lunes, 9 de abril de 2012

Entre luces y sombras



Pocos saben que la carrera de diseño Gráfico pudo haber sido suspendida en sus primeros años debido a un serio conflicto que amenazó su existencia entre 1990 y 1993.  La carrera se inició en 1987 y si bien los primeros tres años tuvo un creciente impulso, fue a partir del cambio de autoridades en 1990, cuando comenzaron a surgir serias confrontaciones entre los estudiantes de arquitectura y diseño gráfico y entre estos y las nuevas autoridades. Sólo el coraje de los estudiantes y docentes de ese entonces evitó que la ahora creciente profesión del diseñador visual desapareciera de nuestra universidad. 
La primera vez que se planteó en la Facultad de Arquitectura de la Universidad de San Carlos -FARUSAC- la creación de carreras tecnológicas fue en el  Proyecto de Reestructuración  en 1972.  En 1975 en el  Plan de Desarrollo Universitario se fortaleció este criterio como una posibilidad de ofrecer salidas laterales a estudiantes que por diversas razones no podían terminar una licenciatura.  En 1984 durante el II Congreso de Evaluación de la Facultad de Arquitectura, se retomó la idea y, un año después, por iniciativa del Decano Eduardo Aguirre, se nombró una comisión para realizar un estudio que estableciera las bases para la creación y desarrollo de una carrera técnica en Diseño Gráfico.  Esta comisión estuvo integrada inicialmente por Gladys Mendizábal, Roberto Leal, Felipe Hidalgo y Salvador Gálvez.  Posteriormente se integraron Byron Rabe y Zuly Molina.  La comisión presentó la propuesta de creación del Programa de Técnico Universitario de Diseño Gráfico la cual fue aprobada en noviembre de 1986 por el Consejo Superior Universitario –CSU-.  Ese mismo mes la Junta Directiva seleccionó al encargado de dirigir la nueva carrera y de definir las directrices y criterios que la orientarían.


A inicios de 1987 se iniciaron las labores académicas y administrativas.  La carrera tenía una duración de seis semestres académicos, treinticuatro materias y una práctica supervisada de 280 horas.  La población estudiantil se triplicó en los primeros tres años. Durante este corto lapso la carrera comenzó a tomar un liderazgo académico, esto incluyó la actuaización del Perfil del Diseñador Gráfico, una nueva propuesta de planeamiento didáctico y un sistema de control académico que por su efectividad fueron posteriormente adoptados por la carrera de Arquitectura.  Es de mencionar también la definición de los criterios para seleccionar y evaluar a los docentes de manera permanente.  Esto permitió tener profesores con un alto nivel de excelencia e identificación con la carrera, entre ellos  Marcia de Rendón, Eugenio Barneond, Otto Valle, María Eugenia Palomo, Salvador Gálvez, Susana Asensio, Valentina Morales, Roberto Leal, y Carlos Franco, entre los mejor evaluados.  Como resultado de la evaluación se realizaban Jornadas de actualización e integración para alumnos y docentes y se formó un modelo paritario con representación estudiantil, para mejorar sistemáticamente los distintos temas de la carrera.  

El enfoque adoptado permitió desarrollar un novedoso modelo educativo que partía de un criterio de integralidad basado en el Lenguaje Total de la Educación. Se daba especial atención a temas como el planeamiento didáctico, que no sólo contenía un modelo formal estructurado, también perseguía la planificación integral del currículo. Esto obedecía a un plan técnico pedagógico que buscaba una mayor claridad y comprensión de lo que se esperaba lograr en cada curso y en la carrera de forma integral.  Como parte de este modelo  se creo la agenda pedagógica para evitar la sobrecarga académica, de tal manera que hubiera una dosificación para alcanzar los objetivos de aprendizaje de manera efectiva. Los trabajos de integración, fueron la base de la política de integración académica y requerían de una ardua coordinación en su  planificación, ejecución y evaluación de manera que se hiciera mas efectivo el proceso de aprendizaje al realizar un solo trabajo que era calificado en  diferentes cursos.  El modelo incluía un sistema para la evaluación del programa en su conjunto, el cual consideraba la evaluación del docente, de los cursos, de los recursos y de los procesos.  Debe considerarse que en ese entonces todavía no existían este tipo de instrumentos sistematizada por la USAC o por la Facultad.  Como parte del modelo, también se desarrollaban jornadas de actualización e integración docente, de manera que pudieran irse superando algunas deficiencias o perfeccionando aquellas habilidades necesarias para hacer de la práctica docente una actividad efectiva para el aprendizaje del estudiante.  En este período se impulsaron cursos para la integración y trabajo en equipo, para la planeación didáctica, para la enseñanza de la creatividad. También talleres sobre técnicas específicas para la enseñanza del diseño y se realizaron una serie de seminarios para la integración curricular que perseguían una coordinación integral y efectiva del currículo en su conjunto.

