinco años.
Fuentes:
Rabe, B. Valle, O. De la Roca, S. y otros
(1993) Propuesta de Creación de la Escuela de Diseño. Universidad de San Carlos
de Guatemala.
Rabe, B. (1990) Tres años de Diseño Gráfico. Memoria de labores. Programa de Diseño Gráfico. Universidad de San Carlos de Guatemala.
[1] Acta Junta Directiva de FARUSAC No. 08-92
[2] Acta Junta Directiva de FARUSAC No. 09-92
[3] Acuerdo CSU No. 756‐92
[4] Acta 43‐92
[5] Acta CSU 50-92
[6] Expediente No. 08-93
[7] Amparo No. 104/93
[8] Acta No. 04-93 del CSU
[9] Acta CSU No. 11-93
[10] Ref: SE 28-93
[11] Ref: IIME
94-92
[12] Acta CSU 16-93
Didáctico, informativo y sumamente ilustrativo el artículo, gracias Arq. por ser pieza importante en la Facultad de Arquitectura como en nuestra escuela, gracias por su docencia, innovación estos 25 años.
ResponderEliminarQue buena investigación y recopilación de datos felicitaciones.
ResponderEliminarMuchas gracias por sus comentarios!
ResponderEliminarMuy buen artículo ¡Estoy orgullosa de pertenecer a esa facultad! Es muy regocijante saber que el espíritu de lucha, innovación y libertad aún sigue presente en varios estudiantes.
ResponderEliminar