 A finales de mayo de 1987 se inició el programa de exposiciones con la primera muestra titulada Blanco y negro, en la sede de la Alianza Francesa en Antigua Guatemala, esta exposición contenía trabajos realizados en tinta china con una alta calidad y definición técnica. En junio se inauguró la exposición Horizontes en la Casa de la Cultura de esa Ciudad colonial.  En abril de 1988 la primera Expodiseño Gráfico.  En septiembre de 1988 en el Instituto Guatemalteco Americano se presentó Año y medio de Diseño Gráfico.  En mayo de 1989 la segunda Expodiseño Gráfico.  El 30 de agosto de este año se inauguró la exposición Exdográfica, en la Galería El Attico.  Posteriormente en noviembre se abrió otra muestra en el Convento de Capuchinas en Antigua Guatemala, para terminar el ciclo de exposiciones con Diseño Gráfico en Malacatán en diciembre del 89.
En el segundo semestre de 1989 la primera promoción realizó su práctica supervisada con resultados muy satisfactorios y muy buenos comentarios de las organizaciones colaboradoras.  Veintisiete alumnos cerraron pensum y estaban prestos a graduarse, ninguno de ellos imaginó que su proceso de graduación se pondría cuesta arriba. El fresco amanecer de esta carrera pronto se vería cubierto de sombras que amenazaban tempranamente su desarrollo.


1990 llegó con nuevas autoridades, ni los estudiantes, ni los docentes, imaginaron que con este cambio se acorralaría sistemáticamente a un programa que había comenzado exitosamente.  Las nuevas autoridades facultativas cortaron el apoyo al Programa y generaron nuevos procedimientos burocráticos. En 1990 se suspendió temporalmente la Guía del Proceso de Graduación que había sido aprobada por las anteriores autoridades. A ello se agregó el requerimiento de créditos extracurriculares para autorizar el Cierre del Pensum, que eran otorgados por la Asociación de Estudiantes de Arquitectura (AEDA), que manifestaban una creciente animadversión hacia los alumnos de la nueva carrera.
La población de diseño gráfico se había convertido en un potencial significativo de votos para los procesos eleccionarios de la Facultad.  Lo que causó inquietud en algunos grupos políticos de arquitectura que inicialmente, trataron de aprovecharse para hacer alianzas y acuerdos que luego no respetaron.  Esto dio como resultado un rompimiento entre estudiantes de arquitectura y diseño gráfico  y generó la decisión de estos últimos de participar independientemente en las elecciones, convirtiéndose en una fuerza estudiantil independiente y de mucho peso. 
Las diferencias surgidas y la falta de una organización que representara los intereses estudiantiles, hicieron que el 29 de octubre de 1990 surgiera el Comité Estudiantil de Diseño Gráfico para formar la Asociación de Estudiantes de Diseño Gráfico.  El 9 de julio de 1991, el Consejo Consultivo de AEU, con el aval de todas las Asociaciones de AEU, (excepto AEDA) aprobó la creación de la Asociación de Estudiantes de Diseño Gráfico –AEDG- y sería reconocida por el Consejo Superior Universitario –CSU- el 27 de noviembre.
La AEDA convocó a una asamblea general el 4 y 5 de marzo de 1992, para que la general aprobara o rechazara la consolidación de la AEDG.  El voto fue favorable para la AEDG. Como reacción el 10 de marzo, antiguos dirigentes de AEDA celebraron una asamblea extraordinaria en la que solo se permitió participara a estudiantes de Arquitectura.  En esta oportunidad desconocieron a los directivos de AEDA, también desconocieron el Acuerdo de la anterior Asamblea y tomaron las instalaciones del Edificio T-2. 
El nuevo grupo elevó un documento a Junta Directiva de Arquitectura, planteando que se solicitara al CSU formar una comisión para evaluar el Programa de Diseño Gráfico y se apoyara su unificación con sus similares en Ciencias de la Comunicación y Humanidades.[1]  La Junta Directiva se dirigió al Consejo Superior Universitario, solicitando  la integración de una comisión Técnico-pedagógica para la unificación de Diseño Gráfico con sus similares existentes, así como el congelamiento de la inscripción de estudiantes de primer ingreso al Programa de Diseño, en tanto este fuera evaluado.[2]
El 24 de abril de 1992, el Consejo Superior Universitario nombró la Primera Comisión Técnico Pedagógica[3], la cual elaboró un dictamen, con fecha 8 de septiembre, en el cual señala que los programas de las tres carreras de diseño (Arquitectura, Humanidades y Ciencias de la Comunicación) abordan contenidos que no tienen similitud  y equivalencia.  Esto se debe a que la finalidad o propósito de la carrera que sirven, es totalmente distinto. Plantean también que la unificación de los programas es pertinente y hasta necesaria, siempre y cuando se defina la carrera para la cual procederá su integración y, que las tres carreras, a un corto plazo, podrán unificarse pero definiendo previamente qué respuesta van a dar dentro del contexto social.  La comisión recomendó proponer un modelo de red curricular para establecer un área común, definir un esquema para operativizar la evaluación de la carrera y definir con más precisión los objetivos y perfiles de cada carrera. 


Pero los estudiantes de DG trataban de hacer lo propio.  En octubre de 1992, con el objeto de tener mayor capacidad para velar por sus propios intereses, el estudiantado de Diseño Gráfico decidió participar en el proceso de elección para las vocalías IV y V a Junta Directiva de arquitectura.  El 3 de octubre, a 3 días de llevarse a cabo la elección, uno de los candidatos fue apuñalado cuando se dirigía a su domicilio.  Este hecho lo obligó a permanecer hospitalizado.  El 5 de se mismo mes, el otro candidato, fue amedrentado para impedir su participación.  No obstante, el 6 de octubre, se llevaron a cabo las votaciones en la que fue notoria la afluencia de estudiantes de diseño.  Sin embargo, antes de cerrar el proceso la urna fue robada y las elecciones anuladas.   Las autoridades de la facultad no hicieron averiguaciones al respecto y la participación estudiantil se vio afectada.
El 14 de octubre de 1992, el CSU nombró la Segunda Comisión[4] para la formulación de una propuesta definitiva de solución a la problemática de Diseño Gráfico.  La comisión entregó el dictamen el 16 de noviembre de 1992.  Esta vez recomendaría constituir el programa de Diseño Gráfico de la facultad de Arquitectura en Escuela no Facultativa del área social humanística, tal conformación se haría dentro de las posibilidades financieras y de infraestructura disponibles.  La estructura de Gobierno Administrativo sería similar al de las escuelas con gobierno paritario y duraría hasta que se dieran las condiciones de unificación con las carreras similares que sirven en la Facultad de Humanidades y la Escuela de Ciencias de la Comunicación.
El 11 de noviembre, la AEDG envió un documento al CSU solicitando que no se congelaran las inscripciones de primer ingreso de Diseño Gráfico en 1993 y que no se permitiera la aplicación de pruebas admisión a los aspirantes del programa como requisito de inscripción (lo cual no se hacía en otras carreras).   También solicitó que no se unieran las tres carreras de Diseño Gráfico de las distintas unidades señaladas, ya que su objeto y enfoque eran distintos. Pero, en contra de los deseos estudiantiles, el 25 de noviembre de 1992, el CSU emitió el punto resolutivo en el cual acordó[5] aprobar el receso temporal en la inscripción de estudiante de primer ingreso en la carrera de Diseño Gráfico y designar una Tercera Comisión para efectuar un estudio y evaluación del nivel académico, currícula, perfil de la carrera, mercado de trabajo, área física, equipamiento y presupuesto y otros aspectos necesarios.
No conforme con esta respuesta, el 1 de diciembre la AEDG emitió un documento de denuncia por el receso temporal, pues consideraba que en el dictamen, se hacía evidente el total desconocimiento sobre lo que es el diseño gráfico y el aporte que proporciona a nuestro país.  Señalaba que era una resolución no fundamentada y sin apego a la realidad.  Por tal razón solicitó a la comunidad universitaria solidarizarse con su causa.
En enero de 1993 la AEDG, inició acciones para obtener la solidaridad y apoyo de la comunidad universitaria por medio de las asociaciones estudiantiles y de la AEU, del sindicato de trabajadores de la USAC y de varias organizaciones populares.  El 6 de ese mes se presentó la denuncia y el expediente completo al Ministerio Público y a la Procuraduría de los Derechos Humanos.[6]
El 8 de enero, el Consejo Consultivo de AEU se pronunció ante el Consejo Superior Universitario exigiendo que se revocara la decisión de suspender las inscripciones en Diseño Gráfico.  Pero no obtuvo respuesta. La situación parecía irremediable y el 15 de enero quedaron sin inscribirse aproximadamente 350 estudiantes.  Pero los estudiantes siguieron con su lucha y, con la presencia de un delegado de la Procuraduría de los Derechos Humanos, se levantó un Acta Notarial.  Para no perder el vínculo e información de los estudiantes que llegaron a inscribirse, la AEDG realizó una preinscripción. Diez días después la Procuraduría de los Derechos Humanos emitió un memorándum en que hacía constar “la actitud negativa de las autoridades universitarias al no permitir la inscripción legal de los estudiantes, limitando con ello el libre acceso a la educación superior, circunstancia que se contrapone a los fines y objetivos de la USAC”. Adicionalmente la AEDG y la AEU, de manera conjunta, interpusieron un Recurso de Amparo[7] contra el Consejo superior Universitario.  Este fue declarado con lugar el 28 de enero.  La sala primera de la corte de Apelaciones del Organismo Judicial ordenó la pronta inscripción de los estudiantes de la Carrera de Diseño Gráfico y  la inscripción se realizó en la primera semana de febrero del año 1993.[8]
El 8 de febrero la Comisión, rindió un informe al CSU, en el que presentó tres opciones para encontrar una solución al problema físico en la FARUSAC, la primera de ellas proponía que se abriera una jornada matutina, además de las jornadas vespertinas y nocturna, esta funcionaría sólo para primer año en el edificio T-2.  La segunda mantenía las jornadas  vespertinas y nocturna, con la variable de que las clases teóricas serían impartidas en el edificio M-6 de Medicina y las clases prácticas en el T-2 de Arquitectura. Y la tercera planteaba la apertura de una jornada matutina, además de las jornadas vespertina y matutina con la variable de que se impartirían las clases teóricas en el edificio de Bienestar Estudiantil y las técnicas en el edificio T-2 de Arquitectura.  El CSU optó por la primera opción, pero considerando solo la jornada matutina para primer año, sin embargo la medida adoptada afectaba a los estudiantes que trabajaban y no podrían asistir en esta jornada.  Ante esta acción y agotadas las instancias legales, los estudiantes decidieron realizar medidas de hecho, para lo cual el 14 de abril de 1993,  con el apoyo de las distintas asociaciones estudiantiles  (a excepción de la AEDA),  tomaron el Edificio de Rectoría con el CSU adentro. El CSU revocó la decisión de implementar la jornada matutina única para los estudiantes de primer ingreso[9].
El 23 de febrero de 1993, la Junta directiva de FARUSAC[10] prohibió a los docentes de Diseño Gráfico impartir clases en tanto el CSU no solucionara el problema de espacio físico.  La mayoría de docentes incumplió esta prohibición.  Por su parte la AEDA procedió a ocupar los salones asignados a diseño gráfico por lo que, para evitar mayor confrontación, los docentes optaron por impartir clases en los graderíos, en los jardines y en las afueras del edificio T-2.
El 31 de marzo de 1993, la última comisión nombrada, presentó un informe al CSU[11]en el cual concluyó que la carrera de Diseño Gráfico no tenía relación curricular con la Licenciatura de Arquitectura; que podría tener relación con la carrera de Diseño Gráfico para la Educación de la facultad de Humanidades, si se impartieran cursos pedagógicos y que, los objetivos generales de la Escuela de Ciencias de la Comunicación, podrían abarcar los objetivos específicos de la carrera de Diseño Gráfico, pero no funcionaría con las carreras existentes en Ciencias de la Comunicación.  Adicionalmente expresaba que no se tenía la implementación técnica ni profesional en ciencias de la Comunicación para cubrir el programa de Diseño Gráfico.  Derivado de la anterior la comisión recomendó la continuación, fortalecimiento y actualización del Programa de Diseño Gráfico; hacer un estudio financiero más específico para implementar la carrera en una Escuela no Facultativa, el cual incluyera la construcción del Edificio y requerimientos necesarios para el buen funcionamiento, y agregó, que para crear cualquier futura carrera debían tomarse en cuenta los recursos necesarios (humanos, físicos, ambientales y económicos)  para su buen funcionamiento.
El 5 de mayo de 1993 un grupo de estudiantes de arquitectura tomó el edificio T-2, solicitando la salida del programa de Diseño Gráfico de la FARUSAC.  Sin embargo el Consejo Consultivo de AEU, emitió un comunicado llamándolos al orden.
En sesión del 19 de mayo de 1993, el Consejo Superior Universitario acordó[12] encargar la elaboración del Proyecto de creación de la Escuela no facultativa de Diseño Gráfico a una comisión integrada por dos docentes y dos estudiantes electos por sus respectivos sectores, así como por el Director de la Coordinadora General de Planificación de la USAC en representación del CSU. Así mismo designó a la División de servicios Generales para buscar espacio físico donde ubicar a la Escuela de Diseño Gráfico.  En Asamblea general de docentes de Diseño Gráfico, eligieron como representes al Arquitecto Byron Rabé y al Licenciado Otto Valle.   En su respectiva Asamblea los estudiantes eligieron a Saida de la Roca y a Víctor Ayala.  Dichos representantes organizaron subcomisiones, las cuales proporcionaron insumos para desarrollar este trabajo. El Proyecto fue concluido y entregado el 30 de agosto de 1993.  En esta propuesta se presentó el diseño del edificio para la escuela, la propuesta de creación de la Licenciatura de Diseño Gráfico y de otras carreras dentro del ámbito del diseño, tales como Diseño industrial y artesanal, Diseño del paisaje, Diseño textil y Diseño de interiores.  Una vez cumplida la tarea de elaborar el Proyecto de Creación de la Escuela no Facultativa de Diseño Gráfico, sólo quedaba que el CSU tuviera conocimiento del mismo y aprobara la creación de dicha Escuela. Sin embargo esto nunca sucedió.  
El escenario cambiaría. En 1994 tomó posesión como decano el arquitecto Julio Corea. Las nuevas autoridades con una mayor voluntad política y acciones creativas, lograron resolver los problemas determinantes y encaminar nuevamente la carrera de Diseño Gráfico hacia el nuevo siglo.  Parecía que por arte de magia los problemas sustantivos habían desaparecido.
Es interesante reflexionar que la carrera surgió con un sólido apoyo que le permitió organizarse y crecer efectivamente, tanto a nivel de estudiantes y docentes, como en calidad académica.  Que en la crisis que se suscitó a raíz del cambio de autoridades en 1990, hubo amenazas,  irrespeto a los procesos y acuerdos, dificultades para el acceso a las aulas, se prohibió a los docentes impartir clases, hubo suspensión de inscripciones y una serie de medidas intimidantes.  Sin embargo como en toda crisis se obtuvieron resultados positivos como la creación de la Asociación de Estudiantes, se logró una sólida integración docente, se amplió la comunicación entre estudiantes y docentes, se crearon diversas comisiones para resolver el conflicto y se llegó a generar de forma participativa una novedosa Propuesta de creación para una Escuela de Diseño.
El nuevo cambio de autoridades en 1994, fue suficiente para que el conflicto terminara y  demostró que la crisis era un problema  de voluntad política.  Con la creación del Pensum 95 de Arquitectura, se acordó crear un semestre de área común entre arquitectura y diseño gráfico.  Esta decisión tenía dos objetivos, el primero era hacer más eficiente el uso de los recursos  y el segundo evitar que se formaran posiciones antagónicas entre los dos sectores estudiantiles, dando la oportunidad de que los estudiantes se conocieran  desde un principio y convivieran pacíficamente en el desarrollo de las dos carreras.  Las diferencias fueron superadas.  Algunos años después otra administración eliminaría el área común. 


Hoy vemos hacia atrás y nos damos cuenta de las vicisitudes que hemos debido superar, pero no cabe duda de que estos hechos, nos hicieron más fuertes, más solidarios y más tolerantes.  Lo que también celebramos en estos veinticinco años.  


Fuentes:
Rabe, B. Valle, O. De la Roca, S. y otros (1993) Propuesta de Creación de la Escuela de Diseño. Universidad de San Carlos de Guatemala.
Rabe, B. (1990)  Tres años de Diseño Gráfico.  Memoria de labores.  Programa de Diseño Gráfico.  Universidad de San Carlos de Guatemala.



[1] Acta Junta Directiva de FARUSAC No. 08-92
[2] Acta Junta Directiva de FARUSAC No. 09-92
[3] Acuerdo CSU No. 75692
[4] Acta 4392
[5] Acta CSU 50-92
[6] Expediente No. 08-93
[7] Amparo No. 104/93
[8] Acta No. 04-93 del CSU
[9] Acta CSU No. 11-93
[10] Ref:  SE 28-93
[11] Ref:  IIME 94-92
[12] Acta CSU 16-93

4 comentarios:

  1. Didáctico, informativo y sumamente ilustrativo el artículo, gracias Arq. por ser pieza importante en la Facultad de Arquitectura como en nuestra escuela, gracias por su docencia, innovación estos 25 años.

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  2. Que buena investigación y recopilación de datos felicitaciones.

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  3. Muy buen artículo ¡Estoy orgullosa de pertenecer a esa facultad! Es muy regocijante saber que el espíritu de lucha, innovación y libertad aún sigue presente en varios estudiantes.

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